Generalidades del tema
¿Qué son las rabietas?
Si usted tiene un hijo pequeño, probablemente sepa lo que son las rabietas. Los especialistas las definen como demostraciones repentinas y no planeadas de ira u otras emociones. Durante una rabieta, los niños a menudo gimen, lloran o gritan. Es posible que también muevan los brazos y las piernas de manera descontrolada o que retengan la respiración.
Cualquier persona puede tener rabietas. Pero son más frecuentes en niños de 1 a 4 años de edad.
Lidiar con las rabietas puede ser desagradable o incómodo. Pero recuerde, las rabietas son más intensas al comienzo, y suelen durar solamente 2 minutos o menos. Y la mayoría de los niños dejan de tener rabietas para los 4 o 5 años, cuando aprenden maneras saludables de controlar emociones fuertes.
¿Por qué tienen rabietas los niños?
Una rabieta es una respuesta normal cuando algo impide a un niño pequeño obtener independencia o adquirir una habilidad. Es posible que el niño aún no tenga las habilidades para expresar emociones fuertes de otras maneras. Por ejemplo, una rabieta puede ocurrir cuando un niño se frustra porque no puede abotonarse una camisa. O un niño podría enojarse cuando le dicen que es la hora de acostarse pero quiere quedarse levantado.
Los niños tienen más probabilidades de tener rabietas cuando están asustados, muy fatigados o incómodos.
Como padre, el comportamiento que usted tenga también importa. Es más probable que su hijo tenga rabietas si usted reacciona con demasiada fuerza a la mala conducta o cede a las demandas de su hijo.
¿Cómo puede manejar las rabietas?
Si usted siente que una rabieta es inminente, tal vez pueda detenerla.
- Distraiga a su hijo. Por ejemplo, si a su hijo no le gusta irse a la cama, hable de algo divertido que vaya a pasar al día siguiente.
- Aliente a su hijo a tomar un descanso de una actividad frustrante. O haga que su hijo se concentre en algo que ya sepa hacer.
- Saque a su hijo de una situación que probablemente cause rabietas. Ciertas situaciones como grandes cenas familiares o las luces y el ruido de una feria pueden ser demasiado intensas para un niño.
Después de que comienza una rabieta, ignorarla puede ser lo mejor. Pruebe lo siguiente:
- Apártese. Pero quédese donde el niño pueda verlo, especialmente si su hijo es muy pequeño.
- Siga haciendo lo que estaba haciendo. Usted puede observar sin concentrar toda su atención en su hijo.
- No le hable al niño, si es posible. Si le habla, use un tono de voz neutro.
Al final de una rabieta:
- Elogie a su hijo por calmarse.
- Reconozca los sentimientos de su hijo. Podría decirle algo como: "Sé que estabas enojado porque no podías atarte los cordones".
- Consuele a su hijo sin ceder a sus demandas.
- Nunca castigue ni se ría de un niño que tenga una rabieta. No use palabras como "niña mala" o "niño malo" para describir a su hijo.
- Enséñele otras maneras de manejar la ira y la frustración. Por ejemplo, aliente a su hijo a usar palabras para expresar sus sentimientos. O prepare un lugar seguro en su hogar donde su hijo pueda ir a calmarse.
- Dé un buen ejemplo. Los niños aprenden observando a sus padres, de modo que deje que su hijo vea que usted puede controlar sus propias emociones fuertes con calma.
Si su hijo tiene muchas rabietas, el "tiempo de descanso" podría ser una opción. El "tiempo de descanso" funciona mejor cuando los niños entienden por qué se está utilizando. Esto suele ocurrir alrededor de los 2 o 3 años de edad.
Para un tiempo de descanso, envíe o ponga a su hijo en algún lugar seguro, como una silla en un vestíbulo, por unos minutos. Esto le da a su hijo tiempo de calmarse. También le enseña a su hijo que tener una rabieta no es un comportamiento aceptable.
¿Pueden prevenirse las rabietas?
Tal vez pueda prevenir algunas rabietas o al menos reducir la frecuencia con la que suceden.
- Mantenga horarios regulares de comidas y suficientes horas de sueño. Tener una rutina puede ayudar a su hijo a sentir que tiene control y a mantener una actitud positiva.
- Deje que su hijo haga elecciones simples. Por ejemplo, pregúntele: "¿Te gustaría usar la camisa azul o la verde?" Poder tomar decisiones puede ayudar a reducir la frustración y a desarrollar la confianza en sí mismo.
- Fije límites firmes y justos de comportamiento. Diga "no" cuando quiera decir "no". No cambie de opinión y ceda a los deseos de su hijo. Esto confunde a los niños. Les enseña que "no" a veces significa "sí".
- Ponga los objetos de valor o que pueden romperse fuera del alcance de su hijo. Usted tendrá que decir "no" a su hijo con menos frecuencia.
- Sepa qué esperar de su hijo según su edad y sus habilidades. Los niños tienen más probabilidades de frustrarse si sus padres esperan demasiado de ellos o los corrigen demasiado.
- Elogie a su hijo por su buen comportamiento y por hacer cosas que usted esperaría de un niño de esa edad.
¿Debería ver a un médico por las rabietas de su hijo?
Los niños que todavía tienen rabietas después de la edad de 4 años podrían precisar ayuda para aprender a manejar sus emociones. Las rabietas que continúan o que comienzan durante los años escolares pueden ser una señal de problemas de aprendizaje o de otros asuntos para los que el niño podría necesitar ayuda.
Algunos niños tienen rabietas que duran más tiempo y que son más intensas de lo normal. Pueden destrozar cosas o lastimarse a sí mismos o herir a otras personas. Esta conducta violenta podría ser una señal de un problema más grave.
Hable con un médico si:
- Le preocupan las rabietas de su hijo.
- Su hijo es mayor de 4 años y todavía tiene rabietas a menudo.
- Su hijo se vuelve violento o rompe cosas durante las rabietas.
- Tiene problemas para manejar la conducta de su hijo, especialmente si piensa que podría herir a su hijo.
Podría ser útil llevar un registro de la conducta de su hijo por unos días antes de la visita de su médico. Esto ayudará al médico a evaluar el comportamiento de su hijo y a decidir si se necesitan pruebas.