¿Es para usted este tema?
Este tema cubre depresión en niños y adolescentes. Para obtener información sobre la depresión en adultos, vea el tema Depresión. Para obtener información sobre depresión con episodios de alta energía (manía), vea el tema Trastorno bipolar en niños y adolescentes.
La depresión es un trastorno grave del estado de ánimo que puede quitarle la alegría a la vida de un niño. Es normal que un niño tenga cambios de estado de ánimo o que esté triste de vez en cuando. Usted puede esperar que tenga estos sentimientos después de la muerte de una mascota o de una mudanza a otra ciudad. Pero si estos sentimientos duran semanas o meses, podrían ser una señal de depresión.
Los expertos solían pensar que solamente los adultos podían tener depresión. Ahora sabemos que incluso un niño pequeño puede tener depresión que necesita tratamiento para mejorar. Hasta 2 de cada 100 niños pequeños y 8 de cada 100 adolescentes tienen depresión grave.nota 1
No obstante, muchos niños no reciben el tratamiento que necesitan. Esto es en parte porque puede ser difícil distinguir entre la depresión y un cambio normal de estado de ánimo. Además, es posible que la depresión en un niño no se parezca a la de un adulto.
Si está preocupado por su hijo, aprenda más sobre los síntomas en los niños. Hable con su hijo para ver cómo se siente. Si piensa que su hijo está deprimido, hable con su médico o un asesor. Cuanto antes reciba tratamiento un niño, más pronto comenzará a sentirse mejor.
Un niño puede estar deprimido si:
Un niño que está deprimido también es posible que:
Con frecuencia, los síntomas de depresión se pasan por alto al principio. Puede ser difícil ver que los síntomas son parte del mismo problema.
Asimismo, los síntomas pueden ser diferentes según la edad del niño.
La depresión puede variar de leve a grave. Un niño que se siente un poco decaído la mayor parte del tiempo por un año o más tiempo puede tener una forma más leve y continua de depresión que se llama distimia. En su forma más grave, la depresión puede hacer que un niño pierda las esperanzas y quiera morir.
Independientemente de que la depresión sea leve o grave, hay tratamientos que pueden ayudar.
Cuál es la causa exacta de la depresión no se entiende muy bien. Pero está vinculada con un problema con niveles de actividad en ciertas partes del cerebro, así como un desequilibrio de las sustancias químicas en el cerebro que afectan el estado de ánimo. Las cosas que pueden causar estos problemas incluyen:
Para diagnosticar la depresión, un médico puede hacer un examen físico y hacer preguntas sobre la salud anterior de su hijo. Es posible que les pidan a usted y a su hijo que llenen un formulario acerca de los síntomas de su hijo. El médico puede hacerle preguntas a su hijo para saber más acerca de cómo piensa, actúa y siente.
Algunas enfermedades pueden causar síntomas que se parecen a la depresión. De modo que se le podrían hacer algunas pruebas a su hijo para ayudar a descartar problemas físicos, como un nivel bajo de la hormona tiroidea o anemia.
Es común que los niños con depresión también tengan otros problemas, como ansiedad, trastorno de déficit de atención por hiperactividad (ADHD, por sus siglas en inglés) o un trastorno alimentario. El médico puede hacerle preguntas sobre estos problemas para ayudar a su hijo a recibir el diagnóstico y el tratamiento adecuados.
Generalmente, uno de los primeros pasos en el tratamiento de la depresión es educación para el niño y su familia. Enseñar tanto al niño como a la familia acerca de la depresión puede ser de gran ayuda. Puede hacer que sea menos probable que se culpen a sí mismos del problema. A veces puede ayudar a otros miembros de la familia a ver que también están deprimidos.
La asesoría psicológica puede ayudar a que el niño se sienta mejor. El tipo de asesoría psicológica dependerá de la edad del niño. Para los niños pequeños, la terapia de juego puede ser lo más conveniente. Los niños mayores y los adolescentes pueden beneficiarse con la terapia cognitivo-conductual. Este tipo de asesoría psicológica puede ayudarles a cambiar los pensamientos negativos que hacen que se sientan mal.
Los medicamentos podrían ser una opción si el niño está muy deprimido. Combinar medicamentos antidepresivos con asesoría psicológica a menudo es lo más eficaz. Un niño con depresión grave puede necesitar que lo traten en el hospital.
Hay algunas cosas que usted puede hacer en el hogar para ayudar a su hijo a empezar a sentirse mejor.
Los antidepresivos a menudo dan buenos resultados para niños que están deprimidos. Pero hay algunas cosas importantes que usted debería saber acerca de estos medicamentos.
Las Herramientas de salud le permiten tomar decisiones acertadas sobre salud o tomar medidas para mejorar su salud.
Se piensa que la depresión es causada por un desequilibrio de sustancias químicas llamadas neurotransmisores que envían mensajes entre las células nerviosas del cerebro. Algunas de estas sustancias químicas, como la serotonina, ayudan a regular el estado de ánimo. Si estas sustancias químicas que influyen en el estado de ánimo se desequilibran, pueden producirse la depresión u otros trastornos del ánimo. Los entendidos todavía no han identificado por qué se desequilibran los neurotransmisores. Creen que puede ocurrir un cambio como respuesta al estrés o a una enfermedad. Pero también puede producirse un cambio sin un desencadenante evidente.
Hay varias cosas que se sabe que aumentan las probabilidades de que una persona joven se deprima.
Con frecuencia, los síntomas de depresión son sutiles al principio. Pueden producirse de repente o lentamente a lo largo del tiempo. Puede ser difícil reconocer que los síntomas están conectados y que su hijo podría tener depresión.
Es importante prestar atención a las señales de advertencia de suicidio en su hijo o su adolescente. Estas señales pueden cambiar con la edad. Las señales de advertencia de suicidio en niños y adolescentes pueden incluir preocupación por la muerte o el suicidio o la ruptura reciente de una relación.
La depresión puede tener síntomas que son similares a aquellos causados por otras afecciones.
Los niños que están gravemente deprimidos también pueden tener otros síntomas, como:
Distinguir entre cambios normales de estado de ánimo y los síntomas de la depresión puede ser difícil. Los sentimientos ocasionales de tristeza o irritabilidad son normales. Permiten que el niño procese el dolor o que enfrente las adversidades de la vida.
Por ejemplo, hacer duelo es una respuesta normal a la pérdida, como la muerte de un miembro de la familia o incluso la muerte de una mascota, la pérdida de una amistad o el divorcio de los padres. Después de una pérdida grave, un niño puede permanecer triste por un período de tiempo prolongado.
Pero cuando estas emociones no desaparecen o empiezan a interferir en la vida de una persona joven, es posible que esta persona necesite tratamiento.
Algunos niños a quienes se los ha diagnosticado con depresión en un principio, luego se los diagnostica con trastorno bipolar. Los niños o adolescentes con trastorno bipolar tienen fluctuaciones extremas de estado de ánimo entre la depresión y accesos de manía (mucha energía, agitación o irritabilidad).
Puede ser difícil distinguir entre trastorno bipolar y depresión. Es común que a los niños con trastorno bipolar primero los diagnostiquen con depresión solamente y que luego los diagnostiquen con trastorno bipolar después de un primer episodio maníaco. A pesar de que la depresión es parte de la afección, el trastorno bipolar requiere un tratamiento diferente del que requiere la depresión sola.
Al igual que la depresión, el trastorno bipolar es hereditario. De modo que asegúrese de decirle a su médico si su hijo tiene antecedentes familiares de trastorno bipolar. Para obtener más información sobre el trastorno bipolar, vea el tema Trastorno bipolar en niños y adolescentes.
Al principio, la depresión en un niño o adolescente puede manifestarse como irritabilidad, tristeza o llanto repentino e inexplicable. Es posible que deje de interesarse en actividades que disfrutaba en el pasado o que sienta que no lo quieren y sin esperanzas. Podría tener problemas en la escuela o volverse retraído o desafiante.
Un episodio de depresión dura un promedio de 8 meses.nota 2 Incluso con un tratamiento exitoso, hasta 40 de cada 100 niños con depresión tendrán otro episodio dentro de unos años.nota 3
Menos de la mitad de los niños y adolescentes con depresión reciben tratamiento.nota 4 Esto puede deberse en parte a la antigua creencia de que las personas jóvenes no se deprimen.
Además, con frecuencia, los adolescentes no buscan ayuda para la depresión. Pueden pensar que sentirse mal es normal, o pueden atribuir sus síntomas a otra cosa (o culparse a sí mismos). O es posible que no sepan adónde ir para conseguir ayuda. Dígale a su hijo que pida ayuda si se siente mal. Y hágale saber a su hijo adónde ir para conseguir ayuda con la depresión u otros problemas.
Algunos adolescentes tienen problemas con el consumo de alcohol o de drogas junto con la depresión. Cuando esto sucede, la depresión es más difícil de tratar, y puede llevar más tiempo para que el tratamiento dé resultado. El consumo de drogas o alcohol también aumenta el riesgo de suicidio.
El diagnóstico y el tratamiento tempranos de la depresión y la buena comunicación con su hijo pueden ayudar a prevenir el uso indebido de sustancias. Para obtener más información sobre el uso de sustancias en personas jóvenes, vea el tema Consumo de alcohol y drogas en adolescentes.
A menudo, un niño que está deprimido tiene otros trastornos junto con la depresión, como un trastorno de ansiedad, un trastorno de comportamiento como el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (ADHD, por sus siglas en inglés), un trastorno alimentario o un trastorno de aprendizaje.
Estos problemas pueden ocurrir antes de que una persona joven se deprima. Algunos niños con depresión comienzan a tener graves problemas de comportamiento (trastorno de conducta), a menudo después de deprimirse. Si su hijo tiene uno de estos trastornos, es posible que requiera tratamiento junto con la depresión.
Los niños y los adolescentes con depresión también corren un riesgo más alto de tener problemas como:
Para la depresión grave, su hijo puede necesitar que lo internen, especialmente si ha perdido el contacto con la realidad (psicosis) o si está teniendo pensamientos de suicidio.
Durante el tratamiento para la depresión, asegúrese de que su hijo tome los medicamentos y vaya a las citas de asesoramiento tal como le han dicho, incluso si se siente mejor. Una causa común de recaídas es detener el tratamiento demasiado pronto.
Es muy importante que reconozca las señales de advertencia de suicidio en su hijo pequeño o adolescente. Preste mucha atención a señales de comportamiento suicida si su hijo recientemente:
Es sumamente importante que considere todas las amenazas de suicidio seriamente y consiga tratamiento para su hijo pequeño o adolescente inmediatamente. Si eres un niño o un adolescente y tienes estos sentimientos, habla con tus padres, un amigo adulto o con tu médico inmediatamente para conseguir ayuda. Si su hijo es suicida, llame al 911 o a otros servicios de emergencia de inmediato.
Varias cosas aumentan las probabilidades de que una persona joven se deprima. Estas incluyen:
Otros factores de riesgo de depresión incluyen:
Llame al 911 o a otros servicios de emergencia de inmediato si:
Si su hijo habla de suicidarse, autolesionarse o sentirse desesperado, busque ayuda de inmediato. Llame a la Línea nacional para la prevención del suicidio al 1-800-273-TALK (1-800-273-8255) o envíe un mensaje de texto que diga HOME al 741741 para acceder a la Línea de mensajes de texto en casos de crisis. Considere guardar estos números en su teléfono.
Llame a un médico ahora mismo si:
Busque atención pronto si:
Su médico u otro profesional de la salud evaluará y diagnosticará la depresión en su hijo haciéndole preguntas acerca de los antecedentes médicos de su hijo y haciéndole pruebas para determinar si los síntomas son causados por alguna otra cosa que no sea depresión. A su hijo pueden hacerle un examen físico o análisis de sangre para descartar afecciones como hipotiroidismo y anemia. A su hijo le pueden pedir que complete una evaluación de salud mental, la cual examina su capacidad para pensar, razonar y recordar.
Es posible que le pidan a usted que ayude a completar una lista de verificación de síntomas en niños, un breve cuestionario de detección que ayuda a diagnosticar depresión u otros problemas psicológicos en niños. Asimismo, pueden pedirle a su hijo que haga una prueba corta escrita u oral para la depresión.
A veces, una evaluación más completa puede ser necesaria para evaluar completamente la depresión de su hijo. Se pueden conducir entrevistas con los padres o con otras personas que conocen bien a la persona joven. Puede obtenerse información específica de los maestros del niño o de trabajadores de servicio social.
El Grupo Especial de Servicios Preventivos de los Estados Unidos (U.S. Preventive Services Task Force) recomienda que se les hagan pruebas de detección de depresión a todos los niños de 12 a 18 años.
Cuanto antes se comience el tratamiento para la depresión, es más probable que su hijo se recupere antes. Esperar a conseguir tratamiento para la depresión podría implicar una recuperación más larga y más difícil.
El tratamiento suele incluir asesoramiento profesional, medicamentos y educación sobre la depresión para su hijo y su familia.
El tratamiento en el hogar es una parte importante al tratar la depresión. Incluye ejercicio en forma regular, alimentación saludable y dormir lo suficiente.
La asesoría psicológica para la depresión incluye varios tipos de terapia, como terapia cognitivo-conductual y terapia familiar. Para obtener más información acerca de la asesoría psicológica, vea Otro tratamiento.
Los medicamentos que se usan para tratar la depresión en la infancia incluyen varios tipos de fármacos llamados antidepresivos.
Una parte importante del tratamiento es asegurarse de que su hijo tome los medicamentos como se los recetaron. A menudo, las personas que se sienten mejor después de tomar un antidepresivo por un período de tiempo pueden creer que se han "curado" y que ya no necesitan tratamiento. Pero cuando se deja de tomar el medicamento demasiado temprano, los síntomas suelen reaparecer. De modo que es importante que su hijo siga el plan de tratamiento.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de los EE. UU. (U.S. Food and Drug Administration o FDA, por sus siglas en inglés) ha emitido una advertencia sobre los medicamentos antidepresivos y el riesgo de suicidio. Hable con su médico acerca de estos posibles efectos secundarios y las señales de advertencia de suicidio.
Antes de recetar medicamentos, su médico evaluará si es posible que su hijo tenga pensamientos suicidas haciéndole unas pocas preguntas. Vea una lista de preguntas que su médico podría hacerle a su hijo.
La educación de su hijo y de los miembros de su familia la puede brindar un médico ya sea de manera informal o en terapia familiar. Algunas de las cosas más importantes que su hijo y los miembros de su familia pueden aprender incluyen:
Su hijo puede necesitar tratamiento para otros trastornos que pueden estar causando síntomas crónicos, como:
Es posible que sea necesaria una breve internación en el hospital, especialmente si su hijo:
Si su hijo está deprimido, considere sacar todas las armas y medicamentos potencialmente mortales de su casa, especialmente si su hijo ha manifestado alguna señal de advertencia de suicidio. Aunque la sobredosis de medicamentos es la forma más común de intento de suicidio en los adolescentes, su hijo corre un riesgo más alto de morir por suicidio si usted tiene un arma en su hogar, especialmente si es fácil acceder a ella o si la guarda cargada.nota 6
Es difícil prevenir un primer episodio de depresión. Pero puede ser posible prevenir o reducir la gravedad de futuros episodios de depresión (recaídas).
Haga todo lo posible para brindar un ambiente familiar solidario. El amor, la comprensión y la comunicación constantes son algunas de las cosas más importantes que usted puede brindar para ayudar a su hijo a enfrentar la depresión.
Además de tener una vida hogareña positiva, seguir recibiendo asesoría psicológica profesional y tomar medicamentos como se los recetaron, los buenos hábitos de estilo de vida pueden ayudar a reducir los síntomas de depresión de su hijo. Aliente a su hijo a:
Si usted nota alguna señal de advertencia de suicidio (como comportamiento agresivo u hostil, pensamientos sobre la muerte en exceso o pérdida de contacto con la realidad), consiga ayuda profesional inmediatamente llamando al médico de su hijo o a un asesor profesional, o a un servicio de salud mental local o de emergencia. Elabore un plan para ayudar a mantener seguro a su hijo. Guarde bajo llave cuchillos y otros objetos afilados, armas de fuego, sustancias tóxicas y medicamentos. Llame al 911 si cree que su hijo se halla en peligro inminente.
Aunque los entendidos creen que, para muchos niños con depresión, los beneficios de los medicamentos superan a los riesgos, la investigación sobre el uso de antidepresivos en niños es limitada. Los efectos a largo plazo y la inocuidad de los medicamentos usados para tratar la depresión en niños y adolescentes aún se desconocen.
Es posible que haya oído acerca de las inquietudes sobre una posible conexión entre antidepresivos y la conducta suicida. La Administración de Alimentos y Medicamentos de los EE. UU. (U.S. Food and Drug Administration o FDA, por sus siglas en inglés) ha emitido advertencias sobre esta cuestión.
Especialmente durante las primeras semanas de tratamiento con un antidepresivo, hay un posible aumento en los sentimientos o comportamientos suicidas. Un niño que comienza un tratamiento con antidepresivos debería ser observado atentamente. Pero los niños con depresión sin tratar también corren un riesgo mayor de suicidio. De modo que es importante evaluar detenidamente todos los riesgos y los beneficios de los antidepresivos.
Los medicamentos antidepresivos incluyen:
Los antidepresivos, como fluoxetina (Prozac, por ejemplo) pueden ser eficaces para tratar la depresión, pero pueden pasar de 1 a 3 semanas antes de que su hijo empiece a sentirse mejor. Puede necesitar hasta entre 6 y 8 semanas para ver más mejoría. Asegúrese de que su hijo tome los antidepresivos exactamente como se los receten y que siga tomándolos para que tengan tiempo de dar resultados. Si tiene alguna pregunta o inquietud acerca de sus medicamentos o si no nota ninguna mejoría al cabo de 3 semanas, hable con el médico de su hijo.
Algunos antidepresivos también pueden ser efectivos para tratar otras afecciones como ansiedad.
Es posible que su hijo tenga que probar varios medicamentos o diferentes dosis antes de dar con el tratamiento más eficaz. Después de que se encuentre el medicamento y la dosis correctos, su hijo podría tener que seguir tomando el medicamento por varios meses o más tiempo una vez que los síntomas de la depresión hayan disminuido, para prevenir que recurra la depresión.
Algunos niños a quienes primero se los diagnostica con depresión se los diagnostica más adelante con trastorno bipolar, el cual tiene síntomas cíclicos de depresión y manía (energía muy alta, a menudo con euforia, agitación, irritabilidad, conducta arriesgada o impulsividad). Si su hijo pequeño o adolescente tiene trastorno bipolar, un primer episodio de manía puede ocurrir espontáneamente. Pero también puede ser desencadenado por ciertos medicamentos como estimulantes o antidepresivos. Por esa razón, es muy importante que le diga al médico de su hijo acerca de cualquier antecedente familiar de trastorno bipolar y que observe a su hijo atentamente para ver si manifiesta señales de comportamiento maníaco. Para obtener más información acerca del trastorno bipolar en personas jóvenes, vea el tema Trastorno bipolar en niños y adolescentes.
Advertencia de la FDA
La Administración de Alimentos y Medicamentos de los EE. UU. (U.S. Food and Drug Administration o FDA, por sus siglas en inglés) ha emitido una advertencia sobre antidepresivos y el riesgo de suicidio. La FDA no recomienda que las personas dejen de usar estos medicamentos. Por el contrario, una persona que toma antidepresivos debería ser vigilada por la posibilidad de señales de advertencia de suicidio. Estas señales pueden incluir hablar sobre la muerte o el suicidio y regalar pertenencias. Esto es especialmente importante al comienzo del tratamiento o cuando se cambian las dosis.
Además de tomar medicamentos, otros tratamientos para la depresión incluyen asesoría psicológica profesional y terapia electroconvulsiva.
A veces se utiliza la medicina complementaria para tratar la depresión en adultos. Pero no hay evidencia de que estas terapias sean seguras para el uso en niños o adolescentes.nota 8 Pueden interactuar con otros medicamentos, como los antidepresivos. Informe siempre a su médico si utiliza alguna terapia complementaria.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de los EE. UU. (U.S. Food and Drug Administration o FDA, por sus siglas en inglés) ha aprobado un implante estimulador del nervio vago (VNS, por sus siglas en inglés) para el tratamiento de la depresión en adultos. Este dispositivo puede usarse cuando otros tratamientos para la depresión no han funcionado.
Se coloca en el pecho un generador del tamaño de un reloj de bolsillo. Se extienden cables desde el generador hasta el nervio vago, ubicado en el cuello. El generador envía pequeños choques eléctricos por el nervio vago a aquella parte del cerebro que se cree que cumple un papel en el estado de ánimo.
Se necesitan más estudios para ver lo bien que funciona en niños que tienen depresión.
Citas bibliográficas
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- Hazell P (2011). Depression in children and adolescents, search date July 2011. BMJ Clinical Evidence. Available online: http://www.clinicalevidence.com.
Revisado: 9 febrero, 2022
Autor: El personal de Healthwise
Evaluación médica:John Pope MD - Pediatría & Kathleen Romito MD - Medicina familiar & Christine R. Maldonado PhD - Salud de la Conducta & Adam Husney MD - Medicina familiar & David A. Brent MD - Psiquiatría Infantil y Adolescente
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