La historia de Ravi
Ravi, 34 años
Ravi lucha contra la depresión por su dolor de espalda.
"Empecé a sentirme triste y enfadado muchas veces. No quería hacer nada. Me dolía más la espalda. Me costaba concentrarme en mi trabajo. Mi vida empezó a parecerme cada vez más pequeña".
Ravi pensaba que estaba sobrellevando bien su dolor de espalda. Se había acostumbrado a tener dolor la mayoría de los días desde que se la lesionó en la universidad jugando al rugby. Pensó que cierto grado de dolor siempre formaría parte de su vida.
Pero durante un par de meses, Ravi dejó de salir con sus amigos después del trabajo. No daba paseos en bicicleta con su hijo como solía hacer. Se enfadaba con su esposa como nunca antes lo había hecho.
"Empecé a sentirme triste y enfadado muchas veces", recuerda Ravi. "No quería hacer nada. Me dolía más la espalda. Me costaba concentrarme en mi trabajo. Mi vida empezó a parecerme cada vez más pequeña".
Ravi había caído en la depresión.
La relación entre la depresión y el dolor de espalda
"Mi esposa me suplicó que fuera al médico, porque veía todos estos cambios en mi personalidad", dice Ravi. "Cuando el médico me dijo que estaba deprimido, lo vi como un defecto de mi carácter. Y no quise tomar ningún medicamento. Pensé que era algo que tan solo podía superar, como había superado el dolor de espalda durante los últimos 10 años".
El médico de Ravi le convenció para que tomara un antidepresivo. "Me dijo que el medicamento podía tardar un mes o más en hacer efecto. Me sugirió que, mientras tanto, acudiera a un psicólogo para hablar de cómo me sentía. Eso me entusiasmó aún menos que el medicamento", dice Ravi riendo.
Pero el psicólogo le ayudó a ver la relación entre su dolor de espalda y la depresión. "Me dijo que vivir con dolor todo el tiempo puede agotarte y deprimirte. Y la depresión puede empeorar el dolor. Eso es cierto en mi caso. Cuanto más deprimido estoy, peor siento la espalda".
El psicólogo hizo una grabación de imágenes guiadas que Ravi podía utilizar para ayudarle a relajarse cuando se sintiera molesto o ansioso. Ravi se dio cuenta de que cuando se enfadaba, se le tensaban los músculos y aumentaba el dolor.
El psicólogo también le enseñó una sencilla técnica de respiración que puede utilizar en cualquier lugar. Hace esto 5 veces:
- Inspira, y luego espira y se dice a sí mismo: "Suéltalo".
- Inspira y luego espira y se dice a sí mismo: "Vive el presente".
Ravi también encontró consuelo en la oración y en su fe.
"Finalmente todo encajó: el asesoramiento psicológico y los medicamentos. Empecé a sentirme mejor en pequeños aspectos. Apagué la televisión y empecé a dar paseos en bicicleta con mi hijo. Daba paseos con mi esposa. El ejercicio mejoró mi espalda y mi estado de ánimo".
"Lo importante es dar a los medicamentos y al asesoramiento la oportunidad de hacer efecto. Y no se rinda. Las cosas mejorarán".
Esta historia se basa en la información recopilada de muchas personas que se enfrentan a este problema de salud.