Un ataque de pánico es miedo o ansiedad repentinos e intensos que pueden provocarle falta de aire o mareo, o hacer que tenga palpitaciones. Puede sentirse fuera de control. Algunas personas creen que están teniendo un ataque al corazón o que están a punto de morir. Un ataque suele durar de 5 a 20 minutos. Pero puede durar incluso más, hasta unas pocas horas. Usted tiene la máxima ansiedad aproximadamente 10 minutos después de que comienza el ataque. Si estos ataques suceden a menudo, se los llama trastorno de pánico.
Los ataques de pánico pueden ser aterradores y tan graves que pueden interferir en sus actividades diarias. El tratamiento puede ayudar a la mayoría de las personas para que tengan menos síntomas, o incluso detener los ataques.
Más mujeres que hombres tienen ataques de pánico.
Los expertos no están seguros de qué es lo que provoca los ataques de pánico y el trastorno de pánico. Pero el cuerpo tiene una respuesta natural cuando está estresado o en peligro. Acelera el corazón, hace que respire más rápido y le da una descarga de energía. Esto se llama respuesta de lucha o huida. Lo prepara para hacer frente al peligro o huir de él. Un ataque de pánico se produce cuando se presenta esta respuesta cuando no hay peligro.
Los ataques de pánico y el trastorno de pánico pueden ser causados por un desequilibrio de las sustancias químicas del cerebro o cuando existen antecedentes familiares de trastorno de pánico. Algunas veces suceden sin una causa clara.
Los ataques de pánico también pueden ser provocados por:
Usted tiene una mayor probabilidad de tener trastorno de pánico si alguno de sus padres tiene depresión o trastorno bipolar.
Los síntomas de un ataque de pánico pueden incluir:
Los síntomas del trastorno de pánico podrían incluir:
Algunas personas tienen miedo de estar en multitudes, de hacer una fila o de entrar a centros comerciales. Tienen miedo de tener otro ataque de pánico o de no poder escapar. Este problema se llama agorafobia. Puede ser tan grave para algunas personas que nunca salen de su hogar.
Las personas con trastorno de pánico suelen tener depresión al mismo tiempo.
Su médico le preguntará acerca de su historial de salud y le hará un examen físico. El examen podría incluir escucharle el corazón, revisar la presión arterial y encargar análisis de sangre para detectar otras causas de su problema.
El tratamiento para los ataques de pánico y el trastorno de pánico incluye asesoría psicológica, especialmente la terapia cognitivo-conductual (CBT, por sus siglas en inglés). Los medicamentos también podrían ayudar. El tratamiento puede ayudar a la mayoría de las personas a controlar o incluso detener los ataques. Pero los síntomas pueden volver, sobre todo si se detiene el tratamiento demasiado pronto.
El tratamiento temprano de los ataques de pánico es muy importante. Puede prevenir otros problemas relacionados con el trastorno de pánico. Estos problemas incluyen depresión, trastornos de ansiedad y abuso de sustancias.
Las Herramientas de salud le permiten tomar decisiones acertadas sobre salud o tomar medidas para mejorar su salud.
La causa exacta del trastorno de pánico no es clara. Se cree que el trastorno de pánico podría deberse a un desequilibrio de las sustancias químicas del cerebro (neurotransmisores). El trastorno de pánico también podría ser hereditario (genético).
Usted puede tener un ataque de pánico sin tener un trastorno de pánico. Los ataques de pánico podrían desencadenarse por:
Los ataques de pánico también pueden ser causados por otras afecciones médicas o estar asociados con ellas. Dichas afecciones médicas incluyen:
El síntoma principal de un ataque de pánico es una sensación abrumadora de temor o de ansiedad. Esta sensación ocurre junto con reacciones físicas.
Un ataque comienza de repente y suele durar de 5 a 20 minutos. Pero puede durar incluso más, hasta unas pocas horas. Siente el máximo de ansiedad después de unos 10 minutos de empezar el ataque.
Es posible tener un ataque de pánico tras otro en oleadas durante un período de tiempo prolongado. Esto puede parecer como un ataque continuo. Pero si usted tiene síntomas ininterrumpidos que no desaparecen en el término de una hora, es probable que no esté teniendo un ataque de pánico. Debería buscar atención médica de inmediato.
Los síntomas de un ataque de pánico podrían incluir:
Los síntomas de un ataque de pánico pueden ser similares a los de un ataque al corazón. Muchas personas buscan tratamiento médico de urgencia para un ataque de pánico por esta razón. Si usted tiene dolor en el pecho y otros síntomas de ataque al corazón, obtenga tratamiento médico inmediato. Para obtener más información, vea el tema Problemas en el pecho.
Los ataques de pánico pueden comenzar sin un desencadenante. O pueden estar vinculados con determinadas situaciones, como estar en medio de una multitud en restaurantes o estadios. A veces, solo anticiparse a estar en una determinada situación puede causarle ansiedad intensa.
Con frecuencia, las personas que experimentan ataques de pánico aprenden a evitar situaciones que temen que desencadenarán un ataque de pánico o situaciones de las que no podrán escapar fácilmente si les ocurre un ataque. Si este patrón de evasión y ansiedad es muy fuerte, puede convertirse en agorafobia, un miedo intenso e irracional de estar en lugares públicos.
Aislarse y evitar situaciones sociales puede interferir con su capacidad para trabajar. También puede dañar sus relaciones, especialmente con los miembros de su familia y amigos cercanos.
Los ataques de pánico no son comunes en la niñez ni en los primeros años de la adolescencia. Pero los niños que tienen un trastorno de pánico o ataques de pánico con frecuencia tienen otros síntomas, además de los mencionados anteriormente.
Un primer ataque de pánico suele comenzar sin advertencia durante una actividad común, como hacer las compras o caminar por la calle.
Por lo general, la intensidad de estos síntomas alcanza un pico en el término de 10 minutos.
Para muchas personas, el primer ataque de pánico puede ocurrir en un momento estresante. Puede ocurrir durante una enfermedad que pone la vida en peligro o un accidente, la pérdida de una relación o separación de la familia. Una mujer puede tener su primer ataque de pánico después de dar a luz.
También es posible que un primer ataque de pánico sea causado por una reacción a un medicamento o una reacción a la nicotina o a la cafeína. Sin embargo, después de que la situación que causó el primer ataque de pánico se resuelve, los ataques podrían continuar.
Las características comunes del trastorno de pánico incluyen:
Los ataques de pánico recurrentes pueden ser de leves a intensos. Pueden continuar por años, especialmente si también tiene agorafobia (evitar lugares donde teme que le ocurrirá otro ataque). Puede tener largos períodos de tiempo sin ataques de pánico. Y puede tener otros períodos de tiempo cuando los ataques ocurren con frecuencia.
Es posible que necesite un tratamiento más largo o diferente si tiene trastorno de pánico y agorafobia. También es posible que tenga otras afecciones asociadas con el trastorno de pánico y los ataques de pánico, como problemas con las drogas o con el alcohol, depresión u otros trastornos de salud mental. Necesitará tratamiento para estas afecciones.
El trastorno de pánico puede durar toda la vida, pero sus síntomas pueden controlarse con tratamiento. La mayoría de las personas que tienen trastorno de pánico mejoran con tratamiento. Son capaces de volver a un estilo de vida normal. Pero puede haber recaídas, especialmente si se interrumpe el tratamiento demasiado pronto.
Su riesgo de tener ataques de pánico y de trastorno de pánico puede ser más alto si usted:
Llame a su médico si tiene:
Puede ser difícil distinguir los síntomas de un ataque de pánico (como falta de aire y dolor en el pecho) de los síntomas de un ataque al corazón o de otro problema médico grave. Si usted tiene síntomas de un ataque de pánico, asegúrese de buscar atención médica inmediata de modo que puedan descartarse otras afecciones médicas.
Los siguientes profesionales de la salud pueden diagnosticar ataques de pánico. Pueden trabajar junto con otros profesionales de la salud para tratar los ataques de pánico y el trastorno de pánico:
El tratamiento para los ataques de pánico y para el trastorno de pánico también podría ser brindado por un:
Muchos centros de salud mental comunitarios, clínicas para pacientes ambulatorios de hospitales y agencias de servicios para familias tienen programas de tratamiento para las personas con trastorno de pánico.
Se le puede diagnosticar trastorno de pánico si tiene al menos dos ataques de pánico inesperados, además de temor o preocupación de tener otro ataque de pánico y de evitar situaciones que podrían desencadenarlo.
El médico le hará preguntas sobre sus síntomas. Le escuchará el corazón y le revisará la presión arterial. Es posible que le hagan análisis de sangre. Es posible que el médico tenga que descartar otras afecciones físicas que tienen síntomas similares a los del trastorno de pánico, como ataque al corazón o hipertiroidismo.
Un tratamiento exitoso reduce la cantidad de ataques de pánico que tiene y la frecuencia con que los tiene. Reduce la ansiedad que usted siente por el miedo de ataques futuros. Y le mejora la calidad de vida. El tratamiento puede incluir:
Desafortunadamente, muchas personas no buscan tratamiento para los trastornos de ansiedad. Es posible que no busque tratamiento porque piensa que los síntomas no son lo suficientemente graves. O quizás piensa que puede resolver las cosas solo. Pero conseguir tratamiento es importante.
Si necesita ayuda para decidir si debe consultar a su médico o no, vea algunos motivos por los cuales las personas no obtienen ayuda y cómo superarlos.
Si sus ataques de pánico fueron causados por un factor desencadenante específico, como una reacción a un medicamento, es posible que no necesite tratamiento después de que se haya eliminado el desencadenante. En este caso, eso podría significar interrumpir el medicamento con la ayuda de su médico.
Pero, a veces, los ataques de pánico causados por factores externos pueden continuar después de que se haya eliminado el desencadenante. Pueden convertirse en un trastorno de pánico.
Los ataques de pánico también podrían comenzar repentinamente sin un factor desencadenante conocido.
Usted puede tener ataques de pánico de leves a graves de vez en cuando por años, especialmente si también tiene agorafobia (evitar lugares donde teme que le ocurrirá otro ataque).
Incluso después de interrumpir el tratamiento debido a que los ataques parecen estar bajo control, los ataques pueden regresar repentinamente. Identifique sus señales tempranas de advertencia y los factores desencadenantes, de modo que pueda buscar tratamiento en forma oportuna.
Si sus ataques de pánico se vuelven graves o suceden con demasiada frecuencia, es posible que tengan que hospitalizarlo hasta que estén bajo control. También podría necesitar una breve estadía en el hospital si tiene ataques de pánico junto con otra afección de salud, como agorafobia o depresión. Los ataques de pánico combinados con estas afecciones pueden ser más difíciles de tratar.
Una parte importante del tratamiento continuo consiste en asegurarse de que esté tomando su medicamento tal como le ha sido recetado. Con frecuencia, las personas que se sienten mejor después de usar el medicamento durante un tiempo podrían creer que están "curadas" y que ya no necesitan tratamiento. Pero cuando se interrumpe el medicamento, los síntomas suelen regresar. De modo que es importante continuar el plan de tratamiento.
Se lo evaluará continuamente para ver si tiene otras afecciones asociadas con el trastorno de pánico, como depresión o problemas con las drogas o con el alcohol. Estas afecciones también necesitarán tratamiento.
Estos son unos pasos que puede tomar para reducir la cantidad de ataques de pánico que tenga. Estos pasos también pueden reducir la gravedad de sus síntomas cuando sí ocurre un ataque:
Cuando una persona tiene ataques de pánico, toda su familia se ve afectada.
Si alguna persona de su familia tiene ataques de pánico, es posible que usted se sienta frustrado, agobiado (debido a que usted tiene que asumir sus responsabilidades) o socialmente aislado porque la persona restringe actividades familiares. Estos sentimientos son comunes.
La terapia familiar, un tipo de asesoría psicológica que involucra a toda la familia, puede ayudar.
Para obtener más información, vea:
Los medicamentos para el trastorno de pánico se usan para controlar los síntomas de los ataques de pánico, reducir la cantidad y la intensidad de estos, y reducir la ansiedad y el temor asociados con tener otro ataque.
Sus síntomas de trastorno de pánico deberían empezar a mejorar en el término de algunas semanas después de que comienza a tomar medicamentos. Si no se ve una mejora en el término de 6 a 8 semanas, es posible que se necesite una dosis más alta u otro medicamento.
Algunos medicamentos usados para tratar ataques de pánico deben continuarse por un año o más tiempo, y luego pueden disminuirse gradualmente durante varias semanas. Si usted tiene ataques de pánico nuevamente mientras no toma los medicamentos, estos pueden continuarse por al menos unos meses más. Es posible que algunas personas necesiten seguir tomando medicamentos durante un tiempo prolongado para mantener los síntomas bajo control.
Tomar medicamentos para el trastorno de pánico durante el embarazo puede aumentar el riesgo de anomalías congénitas (de nacimiento). Si está embarazada o piensa quedar embarazada, hable con su médico. Es posible que tenga que seguir tomando medicamentos si su trastorno de pánico es grave. Su médico puede ayudarla a evaluar los riesgos del tratamiento contra el riesgo de perjudicar su embarazo.
Los medicamentos usados con mayor frecuencia para tratar los ataques de pánico incluyen:
Los medicamentos que se usan a veces para tratar el trastorno de pánico incluyen:
Los medicamentos para tratar el trastorno de pánico a menudo pueden prevenir otro ataque de pánico. Pero es posible que no eliminen el miedo de tener otro ataque. La asesoría psicológica puede ayudar a manejar este temor. El temor a tener un ataque podría efectivamente causar otro ataque.
La terapia cognitivo-conductual se centra en cambiar determinados patrones de pensamiento y de conducta. Ha demostrado ser eficaz para tratar el trastorno de pánico. Otros tipos de asesoría psicológica que usted podría decidir conseguir incluyen:
Los grupos de apoyo suelen ser buenos lugares para compartir información, consejos para la resolución de problemas y emociones relacionadas con el trastorno de pánico.
Los foros de discusión en línea y sitios web también pueden ofrecer información y apoyo.
Los materiales de autoayuda pueden ayudarlo a aprender a sobrellevar el trastorno de pánico o la ansiedad. Estos incluyen videos, libros y materiales de audio educativos.
Los ejercicios de relajación centrada en el cuerpo pueden ser útiles para reducir la ansiedad y para tratar los síntomas de estrés. Estos incluyen:
Las actividades de conciencia plena son técnicas que ayudan a relajar la mente. Suelen combinarse con ejercicios de relajación centradas en el cuerpo. Estas técnicas incluyen:
Revisado: 9 febrero, 2022
Autor: El personal de Healthwise
Evaluación médica:Anne C. Poinier MD - Medicina interna & Adam Husney MD - Medicina familiar & Kathleen Romito MD - Medicina familiar & Christine R. Maldonado PhD - Salud de la Conducta
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