Esta información es producida y suministrada por el Instituto Nacional del Cáncer (NCI, por sus siglas en inglés). La información en este tema puede haber cambiado desde que se escribió. Para la información más actual, comuníquese con el Instituto Nacional del Cáncer a través del Internet en la página web http://cancer.gov o llame al 1-800-4-CANCER.
El cáncer es poco frecuente en niños y adolescentes, aunque desde 1975 se ha observado un aumento gradual de la incidencia general del cáncer infantil, incluso de la leucemia linfoblástica aguda (LLA).[1] Se han logrado mejoras notables en la supervivencia de niños y adolescentes con cáncer.[1,2,3] Entre 1975 y 2010, la mortalidad por cáncer infantil disminuyó en más del 50 %.[1,2,3] Para la LLA, la tasa de supervivencia a 5 años aumentó durante el mismo periodo desde 60 hasta casi el 90 % en los niños menores de 15 años, y desde 28 hasta más del 75 % en los adolescentes de 15 a 19 años.[4] Los niños y adolescentes sobrevivientes de cáncer necesitan un seguimiento minucioso, ya que los efectos secundarios del tratamiento del cáncer pueden persistir o presentarse meses o años después de este. (Para obtener información específica sobre la incidencia, el tipo y la vigilancia de los efectos tardíos en los niños y adolescentes sobrevivientes de cáncer, consultar el sumario del PDQ Efectos tardíos del tratamiento anticanceroso en la niñez).
Incidencia
La LLA, el cáncer que se diagnostica con mayor frecuencia en los niños, representa alrededor del 25 % de los diagnósticos de cáncer en niños menores de 15 años.[2,3] En los Estados Unidos, la tasa anual de la LLA es de casi 41 casos por millón de personas de 0 a 14 años de edad, y de casi 17 casos por millón de personas de 15 a 19 años.[4] Cada año se diagnostica LLA a cerca de 3100 niños y adolescentes menores de 20 años en los Estados Unidos.[5] Desde 1975, se ha producido un aumento gradual en la incidencia de la LLA.[4,6]
Se observa un valor máximo de la incidencia de LLA en los niños de 2 a 3 años (>90 casos por millón al año), con tasas que disminuyen a menos de 30 casos por millón a los 8 años de edad.[2,3] La incidencia de la LLA en niños de 2 a 3 años de edad es casi 4 veces más alta que la incidencia en lactantes y, del mismo modo, es 4 a 5 veces más alta que la incidencia en niños de 10 años o más.[2,3]
Los niños hispanos presentan la incidencia de LLA más alta (43 casos por millón).[2,3,7,8] La incidencia es mucho más alta en los niños blancos que en los niños negros, con una incidencia de LLA cerca de 3 veces más alta en niños blancos de 2 a 3 años en comparación con los niños negros de la misma edad.[2,3,7]
Características anatómicas
La LLA infantil se origina en los linfoblastos T y B en la médula ósea (consultar la Figura 1).
El compromiso medular de la leucemia aguda según se observa en el microscopio óptico se define de la siguiente manera.
Casi todos los pacientes de LLA exhiben al inicio una médula de tipo M3.
Características morfológicas
En el pasado, los linfoblastos de la LLA se clasificaban según los criterios de la clasificación French-American-British (FAB) como tipo morfológico L1, L2 o L3.[9] No obstante, este sistema de clasificación ya no se usa por la falta de importancia pronóstica independiente y su naturaleza subjetiva.
La mayoría de los casos de LLA que exhiben un tipo morfológico L3 expresan inmunoglobulina (lg) de superficie y tienen una translocación del gen MYC idéntica a la que se observa en el linfoma de Burkitt (es decir, t(8;14)(q24;q32), t(2;8)) que une el gen MYC con uno de los genes de la Ig. Los pacientes con esta forma específica de leucemia poco frecuente (leucemia de células B maduras o leucemia de Burkitt) se deben tratar de acuerdo con los protocolos para el linfoma de Burkitt. (Para obtener más información sobre el tratamiento del linfoma o la leucemia de células B maduras y el linfoma o la leucemia de Burkitt, consultar el sumario del PDQ sobre Tratamiento del linfoma no Hodgkin infantil). Es infrecuente que los blastocitos de tipo morfológico L1/L2 (no L3) expresen Ig de superficie.[10] Estos pacientes se deben tratar de la misma manera que los pacientes de LLA-B.[10]
Factores de riesgo de la leucemia linfoblástica aguda
Se han identificado pocos factores que aumenten el riesgo de la leucemia linfoblástica aguda (LLA). A continuación se describen los principales factores de riesgo aceptados para la LLA y los genes asociados (cuando sea pertinente):
Síndrome de Down
El síndrome de Down acarrea un riesgo más alto de LLA y LMA,[22,23] con un riesgo acumulado de leucemia de cerca del 2,1 % a los 5 años y del 2,7 % a los 30 años.[22,23]
Entre la mitad y dos tercios de los casos de leucemia aguda en niños con síndrome de Down son casos de LLA, y entre un 2 % y un 3 % de los casos de LLA infantil se presentan en niños con este síndrome (la prevalencia del síndrome de Down durante la infancia es cercana al 0,1 %).[24,25,26,27] La LLA en los niños con síndrome de Down exhibe una distribución por edad similar a la LLA en los niños sin síndrome de Down, con una mediana de edad de 3 a 4 años.[24,25] Por el contrario, la gran mayoría de los casos de LMA en niños con síndrome de Down se presentan antes de los 4 años (mediana de edad, 1 año).[28]
Los pacientes con LLA y síndrome de Down tienen una incidencia más baja de hallazgos citogenéticos favorables (t(12;21)(p13;q22)/ETV6-RUNX1 [TEL-AML1] e hiperdiploidía [51–65 cromosomas]), y desfavorables (t(9;22)(q34;q11.2) o t(4;11)(q21;q23) e hipodiploidía [<44 cromosomas]) así como un fenotipo de células T casi ausente.[24,25,26,28,29]
Del 50 al 60 % de los casos de LLA en niños con síndrome de Down exhiben alteraciones genómicas que afectan el gen CRLF2 y por lo general hay sobreexpresión de la proteína elaborada a partir de este gen, que establece un dímero con el receptor α de la interleucina-7 y conforma el receptor de la citocina linfopoyetina estromal tímica.[30,31,32] Se observan alteraciones genómicas de CRLF2 con una frecuencia mucho menor (<10 %) en los niños con LLA-B que no tienen síndrome de Down.[32,33,34] A partir de un número relativamente bajo de series publicadas, no se ha determinado la relevancia pronóstica de las alteraciones genómicas de CRLF2 en los pacientes con síndrome de Down y LLA, pero es necesario realizar más estudios para abordar este tema.[29,31]
Alrededor del 20 % de los casos de LLA que surgen en niños con síndrome de Down tienen mutaciones somáticas adquiridas en JAK2,[30,31,35,36,37] un hallazgo infrecuente en niños más pequeños con LLA, pero que se observa en un subgrupo compuesto principalmente de niños más grandes y adolescentes con LLA-B de riesgo alto.[38] Casi todos los casos de LLA en pacientes con síndrome de Down que tienen mutaciones en JAK2 también exhiben alteraciones genómicas en CRLF2.[30,31,32] La evidencia preliminar no indica una correlación entre el estado de la mutación en JAK2 y la supervivencia sin complicaciones (SSC) a 5 años en niños con síndrome de Down y LLA,[31,36] pero es necesario realizar más estudios para abordar este tema.
En un estudio de asociación de genoma completo se encontraron cuatro locus de susceptibilidad a la LLA-B en una población sin síndrome de Down (IKZF1, CDKN2A, ARID5B y GATA3), esos locus también se vincularon con una susceptibilidad a la LLA en niños con síndrome de Down.[39] La penetrancia del alelo de riesgo de CDKN2A fue más alta en los niños con síndrome de Down.
Las deleciones del gen IKZF1 que se observaron en hasta el 35 % de los pacientes con síndrome de Down y LLA se relacionaron con un desenlace significativamente más precario en este grupo de pacientes.[31,40]
Variantes genéticas hereditarias de penetrancia baja y alta
La predisposición genética a la LLA se divide en las siguientes categorías amplias:
En un estudio de asociación de genoma completo se encontraron cuatro locus de susceptibilidad a la LLA-B en una población sin síndrome de Down (IKZF1, CDKN2A, ARID5B y GATA3), esos locus también se vincularon con una susceptibilidad a la LLA en niños con síndrome de Down.[39] La penetrancia del alelo de riesgo de CDKN2A fue más alta en los niños con síndrome de Down.
Los factores de riesgo genético para la LLA-T se superponen con los factores de riesgo genético para la LLA-B, aunque algunos factores de riesgo son únicos. En un estudio de asociación de genoma completo se identificó un alelo de riesgo cerca de USP7 que se relacionó con aumento del riesgo de LLA-T (oportunidad relativa de 1,44) pero no LLA-B. El alelo de riesgo se relacionó con disminución en la transcripción de USP7, lo que es congruente con el hallazgo de mutaciones somáticas de pérdida de función en USP7 en pacientes con LLA-T. Las mutaciones de la línea germinal y las mutaciones somáticas en USP7 suelen ser mutuamente excluyentes y se observan con mayor frecuencia en pacientes de LLA-T con alteraciones de TAL1.[48]
Los factores de riesgo genéticos que tienen un efecto similar en la aparición de la LLA-B y la LLA-T comprenden las alteraciones en CDKN2A/B y 8q24.21 (variantes de la región amplificadora distal cis de MYC).[48]
Origen prenatal de la leucemia linfoblástica aguda infantil
En la mayoría de los casos, la leucemia linfoblástica aguda (LLA) se produce como consecuencia de un proceso de varios pasos que exige más de una alteración genómica para que se forme la leucemia evidente. La alteración genómica inicial en algunos casos de LLA infantil se produce en el útero. La evidencia que corrobora esto proviene de la detección en muestras sanguíneas de recién nacidos de reordenamientos de la inmunoglobulina o del antígeno del receptor de células T que son únicos en las células leucémicas de cada paciente.[59,60] De modo similar, algunos pacientes con LLA caracterizada por anomalías cromosómicas específicas tienen glóbulos sanguíneos que exhiben por lo menos una anomalía genómica leucémica en el momento del nacimiento, y luego surgen otros cambios genómicos cooperativos adquiridos en el periodo posnatal.[59,60,61] Los estudios genómicos en gemelos monocigóticos con leucemia coincidente respaldan aún más el origen prenatal de algunos tipos de leucemia.[59,62]
También hay evidencia de que algunos niños que nacen con unas pocos glóbulos sanguíneos portadores de una alteración genómica relacionada con la LLA nunca presentan LLA. Los estudios iniciales se enfocaron en la translocación ETV6-RUNX1, y en estos se usó la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) con retrotranscripción para identificar los trascritos de RNA que indican la presencia del gen de fusión. Por ejemplo, en un estudio, se encontró un resultado positivo para la translocación ETV6-RUNX1 en 1 % de las gotas de sangre de recién nacidos (tarjetas de Guthrie).[63] Aunque en informes posteriores, en general, se confirmó la presencia de la translocación ETV6-RUNX1 en algunos recién nacidos, las tasas y el grado de positividad varían mucho.
Con el fin de abordar de manera definitiva esta pregunta, se usó una prueba a base de DNA con elevada sensibilidad y especificidad (PCR inversa genómica para la exploración de puntos de ruptura de ligadura) en 1000 muestras de sangre de cordón umbilical y se encontró la translocación ETV6-RUNX1 en un 5 % de las muestras.[64] Cuando se aplicó el mismo método en 340 muestras de sangre de cordón umbilical, 2 muestras de cordón (0,6 %) dieron un resultado positivo para la fusión TCF3-PBX1.[65] El porcentaje de muestras de sangre de cordón umbilical que dieron positivo para una de las translocaciones ETV6-RUNX1 o TCF3-PBX1 excede por mucho el porcentaje de niños que presentará cualquier tipo de LLA (<0,01 %).
Cuadro clínico inicial
Se publicaron los síntomas típicos y atípicos, y los hallazgos clínicos de la LLA infantil.[66,67,68]
Diagnóstico
Se publicó la evaluación necesaria para determinar el diagnóstico definitivo de la LLA infantil.[66,67,68,69,70]
Pronóstico general
De los niños con LLA, alrededor del 98 % alcanzan la remisión y se anticipa que cerca del 85 % de los pacientes de 1 a 18 años con LLA recién diagnosticada que reciben los regímenes actuales sobrevivan sin complicaciones a largo plazo, y que el 90 % sobrevivan a los 5 años.[71,72,73,74] Los hallazgos citogenéticos y genómicos combinados con los resultados de enfermedad residual mínima (ERM) permiten definir subtipos de LLA con tasas de SSC de más del 95 % y, por el contrario, otros subgrupos con tasas de SSC del 50 % o inferiores (para obtener más información, consultar las secciones de este sumario sobre Características citogenéticas y genómicas de la leucemia linfoblástica aguda infantil y Factores pronósticos que afectan el tratamiento según el riesgo).
A pesar de los avances en el tratamiento de la LLA infantil, todavía hay muchas dudas del ámbito biológico y terapéutico que se deben resolver para lograr curar la LLA en todos los niños con la menor toxicidad posible. Para establecer una investigación sistemática de estas dudas se necesitan ensayos clínicos grandes y que se invite a participar a la mayoría de pacientes y familias.
Los ensayos clínicos para niños y adolescentes con LLA por lo general se diseñan para comparar el tratamiento que se acepta en la actualidad como estándar con regímenes en investigación que buscan mejorar las tasas de curación o disminuir la toxicidad. En ciertos ensayos en los que se obtiene una tasa de curación muy alta, se plantean preguntas sobre la reducción del tratamiento. La mayoría de los avances en la identificación de tratamientos curativos para la LLA infantil y otros cánceres infantiles se lograron gracias a los descubrimientos de investigación y las pruebas en ensayos clínicos controlados aleatorizados multicéntricos con diseño riguroso. Para obtener más información sobre ensayos clínicos en curso, consultar el portal de Internet del NCI.
Ensayos clínicos en curso
Realizar una búsqueda avanzada en inglés de los ensayos clínicos sobre cáncer auspiciados por el NCI que ahora aceptan pacientes. La búsqueda se puede simplificar por ubicación del ensayo, tipo de tratamiento, nombre del fármaco y otros criterios. También se dispone de información general sobre los ensayos clínicos.
Referencias:
En la revisión de 2016 de la clasificación de tumores de tejidos hematopoyéticos y linfoides de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se enumeran las siguientes entidades relacionadas con las leucemias linfoides agudas:[1]
Clasificación de la Organización Mundial de la Salud de 2016 para las leucemias o linfomas linfoblásticos de células B
Clasificación de la Organización Mundial de la Salud de 2016 para las leucemias o linfomas linfoblásticos de células T
Clasificación de la Organización Mundial de la Salud de 2016 para las leucemias agudas de linaje ambiguo
En el Cuadro 1 se resume el sistema de clasificación de la OMS para el grupo de leucemias agudas de linaje ambiguo, es decir, que exhiben características de leucemia mieloide aguda (LMA) y leucemia linfoblástica aguda (LLA).[2,3] En el Cuadro 2 se describen los criterios para la asignación del linaje durante el diagnóstico de la leucemia aguda de fenotipo mixto (LAFM).[1]
Afección | Definición |
---|---|
SAI = sin otra indicación. | |
a Adaptación de Béné MC: Biphenotypic, bilineal, ambiguous or mixed lineage: strange leukemias! Haematologica 94 (7): 891-3, 2009.[2]Obtenido del portal de Internet del Haematologica/the Hematology Journalhttp://www.haematologica.org. | |
Leucemia aguda indiferenciada | Leucemia aguda que no expresa ningún marcador considerado específico para el linaje linfoide ni el linaje mieloide |
Leucemia aguda de fenotipo mixto con t(9;22)(q34;q11.2) yBCR-ABL1(LAFM conBCR-ABL1) | Leucemia aguda que cumple con los criterios diagnósticos de la leucemia aguda de fenotipo mixto y se identifican blastocitos que también expresan la translocación (9;22) o el reordenamientoBCR-ABL1 |
Leucemia aguda de fenotipo mixto con t(v;11q23) y reordenamiento deKMT2A(MLL) (LAFM conKMT2A) | Leucemia aguda que cumple con los criterios diagnósticos de la leucemia aguda de fenotipo mixto y se identifican blastocitos que también expresan una translocación que afecta el genKMT2A |
Leucemia aguda de fenotipo mixto de células B o mieloide, SAI (LAFM B/M) | Leucemia aguda que cumple con los criterios diagnósticos para asignar un linaje B y un linaje mieloide, y se identifican blastocitos que carecen de anomalías genéticas que afectenBCR-ABL1oKMT2A |
Leucemia aguda de fenotipo mixto de células T o mieloide, SAI (LAFM T/M) | Leucemia aguda que cumple con los criterios diagnósticos para asignar un linaje T y un linaje mieloide, y se identifican blastocitos que carecen de anomalías genéticas que afectanBCR-ABL1oKMT2A |
Leucemia aguda de fenotipo mixto de células B o mieloide, SAI (tipos poco frecuentes) | Leucemia aguda que cumple con los criterios diagnósticos para asignar un linaje B y un linaje T |
Otras leucemias de linaje ambiguo | Leucemia o linfoma linfoblásticos de células citolíticas naturales |
Linaje | Criterios |
---|---|
a Adaptado de Arber et al.[1] | |
b Fuerte se define como más brillante o igual a las células B o T normales de la muestra. | |
Linaje mieloide | Mieloperoxidasa (citometría de flujo, prueba inmunohistoquímica o citoquímica);o diferenciación monocítica (por lo menos dos de los siguientes aspectos: prueba citoquímica de esterasa inespecífica, CD11c, CD14, CD64 o lisozima) |
Linaje T | CD3 citoplasmático fuerteb(con anticuerpos contra la cadena ε de CD3);o CD3 de superficie |
Linaje B | CD19 con expresión fuerteb de por lo menos una de las siguientes moléculas: CD79a, CD22 citoplasmático o CD10;o CD19 débil y por lo menos expresión fuerte de dos de las siguientes moléculas: CD79a, CD22 citoplasmático o CD10 |
Es posible que las características de las leucemias de fenotipo mixto sean variadas, como se describe a continuación:
Los casos bifenotípicos representan la mayoría de las leucemias de fenotipo mixto.[4] Las leucemias bifenotípicas de células B y mieloides que carecen de la fusión TEL-AML1 tienen tasas más bajas de remisión completa (RC) y una supervivencia sin complicaciones (SSC) significativamente más precaria en comparación con los pacientes de LLA-B.[4] En algunos estudios se indica que los pacientes con leucemia bifenotípica tal vez tengan una evolución más favorable cuando reciben un régimen de tratamiento linfoide en lugar de uno mieloide.[5,6,7,8]; [9][Nivel de evidencia: 3iiiA] En un gran estudio retrospectivo del grupo internacional Berlin-Frankfurt-Münster (BFM) se demostró que el tratamiento inicial con un régimen de tipo LLA se relacionó con un desenlace superior en comparación con un régimen de tipo LMA o regímenes combinados de LLA y LMA, en especial, en casos que dieron positivo para CD19 o que expresaban otro antígeno linfoide. En este estudio, el trasplante de células madre hematopoyéticas (TCMH) en el momento de la primera RC no fue beneficioso, excepto para los casos con indicios morfológicos de enfermedad persistente en la médula ósea (≥5 % de blastocitos) después del primer mes de tratamiento.[8]
Las características clínicas y biológicas clave, así como la importancia pronóstica de estas entidades se describen en la sección de este sumario sobre Características citogenéticas y genómicas de la leucemia linfoblástica aguda infantil.
Referencias:
Características genómicas de la leucemia linfoblástica aguda infantil
Se han investigado a fondo las características genómicas de la leucemia linfoblástica aguda (LLA) infantil y se definieron múltiples subtipos diferenciados a partir de la caracterización citogenética y molecular; cada subtipo con su propio perfil de características clínicas y pronósticas.[1] En la Figura 2 se observa la distribución de los casos de LLA según el subtipo citogenético y molecular.[1]
Características citogenéticas y genómicas de la leucemia linfoblástica aguda de células B
El panorama genómico de la leucemia linfoblástica aguda de células B (LLA-B), se caracteriza por una serie de alteraciones genómicas que interrumpen el desarrollo normal de las células B y, en algunos casos, por mutaciones en los genes que proporcionan una señal de proliferación (por ejemplo, mutaciones activadoras en los genes de la familia RAS o mutaciones y translocaciones que producen señalización mediante una vía de cinasa). Las alteraciones genómicas que interrumpen el desarrollo de las células B son, entre otras, translocaciones (por ejemplo, TCF3-PBX1 y ETV6-RUNX1), mutaciones puntuales (por ejemplo, IKZF1 y PAX5), y deleciones intragénicas o intergénicas (por ejemplo, de IKZF1, PAX5, EBF y ERG).[2]
Las alteraciones genómicas de la LLA-B no suelen ocurrir al azar, más bien se agrupan en los subtipos demarcados por sus características biológicas y perfiles de expresión génica. Los casos con translocaciones cromosómicas recurrentes (por ejemplo, TCF3-PBX1, ETV6-RUNX1 y la LLA con reordenamiento de KMT2A [MLL]) exhiben características biológicas distintivas que ilustran este punto, al igual que los siguientes ejemplos de alteraciones genómicas específicas dentro de subtipos biológicos diferenciados:
Las mutaciones puntuales activadoras en genes de cinasas son infrecuentes en la LLA-B de riesgo alto. Los genes de las cinasas JAK son los genes de cinasas que se encuentran mutados con mayor frecuencia. Por lo general, estas mutaciones se observan en los pacientes con LLA similar a Ph que tienen anormalidades en CRLF2, aunque también se observan mutaciones en JAK2 en cerca del 15 % de los niños con LLA y síndrome de Down.[4,8,9] Varios genes de cinasas y receptores de citocinas se activan mediante translocaciones, como se describe a continuación en el análisis de la LLA Ph+ y la LLA similar a Ph. Se presentan mutaciones en FLT3 en una minoría de los casos (alrededor del 10 %) de LLA hiperdiploide y LLA con reordenamiento de KMT2A; estas mutaciones son escasas en otros subtipos.[10]
La comprensión de las características genómicas de la LLA-B en el momento de la recaída está menos avanzada que la comprensión de las características genómicas de la LLA en el momento del diagnóstico. A menudo, la LLA infantil es policlonal en el momento del diagnóstico y, por influencia selectiva del tratamiento, algunos clones se extinguen mientras que surgen clones nuevos con perfiles genómicos diferenciados.[11] Las mutaciones nuevas que surgen en el momento de la recaída son de particular importancia porque su selección quizás se produzca por efecto de componentes específicos del tratamiento. Por ejemplo, en dos estudios de pacientes con LLA-B no se encontraron mutaciones en NT5C2 en el momento del diagnóstico, pero durante la recaída temprana se observaron mutaciones específicas en NT5C2 en 7 de 44 pacientes (16 %) y 9 de 20 (45 %) pacientes de cada estudio.[11,12] Las mutaciones en NT5C2 son poco frecuentes en los pacientes con una recaída tardía, estas mutaciones inducen resistencia a la mercaptopurina (6-MP) y a la tioguanina.[12] Otro gen que se encuentra mutado solamente en el momento de la recaída es PRSP1, un gen que participa en la biosíntesis de las purinas.[13] Se observaron mutaciones en el 13,0 % de los pacientes de una cohorte china y en el 2,7 % de los pacientes de una cohorte alemana; estas se observaron en pacientes con recaídas durante el tratamiento. Las mutaciones en PRSP1 observadas en los casos de recaída inducen resistencia a las tiopurinas en líneas celulares de leucemia. Las mutaciones en CREBBP también son muy frecuentes en el momento de la recaída y se vinculan con una resistencia elevada a los glucocorticoides.[11,14] Es posible que una mayor comprensión de las características genómicas en el momento de la recaída permita adaptar el tratamiento inicial para evitar las recaídas o detectar de manera temprana las mutaciones que producen resistencia, de manera que se logre una intervención antes de que se produzca una recaída evidente.
Se ha observado que algunas anomalías cromosómicas recurrentes tienen importancia pronóstica; en especial, para la LLA-B. Algunas anomalías cromosómicas se relacionan con más desenlaces favorables, como la hiperdiploidía alta (51–65 cromosomas) y la fusión ETV6-RUNX1.[15][Nivel de evidencia: 2A] Otras alteraciones como el cromosoma Ph (t(9;22)(q34;q11.2)), los reordenamientos en el gen KMT2A, la hipodiploidía y la amplificación intracromosómica del gen AML1 (iAMP21), tradicionalmente se han relacionado con un desenlace más precario.[16]
En reconocimiento de la importancia clínica de muchas de estas alteraciones genómicas, la revisión de 2016 de la clasificación de tumores de tejidos hematopoyéticos y linfoides de la Organización Mundial de la Salud enumera las siguientes entidades para la LLA-B:[17]
Estas y otras anomalías cromosómicas y genómicas de la LLA infantil se describen a continuación.
La hiperdiploidía alta (presencia de 51 a 65 cromosomas por célula o un índice de DNA superior a 1,16), se presenta en el 20 % al 25 % de los casos de LLA-B, pero es muy infrecuente en la LLA-T.[18] Es posible evaluar la hiperdiploidía por la medición del contenido de DNA en las células (índice de DNA) o por cariotipado. En los casos que exhiben un cariotipo normal o en los que el análisis citogenético estándar fue insatisfactorio, la hibridación fluorescente in situ (FISH) de interfase a veces permite detectar una hiperdiploidía oculta.
La hiperdiploidía alta por lo general se presenta en los casos con factores clínicos de pronóstico favorable (pacientes de 1 a <10 años con recuento de glóbulos blancos [GB] bajo) y es, por sí sola, un factor independiente de pronóstico favorable.[18,19,20] En un estudio, dentro del intervalo hiperdiploide de 51 a 65 cromosomas, los pacientes con números modales más altos (58–66), presentaron el mejor pronóstico.[20] Las células leucémicas hiperdiploides son especialmente susceptibles a la apoptosis y acumulan concentraciones más altas de metotrexato y sus metabolitos activos de poliglutamato,[21] lo que quizás explique el desenlace favorable que se observa con frecuencia en estos casos.
Aunque el desenlace general de los pacientes con hiperdiploidía alta se considera favorable, se ha observado que factores como la edad, el recuento de GB, las trisomías específicas y la respuesta temprana al tratamiento modifican su importancia pronóstica.[22,23]
Se ha observado que los pacientes con trisomías de los cromosomas 4, 10 y 17 (trisomías triples) tienen un desenlace particularmente favorable, como se demostró en los análisis de pacientes con LLA de riesgo estándar según el National Cancer Institute (NCI) dirigidos por el Pediatric Oncology Group (POG) y el Children's Cancer Group.[24] Los datos del POG indican que los pacientes de riesgo estándar según el NCI que exhiben trisomías 4 y 10 tienen un pronóstico excelente, independientemente del estado del cromosoma 17.[25]
Es posible que se encuentren translocaciones cromosómicas en combinación con hiperdiploidía alta; en estos casos, la clasificación de riesgo más apropiada para los pacientes se basa en la importancia pronóstica de la translocación. Por ejemplo, en un estudio, el 8 % de los pacientes con cromosoma Ph (t(9;22)(q34;q11.2)) también presentaban hiperdiploidía alta,[26] y el desenlace de estos pacientes (tratados sin inhibidores de tirosina–cinasas) fue inferior al que se observó en los pacientes con hiperdiploidía negativos para Ph.
Algunos pacientes con LLA hiperdiploide tienen un clon hipodiploide que se ha duplicado (hipodiploidía oculta).[27] Estos casos se pueden interpretar de acuerdo con el perfil de ganancias y pérdidas de cromosomas específicos (hiperdiploidía con 2 o 4 copias de cromosomas en lugar de 3 copias). Estos pacientes tienen un desenlace desfavorable, similar al de aquellos con hipodiploidía.[28]
La casi triploidía (68–80 cromosomas) y la casi tetraploidía (>80 cromosomas) son mucho menos comunes y son biológicamente diferentes de la hiperdiploidía alta.[29] A diferencia de la hiperdiploidía alta, una gran proporción de casos con casi tetraploidía albergan una fusión ETV6-RUNX1 críptica.[29,30,31] Antes se consideraba que la casi triploidía y tetraploidía estaban relacionadas con un pronóstico desfavorable, pero en estudios posteriores se indicó que es posible que no sea el caso.[29,31]
El panorama genómico de la LLA hiperdiploide se caracteriza por mutaciones en los genes de la vía de receptores de tirosina–cinasas (RTK)/RAS en alrededor de la mitad de los casos. Los genes que codifican modificadores de histonas también se presentan de manera recurrente en una minoría de los casos. En el análisis de los perfiles mutacionales se observa que las ganancias cromosómicas son episodios iniciales en la patogénesis de la LLA hiperdiploide.[32]
Los casos de LLA-B con un número de cromosomas menor que lo normal se subdividen de varias formas; en un informe se estratifican a partir del número modal de cromosomas en los siguientes cuatro grupos:[28]
La mayoría de pacientes con hipodiploidía se ubican en el grupo casi haploide o en el grupo de hipodiploidía baja; ambos grupos tienen un riesgo elevado de fracaso del tratamiento en comparación con los casos sin hipodiploidía.[28,33] Los pacientes con menos de 44 cromosomas en sus células leucémicas tienen un desenlace más precario que aquellos con 44 a 45 cromosomas.[28] En varios estudios se observó que los pacientes con enfermedad residual mínima (ERM) alta (≥0,01 %) después de la inducción evolucionan mal, con tasas de supervivencia sin complicaciones (SSC) a 5 años que oscilan entre el 25 % y el 47 %. Aunque la evolución es mejor para los pacientes con hipodiploidía que presentan una ERM baja después de la inducción (SSC a 5 años, 64–75 %), sus desenlaces siguen siendo inferiores a los de la mayoría de niños con otros tipos de LLA.[34,35,36]
Las alteraciones genómicas recurrentes de la LLA casi haploide y con hipodiploidía baja son diferentes entre sí y de las de otros tipos de LLA.[7] En la LLA casi haploide, son comunes las alteraciones que afectan la señalización RTK, la señalización RAS y el gen IKZF3.[37] En la LLA con hipodiploidía baja, son comunes las alteraciones genéticas que afectan los genes TP53, RB1 y IKZF2. Es importante destacar que las alteraciones de TP53, que se observan en la LLA con hipodiploidía baja, también están presentes en las células no tumorales en alrededor del 40 % de los casos; esto indica que estas mutaciones son de la línea germinal y que la LLA con hipodiploidía baja representa, en algunos casos, una manifestación del síndrome de Li-Fraumeni.[7] Cerca de dos tercios de los pacientes de LLA con variantes patógenas de la línea germinal en TP53 tienen LLA hipodiploide.[38]
La fusión del gen ETV6 en el cromosoma 12 con el gen RUNX1 en el cromosoma 21 se presenta en el 20 % al 25 % de los casos de LLA-B, pero casi nunca se observa en la LLA-T.[30] La t(12;21)(p13;q22) produce una translocación críptica que se detecta por métodos como la FISH, en lugar de por las pruebas citogenéticas convencionales; y se presenta de manera más frecuente en niños de 2 a 9 años.[39,40] Los niños hispanos con LLA tienen una incidencia más baja de t(12;21)(p13;q22) que los niños blancos.[41]
Por lo general, en los informes se indican SSC y supervivencias generales (SG) favorables para los niños con la fusión ETV6-RUNX1; sin embargo, los siguientes factores modifican la repercusión pronóstica de esta característica genética:[42,43,44,45,46]
En un estudio sobre el tratamiento de niños con diagnóstico nuevo de LLA, el análisis multivariante de los factores pronósticos indicó que la edad y el recuento leucocitario, pero no ETV6-RUNX1 fueron factores pronósticos independientes.[42] La presencia de anomalías citogenéticas secundarias, como la deleción de ETV6 (12p) o CDKN2A/B (9p), no parece afectar el desenlace de los pacientes con la fusión ETV6-RUNX1.[46,47]
Las recaídas tardías son más frecuentes en los pacientes con fusiones ETV6-RUNX1 en comparación con otros casos de LLA-B recidivante.[42,48] Los pacientes que exhiben la fusión ETV6-RUNX1 y recaen tienen un pronóstico un poco mejor que otros pacientes en recaída,[49] el pronóstico es en particular favorable para los pacientes que recaen después de 36 meses del diagnóstico.[50] Algunas recaídas en pacientes con t(12;21)(p13;q22) quizás indiquen la presencia de una lesión secundaria independiente en un clon preleucémico persistente (la lesión inicial sería la translocación ETV6-RUNX1).[51,52]
El cromosoma Filadelfia (Ph) t(9;22)(q34.1;q11.2) se encuentra en alrededor del 3 % de los niños con LLA y conduce a la producción de una proteína de fusión BCR-ABL1 con actividad de tirosina–cinasas (ver la Figura 3).
Este subtipo de LLA es más común en niños de más edad con LLA-B y recuento de GB alto; la incidencia de la t(9;22)(q34.1;q11.2) aumenta a cerca del 25 % en adultos jóvenes con LLA.
Tradicionalmente, el cromosoma Ph t(9;22)(q34.1;q11.2) se relacionó con un pronóstico muy adverso (en especial, en aquellos con un recuento de GB alto en el momento del diagnóstico, o con una respuesta temprana lenta al tratamiento inicial) y su presencia se ha considerado una indicación para el trasplante de células madres hematopoyéticas (TCMH) alogénico durante la primera remisión.[26,53,54,55] Los inhibidores de tirosina–cinasas de BCR-ABL, como el mesilato de imatinib, son eficaces en los pacientes con LLA Ph+.[56] En un estudio del Children's Oncology Group (COG), en el que se administró quimioterapia intensiva y mesilato de imatinib simultáneo cada día, se observó una tasa de SSC a 5 años del 70 % (± 12 %), que fue superior a la tasa de SSC de los controles históricos de la era anterior a los inhibidores de tirosina–cinasas (mesilato de imatinib).[57,58]
Los reordenamientos que afectan el gen KMT2A se presentan en cerca del 5 % de los casos de LLA infantil, y hasta en el 80 % de los lactantes con LLA. Estos reordenamientos se suelen relacionar con aumento del riesgo de fracaso del tratamiento.[59,60,61,62] En los niños con LLA, la t(4;11)(q21;q23) es el reordenamiento más común que afecta el gen KMT2A y se presenta en el 1 % al 2 % de los casos.[60,63]
Los pacientes que exhiben la t(4;11)(q21;q23) por lo general son lactantes con recuentos de GB altos; ellos son más propensos que otros niños con LLA a presentar enfermedad en el sistema nervioso central (SNC) y una respuesta precaria al tratamiento inicial.[64] Si bien, tanto los lactantes como los adultos con la t(4;11)(q21;q23) tienen un riesgo alto de fracaso del tratamiento, los niños con esta translocación tienen mejores desenlaces que los lactantes o los adultos.[59,60] De manera independiente del tipo de reordenamiento del gen KMT2A, los lactantes con células leucémicas que exhiben reordenamientos del gen KMT2A presentan resultados terapéuticos más desfavorables que los pacientes mayores cuyas células leucémicas exhiben un reordenamiento del gen KMT2A.[59,60]
Mediante secuenciación de genoma completo se determinó que los casos de LLA infantil con reordenamientos del gen KMT2A tienen pocas anomalías genómicas adicionales, ninguna de importancia clínica bien definida.[10] La deleción del gen KMT2A no se ha relacionado con un pronóstico adverso.[65]
Como dato interesante, la t(11;19)(q23;p13.3) que afecta KMT2A y MLLT1/ENL se presenta en alrededor del 1 % de los casos de LLA, tanto en la LLA de linaje B temprano como en la LLA-T.[66] El desenlace de los lactantes con t(11;19) es precario, pero es relativamente favorable en los niños de más edad con LLA-T y t(11;19).[66]
La t(1;19) se presenta en alrededor del 5 % de los casos de LLA infantil, esta translocación se produce por una fusión del gen TCF3 en el cromosoma 19 con el gen PBX1 en el cromosoma 1.[67,68] La t(1;19) se presenta como una translocación equilibrada o desequilibrada, y es la principal anomalía genómica recurrente del inmunofenotipo de LLA pre-B (positiva para inmunoglobulina citoplasmática).[69] Los niños negros son más propensos a presentar LLA pre-B con t(1;19) que los niños blancos.[70]
La t(1;19) se relacionó con un desenlace inferior en el contexto de un tratamiento a base de antimetabolitos,[71] pero la importancia para determinar un pronóstico adverso se invalidó casi por completo cuando se usó un tratamiento multifarmacológico más intensivo.[68,72] Sin embargo, en un ensayo realizado por el St. Jude Children's Research Hospital (SJCRH) en el que todos los pacientes se trataron sin radiación craneal, aquellos con la t(1;19) tuvieron un desenlace general comparable al de los niños sin esta translocación, además presentaron un riesgo más alto de recaída en el SNC y una tasa más baja de recaída en la médula ósea; esto indica que quizás estos pacientes necesiten un tratamiento dirigido al SNC más intensivo.[73,74]
La t(17;19) derivada de la fusión TCF3-HLF se presenta en menos del 1 % de los casos de LLA infantil. La LLA con la fusión TCF3-HLF se relaciona con coagulación intravascular diseminada e hipercalcemia en el momento del diagnóstico. El desenlace es muy precario en niños con t(17;19): en una revisión de la literatura se indicó una mortalidad de 20 de 21 casos notificados.[75] Además de la fusión TCF3-HLF, el panorama genómico de este subtipo de LLA se caracterizó por deleciones en genes que participan en el desarrollo de las células B (PAX5, BTG1 y VPREB1) y por mutaciones en los genes de la vía RAS (NRAS, KRAS y PTPN11).[69]
Casi el 5 % de los pacientes pediátricos con LLA de células B de riesgo estándar y el 10 % de los pacientes de riesgo alto tienen un reordenamiento que afecta el gen DUX4 y conduce a su sobreexpresión.[5,6] La frecuencia en adolescentes mayores (>15 años) es de alrededor del 10 %. El reordenamiento más común produce fusiones IGH-DUX4; y también se observan fusiones ERG-DUX4.[76] Los casos con reordenamiento de DUX4 exhiben un perfil de expresión génica característico que al principio se identificó como asociado con deleciones focales en ERG,[76,77,78,79] y entre la mitad y más de dos tercios de estos casos tienen deleciones intragénicas focales que afectan el gen ERG pero que no se encuentran en otros subtipos de LLA.[5,76] Las deleciones de ERG a menudo parecen ser clonales, pero al usar métodos de detección más sensibles, se observa que la mayoría de los casos son policlonales.[76] Se observan alteraciones de IKZF1 en el 20 % al 40 % de los casos de LLA con reordenamiento de DUX4.[5,6]
La deleción de ERG conlleva un pronóstico excelente, con tasas de SG superiores al 90 %; el pronóstico sigue siendo favorable incluso cuando hay una deleción de IZKF1.[77,78,79] Si bien la LLA con reordenamiento de DUX4 tiene un pronóstico general favorable, no se sabe si esto es cierto en los casos con deleción de ERG y en los casos con ERG intacto. En un estudio de 50 pacientes de LLA con reordenamiento de DUX4, los pacientes con deleción de ERG detectada mediante reacción en cadena de la polimerasa (RCP) (n = 33) presentaron una tasa de SSC más favorable, de alrededor del 90 %, que los pacientes con ERG intacto (n = 17), con una tasa de SSC de alrededor del 70 %.
Las fusiones génicas que afectan a MEF2D, un factor de transcripción que se expresa durante el desarrollo de las células B, se observan en alrededor del 4 % de los casos de LLA infantil.[80,81] Aunque hay múltiples compañeros de fusión, la mayoría de los casos afectan el gen BCL9, en el cromosoma 1q21, al igual que el gen MEF2D.[80,82] La deleción intersticial que produce la fusión MEF2D-BCL9 es muy pequeña como para ser detectada por métodos citogenéticos convencionales. Los casos con fusiones del gen MEF2D exhiben un perfil de expresión génica característico, excepto por casos infrecuentes que tienen MEF2D-CSFR1 y un perfil de expresión génica similar a Ph.[80,83]
La mediana de edad en el momento del diagnóstico para los casos de LLA con reordenamiento de MEF2D fue de 12 a 14 años en los estudios que incluyeron pacientes adultos y niños.[80,81] En los 22 niños de LLA con reordenamiento de MEF2D inscritos en un ensayo clínico de LLA de riesgo alto, la tasa de SSC a 5 años fue del 72 % (error estándar, ±10 %), que fue inferior a la de otros pacientes.[80]
El gen ZNF384 codifica un factor de transcripción y presenta reordenamientos en cerca del 4 % al 5 % de los casos de LLA-B infantil.[80,84,85] Se han descrito múltiples compañeros de fusión para ZNF384, entre ellos, ARID1B, CREBBP, EP300, SMARCA2, TAF15 y TCF3. Sin importar el compañero de fusión, los casos de LLA con reordenamiento de ZNF384 exhiben un perfil de expresión génica característico.[80,84,85] El reordenamiento de ZNF384 no parece tener importancia pronóstica independiente.[80,84,85] El inmunofenotipo de LLA-B con reordenamiento de ZNF384 se caracteriza por expresión débil de CD10 o ausencia de expresión de este producto, mientras que es común que exprese CD13 o CD33.[84,85] Se han notificado casos de leucemia aguda de fenotipo mixto (LAFM) (B/mieloide) que exhiben fusiones génicas de ZNF384, [86,87] y en la evaluación genómica de la LAFM se encontró que las fusiones génicas de ZNF384 estaban presentes en cerca de la mitad de los casos con fenotipo B/mieloide.[88]
Esta entidad se incluyó en la revisión de 2016 de la clasificación de tumores de tejidos hematopoyéticos y linfoides de la Organización Mundial de la Salud (OMS).[17] El hallazgo de la t(5;14)(q31.1;q32.3) en pacientes con LLA e hipereosinofilia en la década de 1980 fue seguido por la identificación de la fusión IL3-IGH como la causa genética subyacente de esta afección.[89,90] La unión del locus de IGH a la región promotora del gen IL3 lleva a la desregulación de la expresión de IL3.[91] Las anomalías citogenéticas en niños con LLA y eosinofilia son variables, solo un subgrupo se produce a partir de la fusión IL3-IGH.[92]
El número de casos de LLA con IL3-IGH descritos en la bibliografía publicada es demasiado pequeño como para evaluar la importancia pronóstica de la fusión IL3-IGH. El diagnóstico de los casos de LLA con IL3-IGH quizá se retrase porque es posible que la hipereosinofilia se presente en ausencia de citopenias y blastocitos circulantes.[17]
Por lo general la iAMP21 se diagnostica mediante FISH y se define por la presencia de 5 o más señales de RUNX1 por célula (o ≥3 copias adicionales de RUNX1 en un cromosoma anormal único).[17] Esta amplificación se presenta en cerca del 2 % de los casos de LLA-B y se relaciona con mayor edad (mediana, alrededor 10 años), recuento de GB inferior a 50 × 109 /l, un leve predominio en mujeres y una ERM alta al final de la inducción.[93,94,95]
El grupo de ensayos clínicos United Kingdom Acute Lymphoblastic Leukaemia (UKALL), inicialmente notificó que la presencia de iAMP21 confirió un pronóstico precario a los pacientes tratados en el ensayo MRC ALL 97/99 (SSC a 5 años, 29 %).[16] En el ensayo posterior del mismo grupo (UKALL2003 [NCT00222612]), se asignó a los pacientes con iAMP21 a recibir un régimen de quimioterapia más intensivo, y estos pacientes presentaron un desenlace mucho más favorable (SSC a 5 años, 78 %).[94] De manera similar, el COG informó que la iAMP21 se relacionó con un desenlace significativamente inferior en los pacientes de riesgo estándar del NCI (SSC a 4 años, 73 % para iAMP21 vs. 92 % en otros), pero no en los pacientes con riesgo alto del NCI (SSC a 4 años, 73 vs. 80 %).[93] En un análisis multivariante, la iAMP21 fue un factor de pronóstico independiente de desenlace precario solo en los pacientes de riesgo estándar del NCI.[93] Los resultados de los estudios UKALL2003 y COG indican que en los pacientes que tienen una iAMP21, el tratamiento con regímenes de quimioterapia de riesgo alto anula la repercusión de iAMP21 como factor de pronóstico adverso y evita la necesidad de un TCMH en el momento de la primera remisión.[95]
En análisis de expresión génica se identificaron dos subtipos de LLA diferenciados con alteraciones genómicas en PAX5, que se denominaron PAXalt y PAX5 p.Pro80Arg.[96] Las alteraciones en el subtipo PAX5alt incluyen reordenamientos, mutaciones de secuencia y amplificaciones intragénicas focales.
PAX5alt. Se han notificado reordenamientos de PAX5 en el 2 % al 3 % de los casos de LLA infantil.[97] Se han reseñado más de 20 genes compañeros de PAX5,[96] la alteración genómica primaria en dic(9;12)(p13;p13) es PAX5-ETV6,[98] lo que la convierte en la fusión génica más común.[96]
Se identificó una amplificación intragénica de PAX5 en cerca del 1 % de los casos de LLA-B, y por lo general se detectó en casos que no tenían alteraciones genómicas que se sabe son iniciadoras de leucemia.[99] Los casos con amplificación de PAX5 son de predominio masculino (66 %), y la mayoría (55 %) se clasifican en un estado de riesgo alto del NCI. En una cohorte de pacientes con amplificación de PAX5 que recibieron el diagnóstico entre 1993 y 2015, la tasa de SSC a 5 años fue del 49 % (intervalo de confianza [IC] 95 %, 36–61 %), y la tasa de SG fue del 67 % (IC 95 %, 54–77 %), lo que indica un pronóstico relativamente más precario para este subtipo de LLA-B.
PAX5 p.Pro80Arg. Cuando el gen PAX5 tiene la mutación p.Pro80Arg exhibe un perfil de expresión génica diferente al de otros casos con alteraciones en PAX5.[96] Los casos con la mutación p.Pro80Arg en PAX5 son más comunes en los adolescentes y adultos jóvenes (AAJ) y en los adultos (3–4 % de frecuencia) que en los niños con LLA de riesgo estándar o riesgo alto del NCI (0,4 y 1,9 % de frecuencia, respectivamente). Para los pacientes pediátricos con la mutación p.Pro80Arg en PAX5 y con la mutación PAX5alt tratados en los ensayos clínicos del COG, el desenlace es intermedio (SSC a 5 años, alrededor del 75 %).[96]
Los pacientes con un resultado negativo para BCR-ABL1 que exhiben un perfil de expresión génica semejante al de los pacientes con resultado positivo para BCR-ABL1 se considera que tienen una LLA similar a Ph.[100,101,102] Esto sucede en el 10 % al 20 % de los pacientes de LLA infantil; su frecuencia aumenta con la edad y se ha relacionado con una mutación o deleción de IKZF1.[8,100,101,103,104]
En análisis retrospectivos se indicó que los pacientes con LLA similar a Ph tienen un pronóstico precario.[4,100] En una serie, la SSC a 5 años de los niños y adolescentes de riesgo alto según el NCI con LLA similar a Ph fue del 58 % y el 41 %, respectivamente.[4] Si bien el subtipo similar a Ph es más frecuente en pacientes de más edad y de riesgo más alto, también se ha identificado en pacientes de riesgo estándar según el NCI. En un estudio del COG, se encontró que el 13,6 % de 1023 pacientes con LLA-B de riesgo estándar según el NCI tenían una LLA similar a Ph; estos pacientes exhibieron una SSC inferior comparada con los pacientes de riesgo estándar con una LLA de otro tipo no similar a Ph (82 vs. 91 %), aunque no se indicaron diferencias en la SG (93 vs. 96 %).[105] En un estudio de 40 pacientes con LLA similar a Ph, la importancia pronóstica adversa de este subtipo se anuló cuando los pacientes recibieron tratamiento dirigido según el riesgo a partir de las concentraciones de ERM.[106]
El sello distintivo de la LLA similar a Ph es la activación de la señalización de cinasa; el 50 % exhibe alteraciones genómicas en CRLF2[102,107] y de esos, la mitad exhibe de manera simultánea mutaciones en JAK.[108]
Se observó que en muchos de los casos restantes de LLA similar a Ph hay una serie de translocaciones que afectan a genes de fusión de clase ABL codificadores de tirosina–cinasas, como ABL1, ABL2, CSF1R, y PDGFRB.[4,103] En algunos casos, se ha observado que las proteínas de fusión de estas combinaciones de genes son transformadoras y responden a los inhibidores de tirosina–cinasas in vitro e in vivo,[103] lo que indica posibles estrategias terapéuticas para estos pacientes. La prevalencia de fusiones de clase ABL es más baja en los pacientes de riesgo estándar según el NCI (0,2 %) que en los pacientes de riesgo alto según el NCI (cerca del 4 %).[105] En un estudio retrospectivo de 122 pacientes pediátricos (edad 1–18 años) con fusiones de clase ABL (todos recibieron tratamiento sin inhibidores de tirosina–cinasas), la tasa de SSC a 5 años fue del 59 % y la tasa de SG fue del 76 %.[109]
Alrededor del 9 % de los casos de LLA similar a Ph se producen a partir de reordenamientos que llevan a la sobreexpresión de un receptor de eritropoyetina (EPOR) incompleto.[110] La región del extremo C del receptor que se pierde es la región mutada en la policitemia congénita familiar primaria, y es la que controla la estabilidad de EPOR. La porción de EPOR que queda es suficiente para la activación de JAK-STAT y para conducir a la aparición de la leucemia. Las mutaciones puntuales en los genes de cinasas, distintos a JAK1 y JAK2, son poco comunes en los casos de LLA similar a Ph.[8]
CRLF2. Se han identificado alteraciones genómicas en CRLF2, un gen de un receptor de citocina ubicado en las regiones pseudoautosómicas de los cromosomas sexuales, en el 5 % al 10 % de los casos de LLA-B; estos casos representan alrededor del 50 % de los casos de LLA similar a Ph.[111,112,113] Las anomalías cromosómicas que con mayor frecuencia conducen a la sobreexpresión de CRLF2 incluyen las translocaciones del locus de IGH (cromosoma 14) al CRLF2 y las deleciones intersticiales en las regiones pseudoautosómicas de los cromosomas sexuales, lo que produce una fusión P2RY8-CRLF2.[8,107,111,112] Estas dos alteraciones genómicas se relacionan con características clínicas y biológicas diferenciadoras.
La fusión P2RY8-CRLF2 se observa en el 70 % al 75 % de los pacientes pediátricos con alteraciones genómicas en CRLF2, y se presenta en pacientes jóvenes (mediana de edad, 4 vs. 14 años en los pacientes con IGH-CRLF2).[114,115] A menudo la P2RY8-CRLF2 se presenta junto a otras anomalías cromosómicas establecidas (por ejemplo, hiperdiploidía, iAMP21, dic(9;20)), por el contrario IGH-CRLF2 en general es mutuamente excluyente de los subtipos citogenéticos conocidos. Se observan alteraciones genómicas en CRLF2 en cerca del 60 % de los pacientes con LLA y síndrome de Down, y la fusión P2RY8-CRLF2 es más frecuente que la fusión IGH-CRLF2 (80 vs. 20 %).[112,114]
La presencia de IGH-CRLF2 y P2RY8-CRLF2 a menudo es una alteración temprana en la formación de una LLA-B y exhibe prevalencia clonal.[116] Sin embargo, en algunos casos es una alteración tardía y exhibe prevalencia subclonal.[116] En estos casos, la pérdida de la anormalidad genómica de CRLF2 en el momento de una recaída confirma la naturaleza subclonal de esta alteración.[114,117]
Las anormalidades en CRLF2 se asocian directamente con deleciones de IKZF1. Otras alteraciones genómicas recurrentes asociadas con las alteraciones en CRLF2 son las deleciones en los genes vinculados con la diferenciación de las células B (por ejemplo, PAX5, BTG1, EBF1, etc.) y el control del ciclo celular (CDKN2A), así como las alteraciones genómicas que activan la vía de señalización JAK-STAT (por ejemplo, mutaciones en IL7R y JAK).[4,107,108,112,118]
Aunque los resultados de varios estudios retrospectivos indican que las anomalías en CRLF2 quizás denoten un pronóstico adverso en los análisis univariantes, la mayoría no indica que esta anomalía sea un factor de predicción independiente del desenlace.[107,111,112,119,120] Por ejemplo, en un estudio europeo grande, la expresión elevada de CRLF2 no se relacionó con un desenlace desfavorable en los análisis multivariantes, mientras que las firmas de expresión de deleción de IKZF1 y similar a Ph se relacionaron con desenlaces desfavorables.[104] También hay polémica sobre si el análisis de la importancia pronóstica de las anomalías en CRLF2 debe hacerse en relación con la sobreexpresión de CRLF2 o con la presencia de anomalías genómicas en CRLF2.[119,120]
Las deleciones de IKZF1, incluso las deleciones del gen completo y de exones específicos, están presentes en alrededor del 15 % de los casos de LLA-B. Con menor frecuencia, el gen IKZF1 se inactiva por mutaciones puntuales deletéreas.[101]
Los casos con deleciones de IKZF1 se suelen presentar en niños mayores, que tienen un recuento de GB más alto en el momento del diagnóstico y, por lo tanto, son más frecuentes en los pacientes de riesgo alto según el NCI en comparación con los de riesgo estándar según el NCI.[2,101,118,121] Una proporción alta de casos similares a Ph tienen una deleción de IKZF1,[3,118] y las LLA que surgen en niños con síndrome de Down tienen tasas elevadas de deleciones de IKZF1.[122] Las deleciones de IKZF1 también son comunes en los casos con alteraciones genómicas de CRLF2 y en la LLA similar a Ph.[77,100,118]
En varios informes se ha documentado la relevancia de la deleción de IKZF1 para definir un pronóstico adverso, y, en la mayoría de los estudios con análisis multivariantes, se notificó que esta deleción es un factor independiente de pronóstico precario.[77,100,101,104,118,123,124,125,126,127,128,129]; [130][Nivel de evidencia: 2Di] Sin embargo, la importancia pronóstica de IKZF1 quizás no sea equivalente en todos los subtipos biológicos de LLA, como se demuestra por la aparente falta de relevancia pronóstica en los pacientes con deleción de ERG.[77,78,79] De manera parecida, la importancia pronóstica de la deleción de IKZF1 también se redujo en una cohorte de pacientes del COG de LLA con reordenamiento de DUX4 y desregulación transcripcional de ERG, lo que a menudo se presenta por la deleción de ERG.[6] El grupo de la Associazione Italiana di Ematologia e Oncologia Pediatrica y el Berlin-Frankfurt-Münster notificó que las deleciones de IKZF1 indicaron un pronóstico adverso solo en los pacientes con LLA-B que exhibían ERM alta al final de la inducción y en quienes se detectaron al mismo tiempo deleciones en CDKN2A, CDKN2B, PAX5 o PAR1 (en ausencia de la deleción de ERG).[131] El pronóstico precario relacionado con las alteraciones en IKZF1 empeora con el hallazgo concomitante de la deleción 22q11.22. En un estudio de 1310 pacientes con LLA-B, cerca de la mitad de los pacientes con alteraciones en IKZF1 también tenían una deleción 22q11.22. La tasa de SSC fue del 43,3 % para aquellos con las 2 anomalías, en comparación con el 68,5 % de los pacientes con alteraciones en IKZF1 y 22q11.22 natural (P < 0,001).[132]
Hay pocos resultados publicados sobre el cambio de tratamiento a partir del estado del gen IKZF1. El grupo Malasia-Singapur publicó los resultados de dos ensayos consecutivos. En el primer ensayo (MS2003), el estado de IKZF1 no se consideró en la estratificación del riesgo, mientras que en el ensayo posterior (MS2010), los pacientes con deleción de IKZF1 se excluyeron del grupo de riesgo estándar. Además, en el ensayo MS2010, más pacientes con deleción de IKZF1 recibieron terapia intensificada. Los pacientes de LLA con deleción de IKZF1 exhibieron mejores desenlaces en el ensayo MS2010 en comparación con los pacientes del ensayo MS2003, pero la interpretación de esta observación se ve limitada por otros cambios en la estratificación del riesgo y las diferencias de tratamiento entre los dos ensayos.[133][Nivel de evidencia: 2A]
Características citogenéticas y genómicas de la leucemia linfoblástica aguda de células T
La LLA-T se caracteriza por alteraciones genómicas que producen la activación de programas transcripcionales relacionados con el desarrollo de las células T y por una frecuencia alta de casos (casi el 60 %) con mutaciones en NOTCH1 o FBXW7 que producen la activación de la vía NOTCH1.[134] A diferencia de la LLA-B, la importancia pronóstica de las alteraciones genómicas en la LLA-T está menos definida. Las anomalías citogenéticas comunes en la LLA de linaje B (por ejemplo, hiperdiploidía, 51–65 cromosomas) son poco frecuentes en la LLA-T.[135,136]
La señalización de la vía Notch a menudo se activa por mutaciones en los genes NOTCH1 y FBXW7 en casos de LLA-T, y estos son los genes mutados con mayor frecuencia en los casos de LLA-T infantil.[134,137] Las mutaciones que activan el gen NOTCH1 se presentan en cerca del 50 % al 60 % de los casos de LLA-T; las mutaciones que inactivan el gen FBXW7 se presentan en cerca del 15 % de los casos, lo que hace que casi el 60 % de los pacientes exhiban activación de la vía Notch por mutaciones en por lo menos uno de estos genes.[138,139]
La importancia pronóstica de las mutaciones en NOTCH1 y FBXW7 quizás esté modulada por alteraciones genómicas en RAS y PTEN. El French Acute Lymphoblastic Leukaemia Study Group (FRALLE) y el Group for Research on Adult Acute Lymphoblastic Leukemia notificaron que los pacientes con mutaciones en NOTCH1 y FBXW7 que además tienen tipos naturales de PTEN y RAS forman un grupo de pronóstico favorable (es decir, riesgo bajo), mientras que los pacientes con mutaciones en PTEN o RAS, sin importar el estadio de NOTCH1 y FBXW7, tienen un riesgo significativamente más alto de fracaso del tratamiento (es decir, grupo de riesgo alto).[140,141] En el estudio FRALLE, la tasa de supervivencia sin enfermedad (SSE) a 5 años fue del 88 % para el grupo de pacientes de riesgo genético bajo y del 60 % para el grupo de pacientes de riesgo genético alto.[140] Sin embargo, al usar los mismos criterios para definir el grupo de riesgo genético, no fue posible que el consorcio Dana-Farber Cancer Institute replicara estos resultados. Ellos informaron una tasa de SSC a 5 años del 86 % para los pacientes de riesgo genético bajo y del 79 % para los pacientes de riesgo genético alto, una diferencia que no fue estadísticamente significativa (P = 0,26).[139]
En la LLA-T se han identificado múltiples translocaciones cromosómicas que llevan a la alteración en la expresión de genes específicos. Estos reordenamientos cromosómicos producen fusiones de genes codificadores de factores de transcripción (por ejemplo, TAL1/TAL2, LMO1, LMO2, LYL1, TLX1, TLX3, NKX2-I, HOXA y MYB) con uno de los locus de los receptores de las células T (o con otros genes), lo que lleva a la alteración en la expresión de los factores de transcripción en las células leucémicas.[134,135,142,143,144,145,146] A menudo, estas translocaciones no son evidentes al examinar el cariotipo estándar, pero se logran confirmar con técnicas de detección más sensibles, como FISH o PCR.[135] Las mutaciones en una región no codificante cerca del gen TAL1 que produce un superpotenciador antes de la secuencia del gen TAL1 representan alteraciones genómicas que no son translocaciones, pero que también activan la transcripción de TAL1 e inducen la LLA-T.[147]
En la LLA-T también se observan translocaciones que producen proteínas de fusión quiméricas.[140]
Características citogenéticas y genómicas de la leucemia linfoblástica aguda de células T precursoras tempranas
En la caracterización molecular detallada de la LLA de células T precursoras tempranas, se observó que esta entidad es muy heterogénea a nivel molecular, y no hay un solo gen afectado por una mutación o alteración en el número de copias que se presente en más de un tercio de los casos.[156] En comparación con otros casos de LLA-T, el grupo de células T precursoras tempranas exhibió una tasa más baja de mutaciones en NOTCH1 y frecuencias significativamente más altas de alteraciones en los genes que regulan los receptores de citocinas y la señalización RAS, la maduración hematopoyética y las modificaciones en las histonas. El perfil transcripcional de la LLA de células T precursoras tempranas es parecido al de las células madre hematopoyéticas normales y las células madre de la leucemia mieloide.[156]
En algunos estudios se encontró que la ausencia de la deleción bialélica del locus TCR-γ (ABD), detectado por hibridación genómica comparativa o DNA-PCR cuantitativa, se relacionó con un fracaso terapéutico temprano en los pacientes con LLA-T.[157,158] ABD es característico de las células tímicas precursoras y muchos de los pacientes con LLA-T que exhiben ABD tienen un inmunofenotipo que coincide con el diagnóstico del fenotipo de células T precursoras tempranas.
Características citogenéticas y genómicas de la leucemia aguda de fenotipo mixto
El sistema de clasificación de la OMS para las leucemias de linaje ambiguo se resume en el Cuadro 3.[159,160] Los criterios para la asignación del linaje durante el diagnóstico de la leucemia aguda de fenotipo mixto (LAFM) se describen en el Cuadro 4.[17]
Afección | Definición |
---|---|
SAI = sin otra indicación. | |
a Adaptación de Béné MC: Biphenotypic, bilineal, ambiguous or mixed lineage: strange leukemias! Haematologica 94 (7): 891-3, 2009.[159]Obtenido del portal de Internet del Haematologica/the Hematology Journalhttp://www.haematologica.org. | |
Leucemia aguda indiferenciada | Leucemia aguda que no expresa ningún marcador que se considere específico para el linaje linfoide ni el linaje mieloide |
Leucemia aguda de fenotipo mixto con t(9;22)(q34;q11.2) yBCR-ABL1(LAFM conBCR-ABL1) | Leucemia aguda que cumple con los criterios diagnósticos de la leucemia aguda de fenotipo mixto y se identifican blastocitos que también expresan la translocación (9;22) o el reordenamientoBCR-ABL1 |
Leucemia aguda de fenotipo mixto con t(v;11q23); reordenamiento deKMT2A(MLL) (LAFM conKMT2A) | Leucemia aguda que cumple con los criterios diagnósticos de la leucemia aguda de fenotipo mixto y se identifican blastocitos que también expresan una translocación que afecta el genKMT2A |
Leucemia aguda de fenotipo mixto de células B o mieloide, SAI (LAFM B/M) | Leucemia aguda que cumple con los criterios diagnósticos para asignar un linaje B y un linaje mieloide, y se identifican blastocitos que carecen de anomalías genéticas que afectenBCR-ABL1oKMT2A |
Leucemia aguda de fenotipo mixto de células T o mieloide, SAI (LAFM T/M) | Leucemia aguda que cumple con los criterios diagnósticos para asignar un linaje T y un linaje mieloide, y se identifican blastocitos que carecen de anomalías genéticas que afectanBCR-ABL1oKMT2A |
Leucemia aguda de fenotipo mixto de células B o mieloide, SAI (tipos poco frecuentes) | Leucemia aguda que cumple con los criterios diagnósticos para asignar un linaje B y un linaje T |
Otras leucemias de linaje ambiguo | Leucemia o linfoma linfoblásticos de células citolíticas naturales |
Linaje | Criterios |
---|---|
a Adaptado de Arber et al.[17] | |
b Fuerte se define como más brillante o igual a las células B o T normales de la muestra. | |
Linaje mieloide | Mieloperoxidasa (citometría de flujo, prueba inmunohistoquímica o citoquímica);o diferenciación monocítica (por lo menos dos de los siguientes aspectos: prueba citoquímica de esterasa inespecífica, CD11c, CD14, CD64 o lisozima) |
Linaje T | CD3 citoplasmático fuerteb(con anticuerpos contra la cadena ε de CD3);o CD3 de superficie |
Linaje B | CD19 con expresión fuerteb de por lo menos una de las siguientes moléculas: CD79a, CD22 citoplasmático o CD10;o CD19 débil y por lo menos expresión fuerte de dos de las siguientes moléculas: CD79a, CD22 citoplasmático o CD10 |
El sistema de clasificación de la LAFM incluye dos entidades definidas a partir de la alteración molecular principal: LAFM con translocación BCR-ABL1 y LAFM con reordenamiento de KMT2A. Las alteraciones genómicas asociadas con cada una de las entidades LAFM, B/mieloide, SAI (LAFM B/M) y LAFM, T/mieloide, SAI (LAFM T/M) son diferentes, como se describe a continuación:
Polimorfismos génicos en las vías metabólicas de los fármacos
Se ha notificado que algunos polimorfismos de los genes involucrados en el metabolismo de fármacos quimioterapéuticos tienen importancia pronóstica en la LLA infantil.[161,162,163]
Los pacientes con fenotipos de mutaciones en TPMT (gen que participa en el metabolismo de las tiopurinas, como la mercaptopurina) tienen desenlaces más favorables,[164] aunque estos pacientes también exhiben un riesgo más alto de presentar importantes efectos tóxicos relacionados con el tratamiento, como mielodepresión e infección.[165,166] Los pacientes con homocigosis para variantes de TPMT relacionadas con actividad enzimática baja solo toleran dosis muy bajas de mercaptopurina (alrededor del 10 % de la dosis estándar) y se tratan con dosis reducidas de este medicamento para evitar toxicidad excesiva. Los pacientes heterocigóticos para la mutación de este gen de enzima por lo general toleran la mercaptopurina sin toxicidad grave, pero necesitan reducciones de dosis más frecuentes debido a toxicidad hematopoyética que los pacientes homocigóticos para el alelo normal.[167,168]
Las variantes de la línea germinal en NUDT15 que reducen o anulan la actividad de esta enzima también disminuyen la tolerabilidad a las tiopurinas.[167,169] Las variantes de NUDT15 son más comunes en los pacientes del este de Asía y en los pacientes hispanos, pero son infrecuentes en los pacientes europeos y africanos. Los pacientes homocigóticos para las variantes de riesgo toleran solo dosis muy bajas de mercaptopurina, mientras que los pacientes heterocigóticos para los alelos de riesgo toleran dosis más bajas que los pacientes homocigóticos para el alelo de tipo natural (reducción promedio de la dosis, 25 %), pero hay una superposición amplia de las dosis toleradas entre los dos grupos.[167,170]
Los polimorfismos génicos también afectan la expresión de las proteínas que cumplen funciones importantes en los efectos celulares de los antineoplásicos. Por ejemplo, los pacientes homocigóticos para un polimorfismo en la región promotora de CEP72 (una proteína del centrosoma que participa en la formación de microtúbulos) tienen un riesgo aumentado de neurotoxicidad por vincristina.[171]
En el análisis de polimorfismos en el genoma completo, se han identificado polimorfismos de un solo nucleótido específicos que se relacionan con una ERM alta al final de la inducción y riesgo de recaída. Los polimorfismos de la interleucina-15, y los genes asociados con el metabolismo del etopósido y el metotrexato, exhibieron una asociación significativa con la respuesta al tratamiento en dos cohortes numerosas de pacientes con LLA tratados con protocolos del SJCRH y del COG.[172] Las variantes polimórficas que afectan el transportador de folato reducido y el metabolismo del metotrexato se relacionaron con la toxicidad y el desenlace.[173,174] Aunque estas asociaciones indican que las variaciones individuales en el metabolismo de los fármacos quizás afecten el desenlace, se han realizado pocos estudios para intentar ajustar a partir de dichas variaciones; se desconoce si una modificación personalizada de la dosis a partir de estos hallazgos mejoraría los resultados.
Referencias:
Introducción al tratamiento según el riesgo
Los niños con leucemia linfoblástica aguda (LLA) por lo general reciben un tratamiento que se basa en el grupo de riesgo definido a partir de características clínicas y de laboratorio. La intensidad del tratamiento necesario para curar la enfermedad varía mucho entre los subgrupos de niños con LLA. En los niños con LLA se usa la asignación del tratamiento según el riesgo para evitar un tratamiento más intensivo y tóxico en los pacientes con características clínicas y biológicas favorables, y probabilidades de tener un desenlace muy favorable con un tratamiento moderado, mientras que se administra un tratamiento más intensivo, quizás más tóxico, a los pacientes con menores probabilidades de supervivencia a largo plazo.[1,2]
En algunos grupos de estudio de la LLA, como el Children´s Oncology Group (COG), se utiliza un régimen de inducción más o menos intensivo que se determina a partir de un subconjunto de factores previos al tratamiento, mientras que en otros grupos se administran regímenes de inducción similares a todos los pacientes.
Entre los factores que el COG usa para determinar la intensidad de la inducción se incluyen los siguientes:
La clasificación del grupo de riesgo del NCI para la LLA-B estratifica el riesgo según la edad y el recuento de glóbulos blancos (GB), de la siguiente manera:[3]
Todos los grupos de estudio modifican la intensidad de la terapia de posinducción a partir de varios factores pronósticos, como el grupo de riesgo del NCI, el inmunofenotipo, la respuesta temprana y las alteraciones citogenéticas y genómicas.[4] La detección del cromosoma Filadelfia (es decir, LLA positiva para el cromosoma Filadelfia; LLA Ph+) implica cambios inmediatos en la terapia de inducción.[5]
La asignación del tratamiento según el riesgo requiere de la disponibilidad de factores pronósticos que predigan el desenlace de forma confiable. Para los niños con LLA se ha demostrado que varios factores tienen importancia pronóstica como los que se describen a continuación.[6] Los factores que afectan el pronóstico se agrupan en las siguientes tres categorías:
Como en cualquier análisis de factores pronósticos, el orden relativo de significación de las variables y su interrelación a menudo depende del tratamiento, por lo tanto es necesario realizar análisis multivariantes para determinar los factores que operan de forma independiente como variables pronósticas. Debido a que los factores pronósticos dependen del tratamiento, es posible que las mejoras terapéuticas disminuyan o resten significación a cualquiera de estos supuestos factores pronósticos.
Se usa un subconjunto de factores pronósticos y clínicos, expuestos más adelante, para la estratificación inicial de los niños con LLA a fin de establecer la asignación al tratamiento. (Para obtener descripciones cortas de las agrupaciones pronósticas que se aplican en la actualidad en los ensayos clínicos en curso de los Estados Unidos, consultar la sección de este sumario sobre Grupos pronósticos [de riesgo] en evaluación clínica).
(Para obtener más información sobre los factores pronósticos importantes en el momento de la recaída, consultar la sección de este sumario sobre Factores pronósticos después de la primera recaída de la leucemia linfoblástica aguda infantil).
Factores pronósticos que afectan el tratamiento según el riesgo
Características del paciente y del cuadro clínico de la enfermedad
Las características del paciente y del cuadro clínico de la enfermedad que afectan el pronóstico son las siguientes:
Edad en el momento del diagnóstico
La edad en el momento del diagnóstico es de gran importancia pronóstica, ya que refleja las diferencias biológicas subyacentes de la LLA en diferentes grupos etarios.[7]
Los lactantes con LLA tienen un riesgo especialmente alto de fracaso del tratamiento. El fracaso del tratamiento es más común en los siguientes grupos:
Hasta un 80 % de los lactantes con LLA exhiben una translocación de 11q23 con numerosos compañeros cromosómicos que generan un reordenamiento del gen KMT2A.[9,11,13,14] El reordenamiento más frecuente es KMT2A-AFF1 (t(4;11)(q21;q23)), pero también se observan reordenamientos de KMT2A con muchos otros compañeros de translocación.
La tasa de reordenamientos del gen KMT2A es muy alta en lactantes menores de 6 meses; la incidencia de los reordenamientos de KMT2A disminuye en lactantes de 6 meses a 1 año, pero es más alta que la incidencia en niños más grandes.[9,15] Los lactantes negros con LLA tienen una probabilidad mucho más baja de tener reordenamientos de KMT2A que los lactantes blancos.[15]
Los lactantes con leucemia y reordenamientos de KMT2A suelen tener recuentos de GB muy altos y mayor incidencia de compromiso en el SNC. La supervivencia sin complicaciones (SSC) y la supervivencia general (SG) son precarias, las tasas de SSC a 5 años y de SG son de solo un 35 % a un 40 % para los lactantes de LLA con reordenamiento de KMT2A.[9,10,11] Una comparación del panorama de las mutaciones somáticas de lactantes y niños de LLA con reordenamiento de KMT2A reveló diferencias significativas entre los dos grupos, lo que indica un comportamiento biológico relacionado con la edad que es característico para la LLA con reordenamiento de KMT2A, y que quizás se relacione con el desenlace significativamente más precario en los lactantes.[16,17]
Los blastocitos de los lactantes con reordenamientos de KMT2A suelen dar negativo para CD10 y expresan índices elevados de FLT3.[9,10,14,18] Por el contrario, los lactantes cuyas células leucémicas exhiben una configuración de línea germinal del gen KMT2A a menudo presentan un inmunofenotipo de células B precursoras positivas para CD10. Estos lactantes tienen un desenlace significativamente superior a los lactantes con LLA caracterizada por reordenamientos de KMT2A.[9,10,14,19]
(Para obtener más información sobre los lactantes con LLA, consultar la subsección sobre Lactantes con leucemia linfoblástica aguda en la sección de este sumario Terapia de posinducción para subgrupos específicos de leucemia linfoblástica aguda).
Los niños pequeños (1 a <10 años de edad) tienen una supervivencia sin enfermedad (SSE) superior a la de los niños más grandes, los adolescentes y los lactantes.[3,7,20,21,22] El mejor pronóstico de los niños pequeños se explica, al menos en parte, por la frecuencia más alta de características citogenéticas favorables en los blastocitos leucémicos, como la hiperdiploidía con 51 a 65 cromosomas, las trisomías cromosómicas favorables o la fusión ETV6-RUNX1 (t(12;21)(p13;q22), conocida también como la translocación TEL-AML1).[7,23,24]
En general, el desenlace de los pacientes de 10 años y más es inferior al de pacientes de 1 a menos de 10 años. Sin embargo, el desenlace de los niños más grandes, en especial, de los adolescentes, ha mejorado de manera significativa con el tiempo.[25,26,27] Las tasas de supervivencia a 5 años de adolescentes entre 15 y 19 años aumentaron desde el 36 % (1975–1984) hasta el 72 % (2003–2009).[28,29,30]
En varios estudios retrospectivos, se ha indicado que los adolescentes de 16 a 21 años tienen un mejor desenlace cuando reciben protocolos pediátricos, en lugar de los protocolos para adultos.[31,32,33] (Para obtener más información acerca de los adolescentes con LLA, consultar la sección de este sumario sobre Terapia de posinducción para subgrupos específicos de leucemia linfoblástica aguda).
Recuento de glóbulos blancos en el momento del diagnóstico
Un recuento de glóbulos blancos (GB) de 50 000/µl por lo general se usa como límite operacional para definir un pronóstico favorable o desfavorable,[3] aunque la relación entre el recuento de GB y el pronóstico es continua, no escalonada. El recuento de GB alto en el momento del diagnóstico acarrea un riesgo alto de fracaso del tratamiento en los pacientes con LLA-B en comparación con los pacientes con recuentos de GB iniciales bajos.[34]
La mediana de GB en el momento del diagnóstico es mucho más alta en la LLA-T (>50 000/µl) que en la LLA-B (<10 000/µl), el efecto pronóstico del recuento de GB en el momento del diagnóstico no es uniforme en los pacientes con LLA-T.[34,35,36,37,38,39,40,41,42]
Compromiso del sistema nervioso central en el momento del diagnóstico
La presencia o ausencia de leucemia en el sistema nervioso central (SNC) en el momento del diagnóstico tiene importancia pronóstica. Los pacientes sometidos a una punción lumbar diagnóstica no traumática se asignan a una de tres categorías según el número de GB/µl y la presencia o ausencia de blastocitos en una prueba con citocentrífuga de la siguiente manera.
La enfermedad en el SNC (SNC3) en el momento del diagnóstico en los niños con LLA acarrea un riesgo más alto de fracaso del tratamiento (en el SNC y sistémico) que la enfermedad SNC1 o SNC2.[43,44] En algunos estudios se notificó aumento del riesgo de recaída en el SNC o una SSC inferior en los pacientes del grupo SNC2 en comparación con los pacientes del grupo SNC1,[45,46] aunque otros estudios fueron contradictorios.[43,47,48,49]
La punción lumbar traumática (≥10 eritrocitos/µl) con blastocitos en el momento del diagnóstico se relacionó con aumento del riesgo de recaída en el SNC y un desenlace general más precario en algunos estudios,[43,48,50] pero no en otros.[46,47,51] Los pacientes con SNC2, SNC3 o punción lumbar traumática tienen una frecuencia más alta de características pronósticas desfavorables que aquellos con SNC1, incluso recuentos de GB significativamente más altos en el momento del diagnóstico, mayor edad en el momento del diagnóstico, un aumento de la frecuencia del fenotipo LLA-T y reordenamientos del gen KMT2A.[43,47,48]
La mayoría de los grupos de ensayos clínicos usan un abordaje de tratamiento más intensivo para el grupo de pacientes SNC2 y para el grupo que tiene una punción lumbar traumática, en especial, se usan dosis adicionales de terapia intratecal durante la inducción.[43,52,53]; [47][Nivel de evidencia: 2A]; [54][Nivel de evidencia: 1iiA]
A fin de determinar si un paciente con una punción lumbar traumática (con blastocitos) se debe tratar como un paciente del grupo SNC3, el COG utiliza un algoritmo que incluye los recuentos de GB y glóbulos rojos en el líquido raquídeo y en la sangre periférica.[55]
Compromiso testicular en el momento del diagnóstico
El compromiso testicular evidente en el momento del diagnóstico se presenta en alrededor del 2 % de los niños;[56,57] la frecuencia es superior en los pacientes con LLA-T que en los pacientes con LLA-B.[57]
En los primeros ensayos de LLA, el compromiso testicular en el momento del diagnóstico era un factor de pronóstico adverso. Sin embargo, no tiene importancia pronóstica cuando el tratamiento inicial es más intensivo.[56,57] Por ejemplo, en un ensayo de la European Organization for Research and Treatment of Cancer (EORTC-58881) se notificó ausencia de importancia pronóstica adversa para el compromiso testicular evidente en el momento del diagnóstico.[57]
No está clara la función de la radioterapia para el compromiso testicular. En un estudio del St. Jude Children's Research Hospital (SJCRH), se indica que quizás se logre un desenlace favorable con quimioterapia convencional intensiva sin radiación.[56] El COG también adoptó esta estrategia para los niños con compromiso testicular resuelto por completo al final de la terapia de inducción. El COG incluye en el grupo de riesgo alto a los pacientes con compromiso testicular, sin importar otras características del cuadro clínico inicial, pero la mayoría de los otros grupos de ensayos clínicos grandes en los Estados Unidos y Europa no consideran la enfermedad testicular como una característica de riesgo alto.
Síndrome de Down (trisomía 21)
Se notificó que el desenlace de los niños con síndrome de Down y LLA con frecuencia es inferior al de los niños sin este síndrome,[58,59,60,61,62] aunque en algunos estudios, los pacientes con síndrome de Down presentaron una evolución similar a la de aquellos sin este síndrome.[63,64] La SSC y la SG inferiores en los niños con síndrome de Down se relacionan con aumento de la mortalidad relacionada con el tratamiento, y tasas más altas de fracaso de la inducción y recaída en estos pacientes.[58,59,60,61,65,66] El desenlace antileucémico inferior quizás se deba, al menos en parte, a una frecuencia más baja de las características biológicas favorables como ETV6-RUNX1 o hiperdiploidía (51–65 cromosomas) y las trisomías de los cromosomas 4 y 10 en los pacientes con síndrome de Down y LLA.[65,66]
Sexo
En algunos estudios, el pronóstico de las niñas con LLA es un poco mejor que el de los niños con esta enfermedad.[73,74,75] Una de las razones es la frecuencia de las recaídas testiculares en los niños, quienes también tienen un riesgo más alto de recaída en la médula ósea y el SNC por razones que no se comprenden bien.[73,74,75] Mientras en algunos informes se describen los desenlaces de los niños como cercanos a los de las niñas,[22,52,76] los ensayos clínicos más grandes y los datos del orden nacional continúan indicando tasas de supervivencia un poco inferiores para los niños.[21,28,29,77]
Raza y etnia
Durante las últimas décadas, las tasas de supervivencia de los niños negros e hispanos con LLA en los Estados Unidos han sido algo menores que las de los niños blancos con esta enfermedad.[78,79,80,81]
Los factores relacionados con la raza y la etnia que afectan la supervivencia son los siguientes:
Peso en el momento del diagnóstico y durante el tratamiento
En estudios sobre el efecto de la obesidad en el desenlace de la LLA se obtuvieron resultados variados. En la mayoría de estos estudios, la obesidad se define como un peso superior al percentil 95 para la edad y la talla.
En un estudio de 762 pacientes pediátricos con LLA (edad, 2–17 años), el Dutch Childhood Oncology Group concluyó que el peso insuficiente en el momento del diagnóstico (8 % de la población) acarreó casi el doble de riesgo de recaída en comparación con el peso suficiente (después del ajuste por grupo de riesgo y edad), aunque esto no se tradujo en diferencias en la SSC o la SG. Los pacientes que disminuyeron su IMC durante las primeras 32 semanas de tratamiento presentaron tasas de recaída parecidas a otros pacientes, pero su SG fue significativamente peor, sobre todo debido a unas tasas de rescate más precarias después de la recaída.[94]
Características leucémicas
Las características de las células leucémicas que afectan el pronóstico son las siguientes:
Inmunofenotipo
En la revisión de 2016 de la clasificación de las neoplasias mieloides y la leucemia aguda de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se clasifica la LLA como leucemia linfoblástica B o leucemia linfoblástica T, con subdivisiones según las características moleculares.[95,96] (Para obtener más información, consultar la sección de este sumario sobre Diagnóstico).
Es posible que las leucemias linfoblásticas B o T coexpresen antígenos mieloides. Es necesario diferenciar estos casos de la leucemia de linaje ambiguo.
Antes de 2008, la OMS clasificaba la leucemia linfoblástica B como leucemia linfoblástica de células B precursoras y este término todavía se usa con frecuencia en la bibliografía de LLA infantil para diferenciarla de la LLA de células B maduras. La LLA de células B maduras ahora se denomina leucemia de Burkitt y exige un tratamiento diferente del que se administra para la LLA-B (LLA de células B precursoras).
La LLA-B, definida por la expresión de CD19, HLA-DR, CD79a citoplasmático, y otros antígenos de las células B; representa entre el 80 y el 85 % de los casos de LLA infantil. Alrededor del 90 % de los casos de LLA-B expresan el antígeno de superficie CD10 (antes conocido como antígeno común de la LLA). La ausencia de CD10 se suele relacionar con reordenamientos de KMT2A, en especial, t(4;11)(q21;q23), y un desenlace precario.[9,97] No está claro si la negatividad para CD10 tiene una importancia pronóstica independiente cuando no hay un reordenamiento del gen KMT2A.[98]
Los principales subtipos inmunofenotípicos de la LLA-B son los siguientes:
Cerca de tres cuartos de los pacientes con LLA-B exhiben el inmunofenotipo de células B precursoras comunes y tienen el mejor pronóstico. Los pacientes con características citogenéticas favorables casi siempre exhiben un inmunofenotipo de células B precursoras comunes.
Cerca del 5 % de los pacientes presenta el inmunofenotipo pro-B. El inmunofenotipo pro-B es el más común en los lactantes y a menudo se relaciona con reordenamientos del gen KMT2A.
Las células leucémicas de los pacientes con LLA pre-B contienen Ig citoplasmática y un 25 % exhiben la translocación t(1;19)(q21;p13) y la fusión TCF3-PBX1 (conocida antes como fusión E2A-PBX1).[99,100]
Cerca del 3 % de los pacientes tiene una LLA pre-B transicional con expresión en la superficie de Ig de cadena pesada sin expresión de la cadena ligera, además de compromiso del gen MYC o tipo morfológico L3. Los pacientes que exhiben este fenotipo responden bien al tratamiento que se usa para la LLA-B.[101]
Cerca del 2 % de los pacientes presentan al inicio una leucemia de células B maduras (expresión de Ig de superficie, por lo general, de tipo morfológico L3 según los criterios French-American-British y una translocación 8q24 que compromete el gen MYC), llamada también leucemia de Burkitt. El tratamiento de la LLA de células B maduras se basa en el abordaje del linfoma no Hodgkin y es completamente diferente al tratamiento de la LLA-B. Los casos poco frecuentes de leucemia de células B maduras que carecen de Ig de superficie, pero exhiben un tipo morfológico de L3 con translocaciones del gen MYC también se deben tratar como una leucemia de células B maduras.[101] (Para obtener más información sobre el tratamiento de niños con linfoma o leucemia de células B maduras y linfoma o leucemia de Burkitt, consultar el sumario del PDQ Tratamiento del linfoma no Hodgkin infantil).
Se ha notificado un pequeño número de casos de leucemias con translocación IG-MYC que exhiben un inmunofenotipo de células B precursoras (por ejemplo, ausencia de expresión de CD20 y expresión de Ig de superficie).[102] Estos casos se presentaron en niños y adultos. Al igual que el linfoma o la leucemia de Burkitt, este tipo predominó en los varones y la mayoría de los pacientes exhibía un tipo morfológico L3. Estos casos carecían de mutaciones en genes alterados de manera recurrente en el linfoma de Burkitt (por ejemplo, ID3, CCND3 o MYC), aunque eran comunes las mutaciones en los genes RAS (frecuentemente alterados en la LLA-B). La importancia clínica de las leucemias con translocaciones IG-MYC de fenotipo y características moleculares de células B precursoras exige más estudio.
La leucemia linfoblástica aguda de células T (LLA-T) se define por la expresión de antígenos de las células T (CD3 citoplasmático, CD7 y CD2 o CD5) en los blastocitos leucémicos. A menudo, la LLA-T se relaciona con una constelación de características clínicas, como las siguientes:[20,36,76]
En la actualidad los niños con LLA-T tienen un desenlace similar al de los niños con LLA de linaje B cuando se usan abordajes apropiados de tratamiento intensivo, pero esto no era lo habitual.[20,36,39,40,76,103]
Se conocen pocos factores pronósticos aceptados en general para los pacientes con LLA-T. Los datos sobre la importancia pronóstica del recuento leucocitario en el momento de la presentación inicial de la LLA-T son contradictorios.[35,36,37,38,39,40,41,42,104] La presencia o ausencia de una masa mediastínica en el momento del diagnóstico no tiene importancia pronóstica. En los pacientes que tienen una masa mediastínica, la tasa de regresión de la masa carece de importancia pronóstica.[105]
Leucemia linfoblástica aguda de células T precursoras tempranas
La LLA de células T precursoras tempranas (LLA ETP), un subconjunto diferente de la LLA-T infantil, se definió inicialmente por la identificación de casos de LLA-T con perfiles de expresión génica muy parecidos a los perfiles de expresión de células T precursoras tempranas normales.[106] El subconjunto de casos de LLA-T, identificado mediante estos análisis, representó el 13 % de todos los casos, y se caracterizaron por un inmunofenotipo distintivo (negatividad para CD1a y CD8, expresión débil de CD5 y coexpresión de marcadores de células madre o mieloides).
En los informes preliminares de la LLA ETP se indicó que este subconjunto de pacientes tiene un pronóstico más precario que los pacientes con LLA-T.[106,107,108] Además, en algunos estudios se notificó que estos pacientes tienen una respuesta temprana más lenta y una mayor frecuencia de fracaso de la inducción.[42] En otros estudios, se observó un desenlace más favorable en los pacientes con LLA ETP, incluso en un estudio del U.K. Medical Research Council, donde se indicó que el subgrupo de pacientes con LLA ETP exhibió tasas de SSC a 5 años inferiores, pero sin diferencias significativas en comparación con los pacientes de LLA de células T precursoras no tempranas (76 vs. 84 %).[109] Del mismo modo, en el ensayo AALL0434 [NCT00408005], el estado ETP no tuvo un efecto estadísticamente significativo en la SSE (cociente de riesgos instantáneos, 0,99; IC 95 %, 0,59–1,67; P = 0,981) en los análisis multivariables.[110,111] Se necesitan más estudios en otras cohortes de pacientes para establecer de manera definitiva la importancia pronóstica de la LLA de células T precursoras tempranas, pero la mayoría de los grupos de tratamiento de LLA no cambian el abordaje terapéutico a partir del estado de células T precursoras tempranas.
Hasta un tercio de los pacientes con LLA infantil tienen células leucémicas que expresan antígenos de superficie mieloide. La expresión de un antígeno mieloide se relaciona con subgrupos específicos de LLA, en especial, tipos que exhiben reordenamientos de KMT2A, ETV6-RUNX1 y BCR-ABL1.[112,113,114] Los pacientes con LLA-B que exhiben reordenamientos que afectan el gen ZNF384 a menudo expresan un antígeno mieloide.[115,116] La expresión de un antígeno de superficie mieloide no tiene importancia pronóstica adversa independiente.[112,113]
(Para obtener información sobre la leucemia de linaje ambiguo, consultar la sección de este sumario sobre Clasificación de la Organización Mundial de la Salud de 2016 para las leucemias agudas de linaje ambiguo).
Alteraciones citogenéticas o genómicas
(Para obtener información sobre las características citogenéticas y genómicas de la LLA-B y la LLA-T, así como sobre los polimorfismos génicos en las vías metabólicas de los fármacos, consultar la sección de este sumario sobre Características citogenéticas y genómicas de la leucemia linfoblástica aguda).
Respuesta al tratamiento inicial
La rapidez de la destrucción de las células leucémicas después del inicio del tratamiento y el grado de enfermedad residual al final de la inducción se relacionan con el resultado a largo plazo. Esto se explica porque la sensibilidad farmacológica de las células leucémicas y el comportamiento farmacodinámico y farmacogenómico del huésped afectan la respuesta terapéutica,[117] y la respuesta temprana tiene gran importancia pronóstica. Las siguientes son algunas de las formas que se han utilizado para evaluar la respuesta al tratamiento de la células leucémicas:
Determinación de la enfermedad residual mínima
La evaluación morfológica de la leucemia residual en la sangre o la médula ósea a menudo es complicada y relativamente insensible. Tradicionalmente, se ha usado un límite del 5 % de blastocitos en la médula ósea (detectados por microscopía óptica) para determinar el estado de la remisión. Esto corresponde a un índice de 1 en 20 células malignas. Se necesitan técnicas especializadas para detectar concentraciones más bajas de células leucémicas en la sangre y en la médula, como las pruebas con la técnica de reacción en cadena de la polimerasa (PCR), que identifican reordenamientos génicos únicos de la Ig o el receptor de las células T y transcritos de fusión producidos por las translocaciones cromosómicas; o ensayos de citometría de flujo, que detectan inmunofenotipos específicos de la leucemia. Estas técnicas permiten detectar hasta una célula leucémica entre 100 000 células normales, y detectan habitualmente una ERM de 1 en 10 000 células.[118] Las técnicas nuevas de secuenciación de alto rendimiento (HTS) de los reordenamientos génicos de Ig o del receptor de células T aumentan la sensibilidad para la detección de la ERM hasta 1 en 1 millón de células (10-6 o 0,001 %).[119]
En múltiples estudios se demostró que la ERM al final de la inducción es un factor de pronóstico independiente de importancia para el desenlace en niños y adolescentes con LLA de linaje B.[120,121,122] La respuesta según la ERM permite diferenciar el desenlace para subconjuntos de pacientes definidos por la edad, el recuento leucocitario y las anomalías citogenéticas.[123] En general, los pacientes con los índices más altos de ERM al final de la inducción tienen un pronóstico más precario que aquellos con índices más bajos o indetectables.[118,120,121,122] Sin embargo, el riesgo absoluto de recaída de acuerdo con el índice de ERM específico varía según el subtipo genético. Por ejemplo, con cualquier índice detectable de ERM al final de la inducción, los pacientes con características citogenéticas favorables, como ETV6-RUNX1 o hiperdiploidía alta, tienen un riesgo absoluto de recaída posterior más bajo que otros pacientes, mientras que los pacientes con características citogenéticas de riesgo alto tienen un riesgo absoluto de recaída posterior más alto en comparación con otros pacientes.[124] Esta observación quizás tenga repercusiones importantes al formular esquemas de clasificación del riesgo a partir de la ERM.
Casi todos los grupos usan la ERM al final de la inducción como un factor que determina la intensidad del tratamiento durante la posinducción. Los pacientes con índices más altos de ERM (por lo general >0,1 % a 0,01 %) se asignan a tratamientos más intensivos.[118,121,125]; [126][Nivel de evidencia: 2A]
En un estudio de 619 niños con LLA, se comparó la utilidad pronóstica de la ERM evaluada mediante citometría de flujo y mediante el ensayo de HTS más sensible. Con el valor de corte del 0,01 % para la ERM al final de la inducción, la HTS permitió identificar casi un 30 % más de casos como positivos (es decir, >0,01 %). Los pacientes que obtuvieron un resultado positivo en la HTS, pero un resultado negativo en la citometría de flujo, exhibieron un pronóstico intermedio en comparación con los pacientes con resultados congruentes en los dos métodos, ya sea ambos positivos o negativos. Los pacientes que cumplieron con los criterios de LLA de riesgo estándar con una ERM indetectable mediante la HTS exhibieron un pronóstico especialmente favorable (SSC a 5 años, 98,1 %).[119]
El índice de ERM 10 a 12 semanas después del comienzo del tratamiento (fin de la consolidación) también tiene importancia pronóstica. Los pacientes con índices altos de ERM en este momento exhiben una SSC significativamente inferior en comparación con otros pacientes.[122,123,127]
En otro estudio también se indicó que la ERM en un momento posterior quizás acarree mayor importancia pronóstica en la LLA-T.[128] En el ensayo de la Associazione Italiana di Ematologia e Oncologia Pediatrica (AIEOP) ALL-BFM-2000 (NCT00430118), el estado de la ERM en el día 78 (semana 12) fue el predictor de recaída más importante en los pacientes con LLA-T.[128] Los pacientes con ERM detectable al final de la inducción que tenían un resultado negativo para la ERM en el día 78, por lo general exhibieron un pronóstico favorable, de manera similar a los pacientes con un resultado negativo para la ERM en un momento más temprano, al final de la inducción.[128]
Las mediciones de la ERM, junto con otras características del cuadro clínico inicial, también se han usado para identificar subconjuntos de pacientes con un riesgo de recaída muy bajo. El COG notificó un pronóstico muy favorable (SSC a 5 años de 97 ± 1 %) para los pacientes con un fenotipo de células B precursoras, edad y recuento leucocitario de riesgo estándar según el NCI, estado SNC1 y anomalías citogenéticas favorables (hiperdiploidía alta con trisomías favorables o fusión ETV6-RUNX1) que tenían índices de ERM inferiores a 0,01 % en el día 8 (sangre periférica) y al final de la inducción (médula ósea).[121] Los desenlaces excelentes en los pacientes con ERM baja al final de la inducción persisten más de 10 años después del diagnóstico.[129]
Se observó que la modificación del tratamiento a partir de la determinación de la ERM mejora el desenlace.
En comparación con los ensayos previos dirigidos por el mismo grupo, el tratamiento fue menos intensivo para el grupo de pacientes de riesgo estándar, y más intensivo para los pacientes de riesgo moderado y riesgo alto. La tasa de SSC a 5 años (87 %) y la tasa de SG (92 %) fueron superiores a las de los estudios holandeses anteriores.
Respuestas en la médula ósea el día 7 y el día 14
Los pacientes que exhiben una reducción rápida de las células leucémicas hasta menos del 5 % en la médula ósea al cabo de 7 o 14 días del inicio de la quimioterapia multifarmacológica exhiben un pronóstico más favorable que los pacientes con una eliminación más lenta de las células leucémicas de la médula ósea.[132] En general, las evaluaciones de la ERM al final de la terapia de inducción han reemplazado las evaluaciones morfológicas de los días 7 y 14 como indicadores pronósticos de la respuesta al tratamiento, porque estos últimos pierden su importancia pronóstica en los análisis multivariantes una vez que se incluye la ERM.[121,133]
Respuesta en la sangre periférica a la profase de corticoesteroides
Los pacientes con una reducción del recuento de blastocitos periféricos hasta menos de 1000/µl después de una profase de inducción de 7 días con prednisona y una dosis de metotrexato intratecal (buena respuesta a la prednisona) exhiben un pronóstico más favorable que los pacientes con recuentos de blastocitos periféricos que superan 1000/µl (respuesta precaria a la prednisona).[20] La respuesta precaria a la prednisona se observa en menos del 10 % de los pacientes.[20,134] La estratificación del tratamiento en los protocolos de los ensayos clínicos del grupo Berlin-Frankfurt-Münster (BFM) se basa en parte en la respuesta temprana a la profase de prednisona de 7 días (administrada justo antes del inicio de la inducción multifarmacológica a la remisión).
Respuesta en la sangre periférica a la terapia de inducción multifarmacológica
Los pacientes con células leucémicas circulantes persistentes después 7 a 10 días de iniciar la quimioterapia multifarmacológica tienen un aumento del riesgo de recaída en comparación con aquellos que ya no tienen blastocitos periféricos al cabo de 1 semana de tratamiento.[135] Se encontró que la tasa de eliminación de los blastocitos periféricos tiene importancia pronóstica en la LLA de células T y de linaje B.[135]
Enfermedad residual mínima en la sangre periférica antes del final de la inducción (días 8 y 15)
También se evaluó la ERM en la sangre periférica una semana después del inicio de la quimioterapia multifarmacológica de inducción como un factor pronóstico de la respuesta temprana al tratamiento.
En ambos estudios se identificó a un grupo de pacientes que alcanzó índices bajos de ERM después de una semana de terapia de inducción multifarmacológica y que después presentó una tasa baja de fracaso del tratamiento.
Leucemia persistente al final de la inducción (fracaso de la inducción).
La gran mayoría de niños con LLA alcanza una remisión morfológica completa al final del primer mes de tratamiento. La presencia de más de un 5 % de linfoblastos en la evaluación morfológica al final de la fase de inducción se observa en el 1 % al 2 % de los niños con LLA.[21,22,137,138,139]
Las características relacionadas con un riesgo más alto de fracaso de la inducción son las siguientes:[139,140,141]
En un estudio retrospectivo grande, la tasa de SG de los pacientes con fracaso de la inducción fue de solo el 32 %.[137] Sin embargo, la heterogeneidad clínica y biológica fue significativa. Se observó un desenlace relativamente favorable en los pacientes con LLA-B de entre 1 y 5 años de edad sin características citogenéticas adversas (reordenamientos de KMT2A o BCR-ABL). Este grupo presentó una supervivencia a 10 años que superó el 50 % y, en este subconjunto el TCMH durante la primera remisión no se relacionó con una ventaja de supervivencia en comparación con la quimioterapia sola. Los pacientes con los resultados más precarios (supervivencia a 10 años <20 %) fueron aquellos de 14 a 18 años de edad o los que tenían el cromosoma Ph o reordenamiento de KMT2A. Los pacientes con LLA-B menores de 6 años y los pacientes con LLA-T (sin importar la edad) exhiben mejores desenlaces si reciben un TCMH alogénico después de lograr una RC en comparación con los pacientes que reciben tratamiento adicional con quimioterapia sola.
Citometría de flujo versus evaluación morfológica
Ahora se está integrando la ERM con la evaluación morfológica para determinar la respuesta a la terapia de inducción sobre la base de estudios en los que se observó que los pacientes con índices de ERM superiores al 5 %, a pesar de una remisión morfología completa, tuvieron resultados similares a los pacientes con fracaso de la inducción desde el punto de vista morfológico.
Resultado | M1/ERM <5 % | Valor deP b | M1/ERM ≥5 % | Valor deP c | M2/ERM ≥5 % | |
---|---|---|---|---|---|---|
RA = riesgo alto; ERM = enfermedad residual mínima; RE = riesgo estándar. | ||||||
a Adaptación de Gupta et al.[144] | ||||||
b Valor deP para la comparación de M1/ERM <5 % con M1/ERM ≥5 %. | ||||||
c Valor deP para la comparación de M1/ERM ≥5 % con M1/ERM ≥5 %. | ||||||
Tasas de supervivencia sin complicaciones: | ||||||
LLA-B, general | 87,1 ± 0,4 % (n = 7682) | <0,0001 | 59,1 ± 6,5 % (n = 66) | 0,009 | 39,1 ± 7,9 % (n = 40) | |
LLA-B, RE | 90,8 ± 0,4 % (n = 5000) | 0,25 | 85,9 ± 7,6 % (n = 22) | 0,45 | 76,2 ± 15,2 % (n = 9) | |
LLA-B, RA | 80 ± 0,9 % (n = 2682) | <0,0001 | 44,9 ± 8,3 % (n = 44) | 0,05 | 29 ± 8,2 % (n = 31) | |
LLA-T | 87,6 ± 1,5 % (n = 1303) | 0,01 | 80,3 ± 7,3 % (n = 97) | 0,13 | 62,7 ± 13,5 % (n = 40) | |
Tasas de supervivencia general: | ||||||
LLA-B, general | 93,8 ± 0,3 % (n = 7682) | <0,0001 | 77,2 ± 5,6 % (n = 66) | 0,01 | 59 ± 8,9 % (n = 40) | |
LLA-B, RE | 96,6 ± 0,3 % (n = 5000) | 0,24 | 95,5 ± 4,6 % (n = 22) | 0,75 | 88,9 ± 12,1 % (n = 9) | |
LLA-B, RA | 88,4 ± 0,7 % (n = 2682) | <0,0001 | 66,9 ± 8,3 % (n = 44) | 0,06 | 51,4 ± 10,4 % (n = 31) | |
LLA-T | 91,9 ± 1,3 % (n = 1303) | 0,005 | 83,4 ± 6,8 % (n = 97) | 0,34 | 76,7 ± 12,3 % (n = 40) |
Grupos pronósticos (riesgo)
Durante décadas, los grupos de ensayos clínicos que estudian la LLA infantil han usado esquemas de clasificación del riesgo para asignar a los pacientes a los regímenes terapéuticos de acuerdo con el cálculo del riesgo de fracaso del tratamiento. En los primeros sistemas de clasificación de riesgo se utilizaban factores clínicos como la edad y el recuento de GB en el momento de la presentación inicial. Luego se añadió la respuesta a las medidas terapéuticas; algunos grupos usan la respuesta morfológica temprana en la médula ósea (por ejemplo, en el día 8 o 15) y otros, la respuesta de las células leucémicas circulantes a la monoterapia con prednisona. En los sistemas modernos de clasificación del riesgo, se siguen usando factores clínicos como la edad y el recuento de GB en el momento de la presentación inicial y se incorporan las alteraciones citogenéticas y genómicas de las células leucémicas en el momento del diagnóstico (por ejemplo, translocaciones favorables y desfavorables) y la respuesta al tratamiento a partir de la detección de la ERM al final de la inducción (y en algunos casos, en momentos posteriores).[128] A continuación, se describen de manera breve los sistemas de clasificación del riesgo de los grupos COG y BFM.
Grupos de riesgo del Children's Oncology Group
En los protocolos del Children's Oncology Group (COG), al inicio se estratifica a los niños con LLA en grupos de tratamiento (con diferentes grados de riesgo de fracaso del tratamiento) a partir de un subconjunto de factores pronósticos, como los siguientes:
Las tasas de SSC superan el 85 % en los niños que cumplen con los criterios de riesgo bajo (1 a <10 años de edad, recuento de GB <50 000/μl e inmunofenotipo de células B precursoras). Las tasas de SSC son de alrededor del 75 % en los niños que cumplen con los criterios de riesgo alto.[4,52,134,145,146] Otros factores, como las anomalías citogenéticas y las mediciones de la respuesta temprana al tratamiento (por ejemplo, el índice de ERM en la sangre periférica en el día 8 y en muestras de la médula ósea al final de la inducción) junto con la edad de presentación, el recuento de GB, el inmunofenotipo, la presencia de enfermedad extramedular y el tratamiento previo con corticoesteroides permiten identificar grupos de pacientes para la terapia de posinducción con tasas previstas de SSC que oscilan entre menos del 40 % y más del 95 %.[4,121]
Los pacientes con un riesgo muy alto de fracaso terapéutico son los siguientes:[147,148,149,150]
Grupos de riesgo de Berlin-Frankfurt-Münster
Desde 2000, la estratificación de riesgo en los protocolos del grupo Berlin-Frankfurt-Münster (BFM) se basa de manera casi exclusiva en criterios de respuesta al tratamiento. Además de la respuesta a la profase de prednisona, la respuesta al tratamiento se evalúa con mediciones de la ERM en dos momentos: al final de la inducción (semana 5) y al final de la consolidación (semana 12).
Los grupos de riesgo del BMF son los siguientes:[123]
En la clasificación de riesgo vigente no se tienen en cuenta el fenotipo, el cálculo de la masa de células leucémicas (también conocido como factor de riesgo BFM) ni el estado del SNC en el momento del diagnóstico. Los pacientes con t(9;22)(q34;q11.2) o t(4;11)(q21;q23) se consideran de riesgo alto, con independencia de las medidas de respuesta temprana.
Grupos pronósticos (riesgo) en evaluación clínica
Ahora no se realiza la evaluación morfológica de la respuesta temprana en la médula ósea en los días 8 y 15 de la inducción como parte de la estratificación del riesgo. Los pacientes con fenotipo de células T se tratan en un estudio separado y el riesgo no se clasifica de esta forma.
Las definiciones de características citogenéticas favorables, desfavorables y neutras para los pacientes con LLA-B se describen a continuación.
Los pacientes de riesgo estándar según el NCI se dividen en un grupo con desenlace muy favorable (riesgo estándar favorable; tasa de SSE a 5 años, >95 %), un grupo con desenlace favorable (riesgo estándar promedio; tasa de SSE a 5 años, 90–95 %), y el resto comprende el último grupo con una tasa de SSE a 5 años inferior al 90 % (riesgo estándar alto). Los pacientes del grupo de riesgo estándar alto reciben quimioterapia de base según los regímenes para la LLA-B de riesgo alto con consolidación intensificada, mantenimiento provisional y terapia de reinducción. Los criterios para estos tres grupos se describen a continuación en los Cuadros 6, 7 y 8.
Grupo de riesgo del NCI | Estadio del SNC | Pretratamiento con corticoesteroidesa | Características genéticas favorables (ETV6-RUNX1o trisomía doble) | ERM en la sangre periférica en el día 8 | ERM en la médula ósea en el día 29 |
---|---|---|---|---|---|
ERM = enfermedad residual mínima; NCI = Instituto Nacional del Cáncer; RE = riesgo estándar; SNC = sistema nervioso central; TD = trisomía doble. | |||||
a En el mes previo al diagnóstico. | |||||
RE | 1, 2 | Ninguna | Sí | <1 % | <0,01 % |
Grupo de riesgo del NCI | Estadio del SNC | ETV6-RUNX1 | TD | Características citogenéticas neutras | ERM en la sangre periférica en el día 8 | ERM en la médula ósea en el día 29 |
---|---|---|---|---|---|---|
ERM = enfermedad residual mínima; NCI = Instituto Nacional del Cáncer; RE = riesgo estándar; SNC = sistema nervioso central; TD = trisomía doble. | ||||||
RE | 1, 2 | Sí, cualquiera de los dos | No | ≥1 % | <0,01 % | |
RE | 1, 2 | No | Sí | No | Cualquiera | ≥0,01 a <0,1 % |
RE | 1 | No | No | Sí | Cualquiera | <0,01 % |
Grupo de riesgo del NCI | Estadio del SNC | ETV6-RUNX1 | TD | Características citogenéticas neutras | Características citogenéticas desfavorables | ERM en la sangre periférica en el día 8 | ERM en la médula ósea en el día 29 |
---|---|---|---|---|---|---|---|
ERM = enfermedad residual mínima; NCI = Instituto Nacional del Cáncer; RE = riesgo estándar; SNC = sistema nervioso central; TD = trisomía doble. | |||||||
RE | 1, 2 | Sí | No | No | No | Cualquiera | ≥0,01 % |
RE | 1, 2 | No | Sí | No | No | Cualquiera | ≥0,1 % |
RE | 1 | No | No | Sí | No | Cualquiera | ≥0,01 % |
RE | 2 | No | No | Sí | No | Cualquiera | Cualquiera |
RE | 1, 2 | No | No | No | Sí | Cualquiera | Cualquiera |
La LLA-B de riesgo alto favorable se define a partir de las características descritas en el Cuadro 9. Estos pacientes presentaron una tasa de SSC superior a 90 % en los ensayos clínicos del COG de pacientes en riesgo alto realizados antes.
Grupo de riesgo del NCI | Edad (años) | Estado del SNC | Leucemia testicular | Pretratamiento con corticoesteroides | Características genéticas favorables (ETV6-RUNX1o TD) | ERM en la médula ósea al final de la inducción |
---|---|---|---|---|---|---|
RA | <10 | 1 | Ninguno | ≤24 horasa | Sí | <0,01 % |
ERM = enfermedad residual mínima; NCI = Instituto Nacional del Cáncer; SNC = sistema nervioso central; TD = trisomía doble. | ||||||
a Dentro de 2 semanas del diagnóstico. |
La LLA-B de riesgo alto se define a partir de las características descritas en el Cuadro 10. Los pacientes de riesgo estándar del NCI se pasan al grupo de riesgo alto a partir del pretratamiento con corticoesteroides y el compromiso en el SNC o en los testículos.
Grupo de riesgo del NCI | Edad (años) | Leucemia en el SNC o testicular | Pretratamiento con corticoesteroides | Características citogenéticas | ERM en la médula ósea al final de la inducción | ERM en médula ósea al final de la consolidación |
---|---|---|---|---|---|---|
SNC = sistema nervioso central; ERM = enfermedad residual mínima; N/A = no aplica; NCI = Instituto Nacional del Cáncer; RA = riesgo alto; RE = riesgo estándar. | ||||||
a SNC3. | ||||||
b Se excluye la LLA positiva para el cromosoma Filadelfia (Ph+). | ||||||
c Solo se evalúa la ERM en la médula ósea al final de la consolidación en los pacientes con ERM ≥0,01 % en la médula ósea al final de la inducción. | ||||||
d Dentro de 2 semanas del diagnóstico. | ||||||
e SNC2 o SNC3. | ||||||
RE | <10 | Sía | Cualquiera | Cualquierab | Cualquiera | <1 %c |
RE | <10 | No | >24 horasd | Cualquierab | Cualquiera | <1 %c |
RA | ≥10 | Cualquiera | Cualquiera | Cualquierab | <0,01 % | NA |
RA | <10 | Síe | Cualquiera | Cualquierab | <0,01 % | NA |
RA | <10 | No | >24 horasd | Cualquierab | <0,01 % | NA |
RA | <10 | No | ≤24 horasd | Neutro o desfavorableb | <0,01 % | NA |
RA | Cualquiera | Cualquiera | Cualquiera | Cualquierab | ≥0,01 % | <0,01 % |
Los pacientes de riesgo alto del NCI con ERM ≥0,01 % en la médula ósea al final de la consolidación se clasifican en el grupo de riesgo muy alto y son aptos para participar en un ensayo clínico de células T con receptor de antígeno quimérico (CAR) durante la primera remisión (NCT03792633).
Aunque los pacientes con LLA-B y síndrome de Down se clasifican en grupos de riesgo similares a otros niños, los pacientes con síndrome de Down del grupo de riesgo alto reciben un régimen de tratamiento modificado para disminuir la toxicidad.
Riesgo estándar.
Riesgo intermedio.
Riesgo muy alto.
Criterios de riesgo bajo (alrededor de 42 % de los pacientes).
Criterios de riesgo estándar (alrededor del 48 % de los pacientes).
Criterios de riesgo alto (alrededor del 10 % de los pacientes).
Los pacientes con BCR-ABL1 acaban el tratamiento del protocolo en el día 15. El grupo de riesgo final se determina a partir del grupo de riesgo inicial y de la ERM (evaluada mediante secuenciación de última generación) al final de la inducción (día 32; primer punto de referencia) y en la semana 10 de terapia (segundo punto de referencia):
Ensayos clínicos en curso
Realizar una búsqueda avanzada en inglés de los ensayos clínicos sobre cáncer auspiciados por el NCI que ahora aceptan pacientes. La búsqueda se puede simplificar por ubicación del ensayo, tipo de tratamiento, nombre del fármaco y otros criterios. También se dispone de información general sobre los ensayos clínicos.
Referencias:
Fases del tratamiento
El tratamiento de los niños con LLA por lo general se divide en las siguientes fases:
Sitios santuario
En el pasado, determinados sitios extramedulares se consideraban sitios santuario (es decir, espacios anatómicos de poca penetración de muchos de los fármacos quimioterapéuticos de administración oral o intravenosa que a menudo se usan para el tratamiento de la LLA). Los dos sitios santuario más importantes en la LLA infantil son el sistema nervioso central (SNC) y los testículos. El tratamiento exitoso de la LLA requiere un abordaje eficaz del compromiso leucémico clínico o subclínico en estos sitios considerados santuarios extramedulares.
Sistema nervioso central
En el momento del diagnóstico, cerca del 3 % de los pacientes tienen enfermedad SNC3 (definida por una muestra de líquido cefalorraquídeo con ≥5 glóbulos blancos/μl, linfoblastos o parálisis de nervios craneales). Sin embargo, a menos que se dirija una terapia específica al sistema nervioso central (SNC), la mayoría de los niños presentará con el tiempo leucemia en el SNC evidente sin importar si se detectaron linfoblastos o no en el líquido cefalorraquídeo (LCR) en el momento del diagnóstico inicial. Las terapias dirigidas al SNC son la quimioterapia intratecal, la quimioterapia sistémica dirigida al SNC y la radiación craneal; algunas se incluyen en los regímenes vigentes para la LLA. (Para obtener más información, consultar la sección de este sumario sobre Terapia dirigida al sistema nervioso central para la leucemia linfoblástica aguda infantil).
Testículos
El compromiso testicular evidente en el momento del diagnóstico se presenta en cerca del 2 % de los niños varones. En los primeros ensayos de la LLA, el compromiso testicular en el momento del diagnóstico era un factor de pronóstico adverso. Sin embargo, no está clara la importancia pronóstica del compromiso testicular inicial cuando se usa un tratamiento inicial más intensivo.[1,2] Tampoco está clara la función de la radioterapia para el compromiso testicular. En un estudio del St. Jude Children's Research Hospital, se indicó que se logra un desenlace favorable cuando se usa quimioterapia convencional intensiva sin radiación.[1] El Children's Oncology Group también adoptó esta estrategia para los niños con compromiso testicular que se resuelve por completo durante la quimioterapia de inducción.
Referencias:
La evaluación y el tratamiento de los niños con leucemia linfoblástica aguda (LLA) deben estar coordinados por un equipo multidisciplinario en centros oncológicos u hospitales que cuenten con todas las instalaciones pediátricas de apoyo porque el tratamiento de estos niños supone una compleja evaluación del riesgo y el uso de tratamientos complejos, además de la necesidad de cuidados médicos de apoyo intensivos (por ejemplo, transfusiones, tratamiento de complicaciones infecciosas, apoyo emocional, financiero y del desarrollo).[1] Este equipo multidisciplinario incorpora la pericia de los siguientes profesionales de atención de la salud y otros para asegurar que los niños reciban el tratamiento, los cuidados médicos de apoyo y la rehabilitación que les permitan lograr una supervivencia y calidad de vida óptimas:
La American Academy of Pediatrics estableció pautas para los centros de oncología pediátrica y su función en el tratamiento de los pacientes de cáncer infantil.[1] El tratamiento de la LLA infantil a menudo incluye quimioterapia durante 2 a 3 años. Debido a que la mielodepresión y la inmunodepresión generalizada son consecuencias anticipadas de la leucemia y la quimioterapia, se debe disponer de forma inmediata de instalaciones adecuadas para el apoyo hematológico y el tratamiento de infecciones y otras complicaciones durante todas las fases del tratamiento. Alrededor del 1 % al 3 % de los pacientes muere durante la fase de inducción a la remisión y otro 1 % al 3 % muere después de la remisión completa por complicaciones relacionadas con el tratamiento.[2,3,4,5,6] Es importante que los centros asistenciales y los especialistas encargados de la atención del paciente mantengan contacto con el médico de atención primaria que lo derivó en la comunidad. Una comunicación sólida optimiza cualquier atención de urgencia o cuidados provisionales que necesite el niño en su hogar.
Por lo general, hay ensayos clínicos para los niños con LLA en los que se usan protocolos específicos diseñados para los niños con un riesgo estándar (bajo) de fracaso del tratamiento y para los niños con un riesgo más alto de fracaso del tratamiento. Los ensayos clínicos para niños con LLA, a menudo se diseñan a fin de comparar un tratamiento estándar, en un grupo de riesgo en particular, con un abordaje de tratamiento posiblemente superior que quizás mejore la supervivencia o reduzca la toxicidad relacionada con el régimen de tratamiento estándar. La mayoría de las innovaciones terapéuticas que aumentaron las tasas de supervivencia de los niños con LLA se lograron mediante ensayos clínicos, por lo tanto es pertinente que a los niños y adolescentes con LLA se les ofrezca la participación en un ensayo clínico.
La asignación del tratamiento según el riesgo es una estrategia terapéutica importante que se usa en niños con LLA. Con este abordaje, los niños que en el pasado obtuvieron resultados muy favorables reciben un tratamiento menos intensivo y evitan tratamientos más tóxicos, mientras que los niños con una probabilidad más baja de sobrevivir a largo plazo reciben un tratamiento más intensivo que quizás aumente la probabilidad de curación. (Para obtener más información sobre una serie de características clínicas y de laboratorio que han demostrado tener valor pronóstico, consultar la sección de este sumario Asignación del tratamiento según el riesgo).
Referencias:
Opciones de tratamiento de inducción estándar de la leucemia linfoblástica aguda recién diagnosticada
La opción de tratamiento estándar de la leucemia linfoblástica aguda infantil recién diagnosticada es la siguiente:
Quimioterapia de inducción a la remisión
El objetivo de la primera fase del tratamiento (inducción a la remisión) es producir una remisión completa (RC). Esta fase de inducción suele durar 4 semanas. En general, cerca del 98 % de los pacientes con diagnóstico reciente de LLA-B alcanzan la RC al final de esta fase; las tasas de remisión son más bajas en los lactantes y en niños mayores con LLA-T o que tienen recuentos leucocitarios altos durante la presentación inicial.[1,2,3,4,5]
La quimioterapia de inducción suele incluir los siguientes fármacos, con una antraciclina o sin esta (doxorrubicina o daunorrubicina):
En los protocolos del Children's Oncology Group (COG) se administra una inducción de 3 fármacos (vincristina, un corticoesteroide y pegaspargasa) a los pacientes con LLA-B de riesgo estándar del Instituto Nacional del Cáncer (NCI); y de 4 fármacos (vincristina, un corticoesteroide y pegaspargasa con una antraciclina) a los pacientes con LLA-B de riesgo alto del NCI y a todos los pacientes con LLA-T. Otros grupos utilizan cuatro fármacos para la inducción de todos los pacientes.[1,2,3]
Terapia con corticoesteroides
En muchos regímenes actuales se utiliza dexametasona en lugar de prednisona durante la inducción a la remisión y en las fases posteriores del tratamiento, aunque hay polémica sobre el beneficio de la dexametasona en todos los subgrupos de pacientes. En algunos ensayos también se indica que la dexametasona durante la inducción tal vez produzca más efectos tóxicos que la prednisona, entre ellos, tasas altas de infecciones, miopatía y cambios de comportamiento.[1,6,7,8] El COG notificó que el uso de dexametasona durante la inducción se relacionó con un riesgo más alto de osteonecrosis en niños mayores (edad >10 años),[8] aunque este hallazgo no se corroboró en otros estudios aleatorizados.[1,7]
Evidencia (dexametasona vs. prednisona durante la inducción):
La relación entre las dosis de dexametasona y prednisona quizás afecta el desenlace. En los estudios en los que la relación entre las dosis de dexametasona y prednisona fue de 1:5 a 1:7, se observó un mejor resultado para la dexametasona, mientras que en los estudios en los que se usó una relación de 1:10 se observaron resultados similares.[10]
L-asparaginasa
Las siguientes son las formas de L-asparaginasa que se han usado en el tratamiento de los niños con LLA:
Pegaspargasa (PEG-asparaginasa)
La pegaspargasa, una forma de L-asparaginasa en la que se modifica la enzima derivada de E. coli mediante un enlace covalente de polietilenglicol, es la preparación que más se usa durante las fases de inducción y posinducción del tratamiento en pacientes con diagnóstico reciente en los Estados Unidos y Europa occidental.
La pegaspargasa se administra por vía intramuscular (IM) o intravenosa (IV).[11] La farmacocinética y los perfiles de toxicidad son similares para la administración IM o IV de la pegaspargasa.[11] No se ha comprobado que la administración IV de la pegaspargasa sea más tóxica que la administración IM.[11,12,13]
La pegaspargasa tiene una semivida en suero mucho más larga que la L-asparaginasa natural de E. coli, y produce un disminución prolongada de la asparagina después de una sola inyección.[14]
Los índices de actividad enzimática de la asparaginasa sérica superiores a 0,1 UI/ml se relacionan con disminución de la asparagina sérica. En algunos estudios se observó que una sola dosis de pegaspargasa por vía IM o IV, como parte de una inducción multifarmacológica, produce un índice de actividad enzimática en suero superior a 0,1 UI/ml en casi todos los pacientes durante por lo menos 2 a 3 semanas.[11,12,15,16] En un estudio de 54 pacientes de riesgo alto del NCI dirigido por el COG, la actividad de asparaginasa plasmática inferior a 0,02 UI/ml se relacionó con agotamiento de la asparaginasa sérica; usando ese valor límite, se estimó que el 96 % de los pacientes mantuvieron el efecto terapéutico (agotamiento de la asparagina plasmática) de 22 a 29 días después de una dosis única de pegaspargasa de 2500 UI/m2.[17] En un estudio aleatorizado, el uso de dosis más altas de pegaspargasa (3500 UI/m2) no mejoró el resultado en comparación con el uso de dosis estándar (2500 UI/m2).[18][Nivel de evidencia: 1iiA]
En otro estudio, se redujeron las dosis de pegaspargasa en un intento por disminuir la toxicidad.[19] Aunque las dosis más bajas fueron útiles para mantener concentraciones de asparaginasa apropiadas, superiores a 0,1 UI/ml, la frecuencia de los efectos tóxicos de la asparaginasa fue similar a la notificada antes en estudios de dosis más altas de pegaspargasa. En este estudio no se notificó el efecto de dosis más bajas de pegaspargasa en la SSC.
Evidencia (uso de pegaspargasa en lugar de la L-asparaginasa natural de E. coli):
Los pacientes con reacciones alérgicas a la pegaspargasa se suelen cambiar a la L-asparaginasa de Erwinia. En un análisis del COG se investigó el efecto perjudicial sobre la supervivencia sin enfermedad (SSE) de la interrupción temprana del tratamiento con pegaspargasa en pacientes con LLA-B de riesgo alto. En el estudio se observó que el efecto adverso sobre el desenlace se podía corregir con el uso de L-asparaginasa de Erwinia para completar el curso planeado de terapia con asparaginasa.[20][Nivel de evidencia: 3iiiDii] Las mediciones de los índices de SAA después de una reacción leve o dudosa a la pegaspargasa quizás permitan diferenciar a los pacientes en quienes se debe cambiar la L-asparaginasa de Erwinia (debido a SSA insuficiente) de los pacientes que no necesitan cambiar de preparación.[21,22]
Evidencia (efecto de pronóstico adverso de la interrupción temprana de la pegaspargasa o de la inactivación inadvertida de la asparaginasa):
Se necesita investigar más la frecuencia óptima para la vigilancia farmacocinética de los pacientes tratados con pegaspargasa, y si esto afecta el desenlace.
Otra formulación de asparaginasa pegilada, llamada calaspargasa pegol, también está disponible para el tratamiento de los niños y adolescentes con LLA.[26] Esta formulación tiene una estructura similar a la pegaspargasa, excepto que tiene un enlace diferente entre la enzima L-asparaginasa y la fracción PEG, lo que se traduce en una semivida más larga.[27,28]
Asparaginasa deErwinia chrysanthemi(L-asparaginasa deErwinia)
La L-asparaginasa de Erwinia se suele usar en pacientes con alergia a la L-asparaginasa natural de E. coli o a la pegaspargasa.
La semivida de la L-asparaginasa de Erwinia (0,65 días) es mucho más corta que la semivida de la asparaginasa natural de E. coli (1,2 días) o de la pegaspargasa (5,7 días).[14] Si se usa la L-asparaginasa de Erwinia la semivida más corta de la preparación de Erwinia exige una administración más frecuente para lograr una reducción adecuada de la asparagina.
Evidencia (aumento de la frecuencia de la dosis de la L-asparaginasa de Erwinia necesaria para lograr el efecto terapéutico previsto):
Antraciclinas durante la inducción
En los protocolos del COG se administra una inducción de 3 fármacos (vincristina, un corticoesteroide y pegaspargasa) a los pacientes con LLA-B de riesgo estándar del NCI; y de 4 fármacos (vincristina, un corticoesteroide y pegaspargasa con una antraciclina) a los pacientes con LLA-B de riesgo alto del NCI y a todos los pacientes con LLA-T. Otros grupos utilizan cuatro fármacos para la inducción de todos los pacientes.[1,2,3]
Por lo general se utiliza daunorrubicina o doxorrubicina para los regímenes de inducción que incluyen una antraciclina. En un ensayo aleatorizado de comparación entre ambos fármacos durante la inducción, no se encontraron diferencias en las mediciones de respuesta temprana, como la disminución del recuento de blastocitos periféricos durante la primera semana de tratamiento, las características morfológicas de la médula el día 15 y los índices de enfermedad residual mínima (ERM) al final de la inducción.[31][Nivel de evidencia: 1iiDiv]
Respuesta a la quimioterapia de inducción a la remisión
Más del 95 % de los niños con LLA recién diagnosticada alcanzarán una RC durante las primeras 4 semanas de tratamiento. Entre los que no logran alcanzar la RC durante las primeras 4 semanas, cerca de la mitad morirá debido a toxicidad durante la fase de inducción (a menudo, por infecciones) y el resto exhibirá una enfermedad resistente (leucemia persistente en la evaluación morfológica).[32,33,34]; [35][Nivel de evidencia: 3iA]
La mayoría de los pacientes en quienes persiste una leucemia detectable en los estudios morfológicos al final de la fase de inducción de 4 semanas tiene un pronóstico precario y quizás se beneficie de un trasplante de células madre hematopoyéticas (TCMH) alogénico una vez logren la RC.[4,36,37] En una serie retrospectiva numerosa, la tasa de SG a 10 años de estos pacientes fue del 32 %.[38] Se observó una tendencia a un desenlace superior para el TCMH alogénico en comparación con la quimioterapia sola en los pacientes con un fenotipo de células T (cualquier edad) y en los pacientes mayores de 6 años con LLA-B. Los pacientes con LLA-B de 1 a 5 años de edad en el momento del diagnóstico que carecían de anomalías citogenéticas adversas (reordenamiento de KMT2A [MLL], BCR-ABL1) tuvieron un pronóstico relativamente favorable, sin ninguna ventaja para el desenlace cuando recibieron un TCMH en comparación con quimioterapia sola.[38]
En los pacientes que alcanzaron una RC, las mediciones de la velocidad de eliminación de los blastocitos y de la ERM tienen gran importancia pronóstica, en especial, en los siguientes casos:
(Para obtener más información, consultar la sección de este sumario sobre Respuesta al tratamiento inicial).
(Para obtener información específica sobre la terapia dirigida al SNC para prevenir la recaída en el SNC de los niños con LLA recién diagnosticada, consultar la sección de este sumario sobre Terapia dirigida al sistema nervioso central para la leucemia linfoblástica aguda infantil).
Opciones de tratamiento de posinducción estándar de la leucemia linfoblástica aguda infantil
La opción de tratamiento estándar para la consolidación o intensificación y el mantenimiento (terapia de posinducción) es la siguiente:
Todos los grupos administran terapia dirigida al sistema nervioso central (SNC) durante la quimioterapia premantenimiento. En algunos protocolos (Children's Oncology Group [COG], St. Jude Children's Research Hospital [SJCRH] y Dana-Farber Cancer Institute [DFCI]), se administra quimioterapia intratecal continua durante el mantenimiento, aunque en otros no lo hacen (Berlin-Frankfurt-Münster [BFM]). (Para obtener información específica sobre la terapia dirigida al SNC para prevenir la recaída en el SNC de los niños con leucemia linfoblástica aguda [LLA] que reciben terapia de posinducción, consultar la sección de este sumario sobre Terapia dirigida al sistema nervioso central para la leucemia linfoblástica aguda infantil).
Terapia de consolidación o intensificación
Una vez se alcanza la remisión completa (RC), se administra tratamiento sistémico y dirigido al SNC. La intensidad de la quimioterapia de posinducción varía mucho según la asignación al grupo de riesgo, pero todos los pacientes reciben alguna forma de intensificación después de lograr la RC y antes de iniciar la terapia de mantenimiento.
El programa de intensificación que más se usa es el tratamiento de base del BFM. El grupo de ensayos clínicos BFM fue el pionero en este tratamiento de base, que incluye los siguientes aspectos:[1]
Una fase de mantenimiento provisional, que incluye 4 dosis altas de metotrexato (a menudo, 5 g/m2) con rescate de leucovorina.
Muchos grupos han adoptado este tratamiento de base, incluso el COG. Las siguientes son las variaciones de este tratamiento de base:
Otros grupos de ensayos clínicos utilizan un tratamiento de base diferente durante las fases de posinducción:
Leucemia linfoblástica aguda de riesgo estándar
En los niños con LLA de riesgo estándar se ha intentado limitar la exposición a fármacos como las antraciclinas y los alquilantes que aumentan el riesgo de efectos tóxicos tardíos.[54,55,56] Con el uso de regímenes en los que se utiliza el tratamiento de base del BFM (como el régimen del COG), se han obtenido resultados favorables con una sola fase de intensificación diferida o reinducción y fases de mantenimiento provisionales con dosis escalonadas de metotrexato (sin rescate de leucovorina) y vincristina.[57] También se notificaron resultados favorables para los pacientes de riesgo estándar en ensayos que usaron un número limitado de cursos de metotrexato en dosis intermedias o altas durante la consolidación seguida de terapia de mantenimiento (sin fase de reinducción).[55,58,59] Además, en el estudio DFCI ALL Consortium se utilizaron dosis múltiples de pegaspargasa (30 semanas) durante la consolidación sin exposición a alquilantes ni antraciclinas durante la fase de posinducción.[60,61]
Sin embargo, el efecto pronóstico de la enfermedad residual mínima (ERM) al final de la inducción o la consolidación afectó el tratamiento de los pacientes asignados al inicio al grupo de riesgo estándar del Instituto Nacional del Cáncer (NCI). En varios estudios se demostró que los índices más altos de ERM al final de la inducción se relacionan con un pronóstico más precario.[40,42,43,62,63] Se ha observado que la intensificación del tratamiento mejora el desenlace en los pacientes de riesgo estándar con un índice de ERM alto al final de la inducción.[46] Por lo tanto, los pacientes de riesgo estándar que tienen índices altos de ERM al final de la inducción no se tratan con los abordajes descritos para los pacientes de riesgo estándar que tienen índices bajos de ERM al final de la inducción, pero quienes a menudo se tratan con regímenes de riesgo alto.
Evidencia (intensificación para la LLA de riesgo estándar):
Leucemia linfoblástica aguda de riesgo alto
En los pacientes de riesgo alto, se han usado varios abordajes diferentes con eficacia comparable.[60,71]; [67][Nivel de evidencia: 2Di] Por lo general, el tratamiento para los pacientes de riesgo alto es más intensivo que para los pacientes de riesgo estándar y suele incluir dosis acumuladas más altas de varios fármacos, como antraciclinas y alquilantes. El uso de dosis más altas de estos fármacos aumenta el riesgo de toxicidad a corto y largo plazo, y muchos ensayos clínicos se han enfocado en la reducción de los efectos secundarios de estos regímenes intensificados.
Evidencia (intensificación para la leucemia linfoblástica aguda de riesgo alto):
Debido a que el tratamiento de la LLA de riesgo alto es más intensivo, esto acarrea un riesgo más alto de efectos tóxicos agudos y a largo plazo, de manera que en varios ensayos clínicos se han evaluado intervenciones para prevenir los efectos secundarios sin que ello afecte de manera adversa la SSC. Las intervenciones en investigación incluyen el uso del cardioprotector dexrazoxano para prevenir la cardiotoxicidad de las antraciclinas y un programa diferente de dosificación de corticoesteroides para reducir el riesgo de osteonecrosis.
Evidencia (efecto cardioprotector del dexrazoxano):
Evidencia (reducción del riesgo de osteonecrosis):
(Para obtener más información, consultar la sección de este sumario sobre Osteonecrosis).
Leucemia linfoblástica aguda de riesgo muy alto
Del 10 % al 20 % de los pacientes con LLA se clasifican como de riesgo muy alto, entre ellos los siguientes:[67,79]
Pacientes con características de riesgo muy alto que recibieron varios ciclos de quimioterapia intensiva durante la fase de consolidación (por lo general, añadida a las fases de intensificación usuales del tratamiento de base del BFM). Estos ciclos adicionales a menudo incluyen fármacos que no se suelen usar en los regímenes de primera línea para la LLA en pacientes de riesgo estándar y alto, así como dosis altas de citarabina, ifosfamida y etopósido.[67] Sin embargo, incluso con este abordaje intensificado, las tasas de SSC a largo plazo notificadas oscilan entre el 30 % y el 50 % para este subconjunto de pacientes.[36,67]
En algunos ensayos clínicos, los pacientes de riesgo muy alto también se consideran aptos para recibir un trasplante de células madre hematopoyéticas (TCMH) alogénico durante la primera remisión completa.[36,80,81,82] Sin embargo, hay pocos datos sobre el desenlace de los pacientes de riesgo muy alto tratados con TCMH alogénico durante la primera RC. Hay polémica sobre qué subpoblaciones se podrían beneficiar de un TCMH.
Evidencia (TCMH alogénico durante la primera remisión en pacientes de riesgo muy alto):
Terapia de mantenimiento
Terapia de mantenimiento de base
En la mayoría de protocolos, la terapia de mantenimiento de base incluye mercaptopurina oral diaria y metotrexato oral o parenteral semanal. En muchos protocolos, la quimioterapia intratecal para el santuario en el SNC continúa durante la terapia de mantenimiento. Es imprescindible un control minucioso de los niños durante el mantenimiento con el fin de evaluar la toxicidad farmacológica y el cumplimiento de la quimioterapia oral durante la terapia de mantenimiento.[87] En los estudios realizados por el COG, se demostraron diferencias significativas en el cumplimiento del tratamiento con mercaptopurina entre diferentes grupos raciales y socioeconómicos. El incumplimiento del tratamiento con mercaptopurina durante la fase de mantenimiento se ha relacionado con un aumento significativo del riesgo de recaída.[87,88]
Antes, la práctica generalizada era la administración oral de mercaptopurina en la noche de acuerdo con la comprobación de estudios antiguos que indicaba mejoría de la SSC.[89] Sin embargo, en un estudio dirigido por el grupo NOPHO en el que se registró de manera prospectiva la información de ingesta oral, el momento de administración de la mercaptopurina (noche vs. otro momento del día) no tuvo importancia pronóstica.[90] En un estudio del COG, la administración de mercaptopurina en diferentes momentos del día, en lugar de la noche de manera uniforme, se relacionó con tasas más altas de incumplimiento terapéutico; sin embargo, entre los pacientes cumplidores (es decir, que tomaron >95 % de las dosis prescritas), no se encontró relación entre el momento de la toma de mercaptopurina y el riesgo de recaída.[91]
Algunos pacientes exhiben toxicidad hematopoyética grave cuando reciben dosis convencionales de mercaptopurina debido a una deficiencia hereditaria (mutación homocigótica) de la tiopurina–S-metiltransferasa, una enzima que inactiva la mercaptopurina.[92,93] Estos pacientes solo toleran la mercaptopurina en dosis mucho más bajas que las habituales.[92,93] Los pacientes heterocigóticos para la mutación por lo general toleran la mercaptopurina sin toxicidad grave, pero necesitan reducciones de dosis más frecuentes debido a toxicidad hematopoyética que los pacientes homocigóticos para el alelo normal.[92] Los polimorfismos en el gen NUDT15, que se observan más a menudo en pacientes del este de Asia e hispanos, se han vinculado con una sensibilidad intensa a los efectos mielodepresores de la mercaptopurina.[94,95,96]
Evidencia (terapia de mantenimiento):
A partir de estos hallazgos, el SJCRH modificó los fármacos que se usan en el programa de díadas rotatorias durante la fase de mantenimiento. En el estudio Total XV, los pacientes de riesgo estándar y de riesgo alto recibieron 3 díadas en rotación (mercaptopurina con metotrexato, ciclofosfamida con citarabina y dexametasona con vincristina) durante ésta fase de tratamiento; los pacientes de riesgo bajo recibieron mantenimiento estándar adicional (sin ciclofosfamida ni citarabina).[53]
Dosis altas repetidas de vincristina y corticoesteroides
A menudo se añaden dosis altas repetidas de vincristina y corticoesteroides a la terapia de mantenimiento estándar, aunque el beneficio de estas dosis en el contexto de los regímenes de quimioterapia multifarmacológica contemporáneos continúa siendo polémico.
Evidencia (dosis altas repetidas de vincristina y corticoesteroides):
En varios estudios se ha abordado la pregunta del tipo de corticoesteroide (dexametasona o prednisona) que se debe usar en los regímenes que incluyen dosis altas repetidas de vincristina y corticoesteroides. En estos estudios se indica que la dexametasona se relaciona con una SSC superior, pero también con una mayor frecuencia de complicaciones por uso de corticoesteroides, como toxicidad ósea e infecciones, en especial, en niños grandes y adolescentes.[6,7,24,64,112] En comparación con la prednisona, la dexametasona también se relacionó con una frecuencia más alta de problemas de comportamiento.[7] En un ensayo aleatorizado con 50 pacientes de 3 a 16 años que recibieron quimioterapia de mantenimiento, la administración simultánea de hidrocortisona (dosis fisiológicas) durante las dosis altas repetidas de dexametasona redujo la frecuencia de dificultades del comportamiento, inestabilidad emocional y alteraciones del sueño.[113]
Evidencia (dexametasona vs. prednisona):
El beneficio de la dexametasona en los niños de 10 a 18 años exige investigación adicional debido al aumento del riesgo de osteonecrosis por corticoesteroides en este grupo etario.[72,112]
Duración de la terapia de mantenimiento
Por lo general, la quimioterapia de mantenimiento se prolonga durante 2 o 3 años de RC continua. En algunos estudios, los niños se tratan durante más tiempo que las niñas;[64] en otros no hay diferencia en la duración del tratamiento según el sexo.[60,67] No está claro si la prolongación de la terapia de mantenimiento disminuye la recaída en los niños, en especial, en el contexto del tratamiento vigente.[67][Nivel de evidencia: 2Di] La prolongación de la terapia de mantenimiento por más de 3 años no mejora el desenlace.[108]
Cumplimiento con los medicamentos orales durante la terapia de mantenimiento
El incumplimiento del tratamiento con mercaptopurina durante la terapia de mantenimiento se relaciona con un riesgo de recaída significativo.[87]
Evidencia (cumplimiento terapéutico):
Opciones de tratamiento en evaluación clínica
La asignación del tratamiento según el riesgo es una estrategia terapéutica clave que se utiliza para los niños con LLA, y los protocolos están diseñados para poblaciones de pacientes específicas con diferentes grados de riesgo de fracaso del tratamiento. En la sección de este sumario sobre Asignación del tratamiento según el riesgo, se describen las características clínicas y de laboratorio que se usan para la estratificación inicial de los niños con LLA en grupos de tratamiento según el riesgo.
La información en inglés sobre los ensayos clínicos patrocinados por el Instituto Nacional del Cáncer (NCI) se encuentra en el portal de Internet del NCI. Para obtener información en inglés sobre ensayos clínicos patrocinados por otras organizaciones, consultar el portal de Internet ClinicalTrials.gov.
A continuación se presentan ejemplos de ensayos clínicos nacionales o institucionales en curso:
Estudios del Children´s Oncology Group para la leucemia linfoblástica aguda de células B
Leucemia linfoblástica aguda de riesgo estándar
Todos los pacientes reciben una inducción de 3 fármacos (sin antraciclinas). Después de terminar la inducción, los pacientes se subdividen en tres grupos a partir de las mediciones de respuesta biológica y respuesta temprana.
Los pacientes de riesgo estándar favorable recibirán el tratamiento estándar.
A todos los pacientes de riesgo estándar se les medirá la ERM en el día 29 de la inducción mediante una prueba de secuenciación de alto rendimiento (HTS) para la ERM. Los pacientes con ERM indetectable en la HTS recibirán el tratamiento estándar, mientras que los pacientes con ERM detectable en la HTS (o si el resultado de la ERM en la HTS es indeterminado o ausente) y los que tienen trisomía doble o ERM en la médula ósea de ≥0,01 a <0,1 % en el día 29 cumplirán con los requisitos para la aleatorización a tratamiento estándar, o tratamiento estándar y 2 ciclos de blinatumomab.
Los pacientes de riesgo estándar alto recibirán el tratamiento de base del BFM intensificado (riesgo alto del NCI). Todos los pacientes con una ERM >1 % al final de la consolidación salen del protocolo de tratamiento. Los pacientes con una ERM <0,1 % al final de la consolidación serán aptos para la aleatorización al tratamiento de base para el grupo de riesgo alto del NCI solo o combinado con 2 ciclos de blinatumomab. Los pacientes con una ERM de ≥0,1 a <1 % al final de la consolidación se asignarán de manera directa a recibir el tratamiento de base para el grupo de riesgo alto del NCI con 2 ciclos de blinatumomab.
Los pacientes con síndrome de Down y riesgo estándar del NCI que cumplen con la definición de riesgo estándar promedio recibirán el mismo tratamiento que los pacientes sin síndrome de Down del grupo de riesgo estándar promedio, según se describió antes. El resto de los pacientes con síndrome de Down, incluso los de riesgo alto del NCI, características biológicas desfavorables y ERM alta el día 29 se clasificarán en el grupo de síndrome de Down de riesgo alto y se asignarán al azar a recibir 2 ciclos de blinatumomab además del régimen de quimioterapia reducido en el que se omiten los elementos intensivos del tratamiento de base del BFM intensificado. Los elementos que se omiten son las antraciclinas durante la inducción y la quimioterapia a base de ciclofosfamida y citarabina durante la segunda parte de la intensificación diferida.
El tratamiento durará lo mismo para todos los pacientes (2 años desde el comienzo de la primera fase de mantenimiento provisional) sin importar el grupo de riesgo. Esto representa una reducción de la duración del tratamiento de 1 año para los niños en comparación con el tratamiento estándar.
Leucemia linfoblástica aguda de riesgo alto y riesgo muy alto
En los pacientes con LLA-B del protocolo se evalúa si la adición de dos bloques de inotuzumab ozogamicina a un tratamiento de base del BFM modificado mejorará la SSE, además se prueba si la reducción de la duración del tratamiento en los niños (de 3 años desde el inicio de la primera fase de mantenimiento provisional a 2 años desde el inicio de esta fase) no afecta de manera adversa la SSE. Asimismo, con el estudio se procura determinar la SSC de los pacientes con LAFM y linfoma linfoblástico de células B diseminado que reciben tratamiento con un régimen quimioterapéutico para la LLA de riesgo estándar alto.
Todos los pacientes reciben una inducción de 4 fármacos (con antraciclinas). Al finalizar la inducción, el tratamiento siguiente depende de la edad, las características biológicas y la respuesta al tratamiento.
El tratamiento durará lo mismo para todos los pacientes (2 años desde el comienzo de la primera fase de mantenimiento provisional). Esto representa una reducción de la duración del tratamiento de 1 año para los niños, en comparación con el tratamiento estándar. Los pacientes con LLA-B de riesgo alto del NCI con ERM al final de la consolidación de ≥0,01 % se retiran del protocolo de tratamiento y reúnen las condiciones para inscribirse en el ensayo del COG-AALL1721 (mencionado antes). Los pacientes de riesgo estándar del NCI con ERM al final de la consolidación de ≥1 % se retiran del protocolo de tratamiento y no reúnen las condiciones para inscribirse en el ensayo del COG-AALL1721.
Los pacientes inscritos en este ensayo se someterán a leucocitaféresis para obtener células T autógenas que se enviarán para la producción del tisagenlecleucel. Mientras se espera que termine la producción, los pacientes iniciarán la primera fase de mantenimiento provisional (dosis altas de metotrexato); esta fase se interrumpe tan pronto se dispone del producto. Una vez disponible el producto, los pacientes recibirán quimioterapia linfocitorreductora y la infusión de tisagenlecleucel. Después del tisagenlecleucel no se administrarán otros tratamientos para la leucemia. En el día 29 después de la administración del tisagenlecleucel se empezarán a obtener muestras de médula a intervalos regulares con el fin de evaluar el estado de la enfermedad; además se examinarán muestras de sangre periférica para detectar indicios de aplasia de células B.
Para inscribirse en este ensayo los pacientes deben contar con un resultado positivo para CD19 en el momento del diagnóstico. Se excluyen los pacientes con médula de tipo M3 al final de la inducción, médula de tipo M2 o M3 al final de la consolidación, hipodiploidía (<44 cromosomas), LLA Ph+ o que recibieron antes un inhibidor de la tirosina cinasa.
Los pacientes de riesgo estándar en ambos grupos seguirán recibiendo imatinib hasta completar toda la quimioterapia planificada (2 años de tratamiento). El objetivo de la aleatorización de riesgo estándar es determinar si la pauta quimioterapéutica de base menos intensa se relaciona con una SSE similar y tasas más bajas de toxicidad en comparación con el tratamiento estándar (pauta quimioterapéutica de base EsPhALL).
Los pacientes de riesgo alto recibirán un TCMH después de completar 3 bloques de quimioterapia de consolidación. El tratamiento con imatinib se reiniciará después del TCMH y se administrará desde el día 56 hasta el día 365. El objetivo es evaluar la viabilidad de la administración del imatinib después del TCMH y describir los desenlaces de esos pacientes.
Otros estudios
Este ensayo tiene los siguientes 4 objetivos principales:
Los dos objetivos principales de este ensayo son los siguientes:
Los pacientes se asignan a un grupo de riesgo inicial el día 10 del tratamiento. Los pacientes se clasifican como de riesgo inicial muy alto si cumplen con cualquiera de los siguientes criterios. deleción de IKZF1, reordenamientos del gen KMT2A, fusión TCF3-HLF (t(17;19)) o hipodiploidía baja (<40 cromosomas). Se considera que los pacientes tienen un riesgo inicial bajo si se cumplen todos los siguientes criterios, LLA de células B, edad de 1 a menos de 15 años, recuento de GB inferior a 50 × 109, SNC1 o SNC2, ausencia de iAMP21 y ausencia de características de riesgo muy alto. El grupo de pacientes de riesgo inicial alto incluye el resto de los pacientes que carecen de características de riesgo muy alto y todos los pacientes de LLA-T.
La intensidad de la inducción depende del grupo de riesgo inicial. Los pacientes de riesgo inicial bajo reciben una inducción de 3 fármacos (sin antraciclinas). El resto de los pacientes reciben una inducción de 4 fármacos (con antraciclinas).
El grupo de riesgo final, que determina la intensidad de la terapia de posinducción, se asigna según la ERM (evaluada mediante secuenciación de última generación) al final de la inducción (día 32; primer punto de referencia) y semana 10 (segundo punto de referencia).
El tratamiento para todos los grupos de riesgo incluye 30 semanas de pegaspargasa (15 dosis administradas cada 2 semanas) durante la terapia de posinducción. Todos los pacientes con riesgo final bajo o alto son aptos para participar en una comparación aleatorizada de dosificación de pegaspargasa durante la posinducción: dosis estándar (2500 UI/m2 /dosis) o reducción de la dosis con ajuste farmacocinético (dosis inicial: 2000 UI/m2). En todos los pacientes, se controla la cifra mínima de la actividad de la asparaginasa sérica (NSAA) antes de cada dosis de pegaspargasa; todos los pacientes sin NSAA detectable se cambian al grupo de asparaginasa de Erwinia. En el grupo de reducción de la dosis con ajuste farmacocinético, es posible reducir la dosis hasta 1750 UI/m2 si la NSAA es muy alta (>1,0 UI/ml) después de la cuarta dosis de pegaspargasa; la dosis se aumentará hasta la dosis estándar (2500 UI/m2) si la NSAA es baja pero detectable (<0,4 UI/ml) en cualquier momento. En el ensayo también se hace una evaluación piloto de una prueba de provocación para los pacientes con reacciones de hipersensibilidad de grado 2 a la pegaspargasa y vigilancia farmacocinética para determinar si dichos pacientes se cambiarán al medicamento a base de Erwinia o si es posible que continúen recibiendo pegaspargasa con la prequimioterapia.
Ensayos clínicos en curso
Realizar una búsqueda avanzada en inglés de los ensayos clínicos sobre cáncer auspiciados por el NCI que ahora aceptan pacientes. La búsqueda se puede simplificar por ubicación del ensayo, tipo de tratamiento, nombre del fármaco y otros criterios. También se dispone de información general sobre los ensayos clínicos.
Referencias:
Aspectos generales de los regímenes terapéuticos dirigidos al sistema nervioso central
En el momento del diagnóstico, cerca del 3 % de los pacientes tienen enfermedad en el sistema nervioso central de tipo 3 (SNC3) (definida como muestra de líquido cefalorraquídeo [LCR] con ≥5 glóbulos blancos [GB]/μl, linfoblastos o parálisis de pares craneales). Sin embargo, a menos que se dirija una terapia específica al sistema nervioso central (SNC), la mayoría de los niños presentará con el tiempo leucemia en el SNC evidente sin importar si se detectaron linfoblastos o no en el líquido cefalorraquídeo (LCR) en el momento del diagnóstico inicial. Por consiguiente, todos los niños con leucemia linfoblástica aguda (LLA) deben recibir una quimioterapia combinada sistémica y alguna forma de profilaxis en el SNC.
Debido a que el SNC es un sitio santuario (es decir, un espacio anatómico de poca penetración de muchos de los fármacos quimioterapéuticos que a menudo se usan para el tratamiento de la LLA), las terapias específicas dirigidas al SNC se deben empezar rápido para eliminar la enfermedad del SNC sintomática en el momento del diagnóstico y para prevenir la recaída en el SNC en todos los pacientes. Tradicionalmente, las tasas de supervivencia de los niños con LLA mejoraron mucho luego de que se empezaran a añadir terapias dirigidas al SNC a los regímenes de tratamiento.
Las opciones de tratamiento estándar para la terapia dirigida al sistema nervioso central son las siguientes:
Todas estas modalidades terapéuticas tienen una función en el tratamiento y la prevención de la leucemia en el SNC. El uso de una combinación de quimioterapia intratecal y quimioterapia sistémica dirigida al SNC es estándar; la radiación craneal se reserva para situaciones especiales.[1]
El tipo de terapia dirigida al SNC se basa en el riesgo de recaída en el SNC; los pacientes de riesgo más alto reciben tratamientos más intensivos. Los datos indican que los siguientes grupos de pacientes tienen un aumento de riesgo de recaída en el SNC:
Los regímenes terapéuticos dirigidos al SNC para la LLA infantil recién diagnosticada se presentan en el Cuadro 11.
Estado de la enfermedad | Opciones de tratamiento estándar | |
---|---|---|
LLA = leucemia linfoblástica aguda; SNC = sistema nervioso central; SNC3 = líquido cefalorraquídeo con 5 o más glóbulos blancos/µl, resultado positivo para blastocitos en la prueba con citocentrífuga o parálisis de nervios craneales. | ||
a El fármaco solo no entra en el SNC, pero produce el agotamiento de la asparagina en el líquido cefalorraquídeo. | ||
Leucemia linfoblástica aguda de riesgo estándar | Quimioterapia intratecal | |
Metotrexato solo | ||
Metotrexato con citarabina e hidrocortisona | ||
Quimioterapia sistémica dirigida al SNC | ||
Dexametasona | ||
L-asparaginasaa | ||
Dosis altas de metotrexato con rescate de leucovorina | ||
Dosis escalonadas de metotrexato intravenoso (sin rescate de leucovorina) | ||
Leucemia linfoblástica aguda de riesgo alto y riesgo muy alto | Quimioterapia intratecal | |
Metotrexato solo | ||
Metotrexato con citarabina e hidrocortisona | ||
Quimioterapia sistémica dirigida al SNC | ||
Dexametasona | ||
L-asparaginasaa | ||
Dosis altas de metotrexato con rescate de leucovorina | ||
Radioterapia craneal |
Un objetivo principal de los ensayos clínicos actuales de LLA es administrar una terapia dirigida al SNC eficaz y, al mismo tiempo, reducir al mínimo los efectos tóxicos neurológicos y otros efectos tardíos.
Quimioterapia intratecal
Todos los regímenes terapéuticos para la LLA infantil incluyen quimioterapia intratecal. La quimioterapia intratecal se suele iniciar al principio de la inducción, se intensifica durante la consolidación y, en muchos protocolos, continúa durante en la fase de mantenimiento.
La quimioterapia intratecal suele incluir una de las siguientes opciones:[5]
A diferencia de la citarabina intratecal, el metotrexato intratecal tiene un efecto sistémico significativo que quizás contribuya a prevenir la recaída en la médula.[6]
Quimioterapia sistémica dirigida al sistema nervioso central
Además de las terapias dirigidas directamente al encéfalo y el líquido cefalorraquídeo, los fármacos de administración sistémica también son un componente eficaz para la profilaxis en el SNC. Los siguientes fármacos de administración sistémica proporcionan algún grado de profilaxis en el SNC:
Evidencia (quimioterapia sistémica dirigida al sistema nervioso central):
Radioterapia craneal
La proporción de pacientes que reciben radioterapia craneal ha disminuido de manera significativa con el tiempo. Ahora la mayoría de niños con LLA recién diagnosticada no reciben radioterapia craneal durante el tratamiento. Muchos grupos administran radioterapia craneal solo a los pacientes con el riesgo más alto de recaída en el SNC, como los pacientes con leucemia en el SNC documentada en el momento del diagnóstico (como se definió antes) (>5 GB/μl y blastocitos; SNC3) o fenotipo de células T con recuento de GB alto en el momento de la presentación inicial.[11] En los pacientes que reciben radioterapia, la dosis de radioterapia craneal se ha disminuido de manera significativa y la administración de irradiación raquídea no es estándar.
En los ensayos en curso se busca determinar si es posible eliminar la radioterapia del tratamiento de todos los niños con LLA recién diagnosticada sin que esto afecte la supervivencia ni aumente la tasa de toxicidad de las terapias iniciales y de rescate.[12,13] En un metanálisis de ensayos aleatorizados de terapias dirigidas al SNC, se confirmó que la quimioterapia intratecal puede reemplazar la radioterapia en la mayoría de los pacientes con LLA recién diagnosticada. Es posible que se necesite tratamiento sistémico adicional según los fármacos y la intensidad del tratamiento usado.[14]; [1][Nivel de evidencia: 1iDi]
Terapia dirigida al sistema nervioso central para los pacientes de riesgo estándar
La quimioterapia intratecal sin radioterapia craneal en el contexto de una quimioterapia sistémica adecuada produce tasas de recaída en el SNC inferiores al 5 % en los niños con LLA de riesgo estándar.[12,13,15,16,17,18]
El uso de radioterapia craneal no es un componente necesario de la terapia dirigida al SNC para estos pacientes.[19,20] En algunos regímenes se usa quimioterapia intratecal triple (metotrexato, citarabina e hidrocortisona), mientras que en otros se usa metotrexato intratecal solo durante todo el tratamiento.
Evidencia (quimioterapia intratecal triple vs. metotrexato intratecal):
Terapia dirigida al sistema nervioso central para pacientes de riesgo alto y de riesgo muy alto sin compromiso del sistema nervioso central
Quimioterapia intratecal
El abordaje para la terapia intratecal también se estudió en pacientes de riesgo alto.
Evidencia (quimioterapia intratecal triple vs. metotrexato intratecal):
Radioterapia craneal
Hay controversia sobre el uso de radioterapia craneal en los pacientes de riesgo alto y riesgo muy alto; el consenso cada vez más popular es que la mayoría de los pacientes no necesitan radioterapia craneal.[14] Las indicaciones para el uso de radioterapia craneal en algunos regímenes terapéuticos son las siguientes:[11]
En las últimas dos décadas, ha disminuido la proporción de pacientes que reciben radioterapia y la dosis de radioterapia usadas.
Evidencia (radioterapia craneal):
Terapia dirigida al sistema nervioso central en los pacientes con enfermedad SNC3 en el momento del diagnóstico
El tratamiento de los pacientes con LLA y enfermedad en el SNC clínicamente evidente (≥5 GB/CGA y blastocitos en la citocentrífuga; SNC3) en el momento del diagnóstico suele incluir quimioterapia intratecal y radioterapia craneal (dosis común de 18 Gy).[18,20] Ya no se usa la radiación raquídea.
Evidencia (radioterapia craneal):
Se necesitan estudios prospectivos más numerosos para determinar por completo la inocuidad de la omisión de la radioterapia craneal para los pacientes con SNC3.
Opciones en evaluación clínica para la terapia en el sistema nervioso central
La información en inglés sobre los ensayos clínicos patrocinados por el Instituto Nacional del Cáncer (NCI) se encuentra en el portal de Internet del NCI. Para obtener información en inglés sobre ensayos clínicos patrocinados por otras organizaciones, consultar el portal de Internet ClinicalTrials.gov.
A continuación se presentan ejemplos de ensayos clínicos nacionales o institucionales en curso:
Toxicidad de la terapia dirigida al sistema nervioso central
Los efectos tóxicos de la terapia dirigida al SNC para la LLA infantil son agudos, subagudos y tardíos. (Para obtener más información, consultar la sección Efectos tardíos en el sistema nervioso central en el sumario del PDQ Efectos tardíos del tratamiento anticanceroso en la niñez).
Efectos tóxicos agudos y subagudos
Las convulsiones son el efecto secundario agudo más común de la quimioterapia intratecal sola. Hasta el 5 % de los pacientes con LLA no irradiados que reciben dosis frecuentes de quimioterapia intratecal presentarán al menos una convulsión durante el tratamiento.[12] Se observaron tasas más altas de convulsiones con el uso de regímenes de consolidación que incluyeron 12 cursos de dosis intermedias de metotrexato intravenoso (IV) (1 g/m2) cada 2 semanas con quimioterapia intratecal.[29] El uso de metotrexato por vía intratecal o en dosis altas IV también se relaciona con un síndrome similar a un accidente cerebrovascular que, en la mayoría de los casos, es transitorio.[30]
Los pacientes de LLA que presentan convulsiones durante el tratamiento y que reciben anticonvulsivos no deben recibir fenobarbital ni fenitoína porque estos medicamentos aumentan la depuración de algunos fármacos quimioterapéuticos y afectan de manera adversa el desenlace.[31] La gabapentina o el ácido valproico son otros anticonvulsivos con menos capacidad de inducción enzimática.[31]
Efectos tóxicos tardíos
Los efectos tardíos relacionados con las terapias dirigidas al SNC son las neoplasias subsiguientes, los trastornos neuroendocrinos, la leucoencefalopatía y las alteraciones neurocognitivas.
Las neoplasias subsiguientes se observan sobre todo en sobrevivientes que recibieron radioterapia craneal. Los meningiomas son comunes y a menudo son de bajo potencial maligno, pero también se presentan lesiones de grado alto. En un estudio retrospectivo del SJCRH con más de 1290 pacientes de LLA que nunca recayeron, la incidencia acumulada a 30 años de una neoplasia subsiguiente en el SNC fue del 3 %; sin contar los meningiomas, la incidencia a 30 años fue del 1,17 %.[32] Casi todas estas neoplasias subsiguientes en el SNC se presentaron en pacientes previamente irradiados.
Las alteraciones neurocognitivas, que varían en gravedad y consecuencias funcionales, se han documentado en sobrevivientes a largo plazo de LLA tratados con radioterapia o sin esta. En general, los pacientes que reciben quimioterapia intratecal sin radioterapia craneal presentan secuelas neurocognitivas menos graves que los pacientes irradiados; el deterioro estriba en disminuciones relativamente moderadas en un número restringido de dominios del funcionamiento neuropsicológico.[33,34,35,36] En los pacientes que reciben radioterapia craneal, la frecuencia y gravedad de los efectos tóxicos dependen de la dosis; los pacientes tratados con 18 Gy de radioterapia craneal tienen un riesgo más bajo de alteraciones graves que los pacientes tratados con dosis de 24 Gy o más. En muchos estudios, se notificó que una edad más baja en el momento del diagnóstico y el sexo femenino se relacionan con un riesgo más alto de efectos neurocognitivos tardíos.[37]
En varios estudios también se evaluó el efecto de otros componentes del tratamiento en la presentación de alteraciones neurocognitivas tardías. No se observó ninguna diferencia de importancia clínica en una comparación de los resultados neurocognitivos de los pacientes tratados con metotrexato versus quimioterapia intratecal triple.[24][Nivel de evidencia: 3iiiC] Hay polémica sobre el supuesto riesgo más alto de alteraciones neurocognitivas en los pacientes que recibieron dexametasona.[38] En un estudio del SJCRH con sobrevivientes a largo plazo no irradiados, el tratamiento con dexametasona se relacionó con aumento del riesgo de alteraciones de la atención y el funcionamiento ejecutivo.[39] En pruebas neurocognitivas a largo plazo de 92 niños con antecedentes de LLA de riesgo estándar que recibieron dexametasona o prednisona, no se demostraron diferencias significativas en el funcionamiento cognitivo según la aleatorización al grupo de corticoesteroides.[40]
Evidencia (efectos tardíos neurocognitivos de la radiación craneal):
Evidencia (efectos tardíos neurocognitivos en pacientes no irradiados):
Referencias:
Leucemia linfoblástica aguda de células T
Tradicionalmente, los pacientes con leucemia linfoblástica aguda (LLA) de células T han tenido un pronóstico más precario que los niños con LLA-B. En una revisión de un número grande de pacientes tratados en ensayos del Children's Oncology Group (COG) durante un periodo de 15 años, se encontró que el inmunofenotipo de células T continúa siendo un factor de pronóstico adverso en el análisis multivariante.[1] Sin embargo, en los niños con LLA-T el uso de los regímenes de tratamiento vigentes produce desenlaces que se acercan a los desenlaces de los niños con LLA-B. Por ejemplo, el Dana-Farber Cancer Institute ALL Consortium notificó una tasa de supervivencia sin complicaciones (SSC) a 5 años del 81 % y una tasa de SG del 90 % en los pacientes con LLA-T que se trataron en 2 ensayos clínicos consecutivos entre 2005 y 2015.[2] Otro ejemplo es el ensayo del COG para LLA-T (AALL0434 [NCT00408005]) en el que la tasa de SSC a 5 años fue del 83,8 % y la tasa de SG fue del 89,5 %.[3]
Opciones de tratamiento de la leucemia linfoblástica aguda de células T
Las opciones de tratamiento de la LLA-T son las siguientes:
Evidencia (quimioterapia y radioterapia craneal profiláctica):
El uso de la radioterapia craneal profiláctica en el tratamiento de la LLA-T está en declive. Algunos grupos, como el St. Jude Children's Research Hospital (SJCRH) y el Dutch Childhood Oncology Group (DCOG), no usan radioterapia craneal durante el tratamiento de primera línea de la LLA; mientras que otros grupos, como el DFCI, el COG y el BFM, ahora limitan la radioterapia a los pacientes con características de riesgo muy alto o enfermedad SNC3.
Opciones de tratamiento en evaluación clínica para la leucemia linfoblástica aguda de células T
La información en inglés sobre los ensayos clínicos patrocinados por el Instituto Nacional del Cáncer (NCI) se encuentra en el portal de Internet del NCI. Para obtener información en inglés sobre ensayos clínicos patrocinados por otras organizaciones, consultar el portal de Internet ClinicalTrials.gov.
Ensayos clínicos en curso
Realizar una búsqueda avanzada en inglés de los ensayos clínicos sobre cáncer auspiciados por el NCI que ahora aceptan pacientes. La búsqueda se puede simplificar por ubicación del ensayo, tipo de tratamiento, nombre del fármaco y otros criterios. También se dispone de información general sobre los ensayos clínicos.
Lactantes con leucemia linfoblástica aguda
La leucemia linfoblástica aguda (LLA) es poco frecuente en los lactantes y representa cerca del 2 % al 4 % de los casos de LLA infantil.[18] Debido a sus características biológicas distintivas y el riesgo alto de recidivas leucémicas, los lactantes con LLA se tratan con protocolos diseñados de manera específica para esta población de pacientes. Los aspectos terapéuticos comunes de los regímenes quimioterapéuticos intensivos que se usan para los lactantes con LLA son la adición de ciclos de intensificación durante la posinducción con dosis altas de citarabina y metotrexato.[19,20,21,22]
El desenlace es especialmente precario cuando se establece el diagnóstico durante los primeros meses de vida del lactante. En un estudio, la tasa de SG a 2 años fue del 20 % cuando el diagnóstico se hizo durante el primer mes de vida.[23][Nivel de evidencia: 2A] En otro estudio, la tasa de SSC a 5 años para los lactantes que recibieron el diagnóstico durante los primeros 90 días de vida fue del 16 %.[21][Nivel de evidencia: 2A]
En los lactantes con reordenamientos del gen KMT2A (MLL), las tasas de SSC a los 4 y 5 años son de alrededor del 35 %.[19,20,21,24][Nivel de evidencia: 2A] Los factores pronósticos de un desenlace precario en los lactantes con reordenamientos de KMT2A son los siguientes:[20,21]; [25][Nivel de evidencia: 3iDii]; [26][Nivel de evidencia: 2A]
Los lactantes con LLA tienen tasas bastante más altas de recaída que los niños mayores y también exhiben un riesgo más alto de toxicidad del tratamiento, en especial, infecciones. Con los abordajes de tratamiento vigentes en esta población, se notifica una mortalidad relacionada con el tratamiento de alrededor del 10 % de los lactantes, una tasa mucho más alta que la de niños con LLA de más edad.[20,21] En el ensayo del COG AALL0631 (NCT00557193), un régimen de inducción intensificada produjo una tasa de mortalidad durante la inducción del 15,4 % (4 de 26 pacientes); después, el ensayo se modificó con una inducción menos intensiva y mejores directrices para la atención de apoyo, lo que condujo a una tasa de mortalidad durante la inducción significativamente inferior (1,6 %; 2 de 123 pacientes) y una tasa de remisión completa significativamente superior (RC) (94 % vs. 68 % con el régimen anterior de inducción más intensiva).[27]
Opciones de tratamiento para los lactantes con reordenamientos deKMT2A
Los lactantes con reordenamientos del gen KMT2A por lo general se tratan con regímenes quimioterapéuticos intensificados que incluyen fármacos que no se suelen usar en la terapia de primera línea para los niños con LLA de más edad. Sin embargo, a pesar de estos abordajes intensificados, las tasas de SSC se mantienen precarias en estos pacientes.
Evidencia (regímenes quimioterapéuticos intensificados para los lactantes con reordenamientos de KMT2A):
La función del TCMH alogénico durante la primera remisión en los lactantes con reordenamientos del gen KMT2A continúa siendo polémica.
Evidencia (TCMH alogénico durante la primera remisión en lactantes con reordenamientos de KMT2A):
En los lactantes con LLA sometidos a trasplante después de la primera RC, los desenlaces son semejantes a los que se obtienen con los regímenes basados en irradiación corporal total (ICT) o sin esta.[30,32]
Opciones de tratamiento para los lactantes sin reordenamientos deKMT2A
El tratamiento óptimo para los lactantes sin reordenamientos de KMT2A tampoco está claro, en parte debido a la escasez de datos sobre el uso de los regímenes de LLA estándar que se emplean en niños de más edad.
Opciones de tratamiento en evaluación clínica para los lactantes con leucemia linfoblástica aguda
La información en inglés sobre los ensayos clínicos patrocinados por el Instituto Nacional del Cáncer (NCI) se encuentra en el portal de Internet del NCI. Para obtener información en inglés sobre ensayos clínicos patrocinados por otras organizaciones, consultar el portal de Internet ClinicalTrials.gov.
A continuación, se presenta un ejemplo de ensayo clínico nacional o institucional en curso:
Adolescentes y adultos jóvenes con leucemia linfoblástica aguda
Desde hace décadas los adolescentes y adultos jóvenes con leucemia linfoblástica aguda (LLA) se han considerado de riesgo alto. Los resultados en casi todos los estudios de tratamiento son inferiores en este grupo etario en comparación con los niños menores de 10 años.[33,34,35] Esta diferencia se debe a que en estos pacientes son más frecuentes los factores de pronóstico adverso en el momento del diagnóstico, como los siguientes:
Además de los factores pronósticos adversos más frecuentes, los pacientes de este grupo etario tienen tasas más altas de mortalidad relacionada con el tratamiento [34,