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Esta información es producida y suministrada por el Instituto Nacional del Cáncer (NCI, por sus siglas en inglés). La información en este tema puede haber cambiado desde que se escribió. Para la información más actual, comuníquese con el Instituto Nacional del Cáncer a través del Internet en la página web http://cancer.gov o llame al 1-800-4-CANCER.
En 2024, se calcula que, en los Estados Unidos, 2 001 140 personas recibirán un diagnóstico de cáncer y 611 720 personas morirán por esta enfermedad.[
Referencias:
La prevención se define como la disminución de la mortalidad por cáncer mediante la reducción de la incidencia de esta enfermedad. Esto se puede lograr evitando un carcinógeno o alterando su metabolismo; manteniendo un estilo de vida o prácticas alimentarias que modifican los factores carcinogénicos o las predisposiciones genéticas; poniendo en práctica intervenciones clínicas (por ejemplo, quimioprevención) o procedimientos quirúrgicos para reducir el riesgo, o estrategias de detección temprana que llevan a extirpar lesiones precancerosas, como la colonoscopia para pólipos colorrectales.
Los resúmenes del PDQ sobre prevención del cáncer se organizan principalmente por sitio anatómico específico del cáncer para facilitar la consideración de las características únicas de neoplasias malignas típicas. En esta sección, se ofrece un panorama de las estrategias de prevención del cáncer, con un resumen de la evidencia de las estrategias seleccionadas utilizadas para prevenir una amplia gama de neoplasias malignas. Sin embargo, la solidez de la evidencia y la magnitud de los efectos de estas estrategias varían según la localización del cáncer. En otros resúmenes del PDQ sobre prevención del cáncer, se aborda la prevención de tipos específicos de cáncer y se describe la evidencia con más detalle.
Hay muchas creencias o especulaciones comunes sobre las causas del cáncer. No obstante, las supuestas causas del cáncer para las que se cuenta con poca evidencia científica probatoria, favorable o desfavorable, no se consideran en estos resúmenes. Por lo tanto, la ausencia de un factor ambiental, alimentario o de estilo de vida en estos resúmenes significa que la evidencia es insuficiente para su consideración detallada y no necesariamente una ausencia de efecto. Muchos de estos factores merecen que se investigue sus efectos en el cáncer pero, si se carece de investigación, no ha sido publicado o el Consejo Editorial juzga que no hay suficiente investigación o que la calidad de la investigación es deficiente, dichos factores no se abordan en estos resúmenes.
La carcinogenia se refiere a una vía etiológica subyacente que conduce al cáncer. Se propusieron varios modelos de carcinogenia. Knudson propuso un modelo de "dos golpes" en el que es necesaria una mutación en ambas copias de un gen para que se produzca un cáncer. La expansión de este concepto condujo a otros modelos de carcinogenia muy citados, como el de Vogelstein y Kinzler, [
El modelo de Hanahan y Weinberg se centra en las alteraciones distintivas a nivel celular que conducen a un tumor maligno. En este modelo, las alteraciones distintivas del cáncer incluyen angiogénesis sostenida, potencial ilimitado de replicación, evitación de apoptosis, autosuficiencia en las señales de crecimiento e insensibilidad a las señales de anticrecimiento; estas en conjunto, constituyen las características definitorias de tumores malignos que les otorga la capacidad de invasión y metástasis. En este modelo se destaca el hecho de que los tumores malignos surgen y prosperan dentro del ambiente de un organismo completo. La teoría del campo de organización de los tejidos [
Los modelos de carcinogenia como estos son intencionalmente simplistas pero, aun así, explican que la carcinogenia necesita una constelación de etapas que a menudo tienen lugar durante décadas.
La complejidad de la carcinogenia se magnifica cuando se considera que se esperaría que los detalles específicos de la vía carcinogénica descrita en estos modelos tuvieran características únicas para cada sitio anatómico. Bajo estas circunstancias, los factores de riesgo y las características clínicas de las neoplasias malignas exhiben una variación considerable por sitio anatómico y por diferentes tipos de tumores en el mismo sitio anatómico. Por estas razones, el cáncer en los seres humanos no es realmente una enfermedad única sino una familia de enfermedades diferentes.
Referencias:
La promesa de la prevención del cáncer se deriva de estudios epidemiológicos de observación en los que se muestran relaciones entre factores de estilos de vida o exposiciones ambientales modificables y cánceres específicos. La expectativa es que, si un factor de riesgo realmente causa cáncer, también debería darse el caso que al modificar el estilo de vida (es decir, cambiar el perfil de riesgo de desfavorable a favorable) se redujera el riesgo de cáncer, al menos de manera parcial. Esta expectativa solo se cumple si la asociación se debe a una relación causal (e idealmente, reversible). Debido a que los estudios de observación pocas veces proporcionan evidencia concluyente de tales relaciones, se necesita evidencia adicional.[
Factores de riesgo relacionados de manera causal con el cáncer
Hábito de fumar cigarrillos o consumo de tabaco
Décadas de investigación establecieron un vínculo fuerte entre el consumo de tabaco y los cánceres en muchos sitios. En particular, se determinó que el hábito de fumar cigarrillos causa una variedad de cánceres, como cáncer de pulmón, cavidad oral, esófago, vejiga, riñón, páncreas, estómago y cuello uterino, así como leucemia mielógena aguda. El conjunto de evidencia epidemiológica que confirma estas relaciones es sustancial. Sustentan aún más esta relación las tasas de mortalidad por cáncer de pulmón en los Estados Unidos, reflejadas en los patrones de consumo de tabaco, con aumentos del consumo de tabaco seguidos por aumentos drásticos en las tasas de mortalidad por cáncer de pulmón y, más recientemente, disminuciones del consumo de tabaco seguidas por reducciones en las tasas de mortalidad por cáncer de pulmón en los varones. Como exposición única que es relativamente fácil de medir con precisión, este conjunto importante de evidencia condujo a estimar que el consumo de cigarrillos provoca el 30 % de todas las muertes por cáncer en los Estados Unidos. Evitar el consumo de tabaco y abandonarlo reduce la incidencia y la mortalidad por cáncer.[
Infecciones
En el ámbito mundial, se calculó que los microorganismos infecciosos causan alrededor de 13 % de todos los casos de cáncer.[
Radiación
La radiación es energía en forma de partículas u ondas electromagnéticas de alta velocidad. La exposición a la radiación, en particular la radiación ultravioleta (UV) y la radiación ionizante, es una causa bien establecida de cáncer. La exposición a la radiación solar UV es la causa principal de los cánceres de piel no melanoma que son, con mucha ventaja, las neoplasias malignas más comunes en los seres humanos.[
La radiación ionizante tiene suficiente energía como para eliminar electrones fuertemente ligados a sus órbitas, lo que lleva a que los átomos se carguen o ionicen. Los iones formados en las moléculas de las células vivas reaccionan y, en ocasiones, dañan otras moléculas de la célula. Cuando reciben dosis bajas (por ejemplo, de radiación natural), las células reparan el daño con rapidez. Cuando reciben dosis moderadas, a veces las células sufren un cambio permanente o se destruyen por su incapacidad para reparar el daño. Las células con cambios permanentes, al multiplicarse, a veces dan lugar a células anómalas y, en algunas circunstancias, estas células modificadas se vuelven cancerosas o conducen a otras anomalías (por ejemplo, defectos congénitos). Los defectos en la capacidad de reparar el daño de la radiación ionizante, en ocasiones repercuten en el efecto que tiene la exposición a la radiación sobre el riesgo de cáncer.
Hay mucha evidencia epidemiológica y biológica que permite vincular la exposición a la radiación ionizante con la formación de cáncer y, en particular, cáncer que compromete el sistema hematológico, las mamas, los pulmones y la tiroides. En el informe Biologic Effects of Ionizing Radiation VII del National Research Council of the National Academies' Committee to Assess the Health Risks from Exposure to Low Levels of Ionizing Radiation,[
Las principales fuentes de exposición de la población a la radiación ionizante incluyen la radiación médica (radiografías, tomografía computarizada [TC], fluoroscopia y medicina nuclear) y el gas radón presente de manera natural en los sótanos de los hogares. Tanto la limitación de las TC y otros estudios diagnósticos innecesarios como la reducción de las dosis de exposición a la radiación son estrategias de prevención importantes.[
La exposición a la radiación ionizante ha aumentado durante las dos últimas décadas como resultado del notable aumento del uso de la TC: la exposición a la radiación ionizante relacionada con la TC se encuentra en el intervalo en el que se demostró carcinogenia.[
Un abordaje para estimar la posible contribución de la exposición a la radiación ionizante de las pruebas médicas por imágenes es la formulación de modelos estadísticos basados en la estimación del riesgo de cáncer relacionado con las diferentes dosis. Por ejemplo, un cálculo de las TC realizadas en los Estados Unidos en 2007 predijo que se presentarían 29 000 (95 % de límite de incertidumbre de 15 000–45 000) cánceres en el futuro. Un tercio de los cánceres proyectados fueron causados por TC realizadas a personas de 35 a 54 años. Este cálculo se derivó de modelos de riesgo basados en las dosis de radiación dirigidas a órganos específicos obtenidas de encuestas nacionales, en la frecuencia de TC de 2007 por edad y sexo obtenida de datos de encuestas y de reclamos de seguros, y en el informe Biological Effects of Ionizing Radiation del National Research Council of the National Academies.[
Están surgiendo datos de estudios lo suficientemente grandes como para calcular directamente el riesgo de cáncer relacionado con las imágenes diagnósticas con radiación ionizante. Por ejemplo, en una cohorte de 10,9 millones de australianos, se utilizaron historias clínicas electrónicas para documentar las TC diagnósticas en jóvenes que se sometieron a estas TC cuando tenían entre 0 y 19 años. Esta cohorte luego se ligó al National Death Index y la Australian Cancer Database.[
El diagnóstico por imágenes en la niñez y la adolescencia también se relaciona con un riesgo elevado de presentar una amplia gama de neoplasias malignas sólidas y hematológicas a una edad temprana. En una cohorte poblacional surcoreana de más de 12 millones de niños y adolescentes de 0 a 19 años, el cociente de tasas de incidencia de cáncer en 10,6 % de los que se expusieron a radiación diagnóstica fue de 1,64 después de un período de latencia de 2 años desde la exposición (IC 95 %, 1,56–1,73; P < 0,001), en comparación con aquellos que no se expusieron.[
Inmunodepresión después del trasplante de órganos
Los medicamentos que se usan para inhibir el sistema inmunitario, por ejemplo en pacientes sometidos a un trasplante de órganos, se relacionan con un aumento del riesgo de cáncer.[
Factores de riesgo o protección con relaciones inciertas con el cáncer
Alimentación
Los cálculos de la posible contribución de la alimentación a la carga de cáncer en la población varían mucho.[
Los ejemplos en los que el tipo de diseño de estudio generó resultados muy diferentes ilustran aún más las complejidades de la relación entre los alimentos, la ingesta de nutrientes y el riesgo de cáncer en los seres humanos. En estudios epidemiológicos observacionales (estudios de casos y controles, y de cohortes) que utilizaron las evaluaciones alimentarias facilitadas por los pacientes, que son propensas a importantes errores de medición, se indicaron relaciones entre el régimen alimentario y el cáncer, pero los ensayos aleatorizados de intervenciones suministraron escaso o ningún respaldo. Por ejemplo, sobre la base de datos epidemiológicos poblacionales, se recomendaron regímenes alimentarios con alto contenido de fibras para prevenir neoplasias de colon. Sin embargo, en una revisión sistemática de la base de datos Cochrane de 2017 de los ECA sobre fibra suplementaria, se encontró una ausencia de evidencia que indicara que el aumento del consumo de fibra alimentaria reduce la recidiva de pólipos adenomatosos en pacientes con antecedentes de pólipos adenomatosos en un período de 2 a 8 años.[
Las relaciones notificadas en análisis epidemiológicos observacionales sobre la base de evaluaciones autonotificadas por los pacientes se deben evaluar en el contexto de las limitaciones que se describen en el párrafo anterior. Por otro lado, es poco probable que los ECA de relativamente corto plazo proporcionen evidencia más firme de las relaciones causales; en particular, sobre si los hábitos alimentarios de toda la vida o la ingesta alimentaria durante una etapa específica de la vida son importantes para inducir o prevenir el cáncer.
Consumo de bebidas alcohólicas
Con respecto a los factores alimentarios que pueden aumentar el riesgo de cáncer, la evidencia más sólida en el informe del World Cancer Research Fund and American Institute for Cancer Research (WCRF/AICR) apuntó al consumo de bebidas alcohólicas. Se consideró que esta evidencia era "convincente" y que el consumo de bebidas alcohólicas aumentaba el riesgo de cánceres de cavidad oral, esófago, mama y del cáncer colorrectal (este último, en hombres). Además, de acuerdo con dicha evidencia, se consideró "probable" que el consumo de bebidas alcohólicas aumente el riesgo de cáncer de hígado y cáncer colorrectal (este último, en mujeres).
En relación con el cáncer en el ser humano, la alimentación refleja la suma total de una mezcla compleja de exposiciones, según se demostró con los ejemplos de ingesta de frutas y verduras, y el consumo de bebidas alcohólicas. Ningún factor alimentario parece ser importante de forma uniforme para todas las formas de cáncer. Para obtener más información, consultar los siguientes resúmenes del PDQ:
Actividad física
Un conjunto creciente de evidencia epidemiológica indica que las personas que realizan más actividad física tienen menor riesgo de ciertas neoplasias malignas que aquellas que son más sedentarias. A partir de esta evidencia, se consideró que era "probable" que la actividad física se relacionara con menor riesgo de cáncer de mama y cáncer de endometrio en la posmenopausia. Al igual que con los factores alimentarios descritos más arriba, la actividad física parece desempeñar un papel más prominente en determinadas neoplasias malignas. Las relaciones inversas observadas en determinadas neoplasias malignas la convierten en un área prometedora para la investigación de la prevención del cáncer, sobre todo porque no se han establecido relaciones causales. El riesgo excesivo de muchos cánceres que se observa con la obesidad, en combinación con evidencia que indica que la actividad física está inversamente relacionada con al menos algunos cánceres, plantea la hipótesis de que el equilibrio energético quizás afecte el riesgo de cáncer. Para obtener más información, consultar Prevención del cáncer de seno (mama), Prevención del cáncer colorrectal y Prevención del cáncer de endometrio.
Obesidad
La obesidad se reconoce cada vez más como un factor importante de riesgo de cáncer. En el informe del WCRF/AICR, se concluyó que la obesidad se vincula de manera convincente con el cáncer de mama posmenopáusico y los cánceres de esófago, páncreas, endometrio, riñón y también con el cáncer colorrectal. Más aún, en el informe del WCRF/AICR se consideró que la grasa corporal es un factor de riesgo probable para el cáncer de vesícula biliar, y que la evidencia es "indicativa pero limitada " para el cáncer de hígado. Estas conclusiones obtenidas de la revisión de la evidencia de WCRF/AICR se corroboraron en un estudio de cohortes a partir de los datos de historias clínicas de 5,24 millones de adultos del Reino Unido.[
En un análisis reciente [
Diabetes
En los estudios de observación se indica que la incidencia y la mortalidad por todos los tipos de cáncer aumenta un poco (10–15 %) en las personas con diabetes, aunque el aumento es mayor en ciertos órganos y nulo en otros.[
Se ha planteado la hipótesis de que al menos 4 de las siguientes características de la diabetes aumentan el riesgo de cáncer:
La diabetes y el cáncer comparten una serie de factores de riesgo como la edad avanzada, la obesidad, el hábito de fumar, la alimentación que no es saludable y la inactividad física.[
En estudios prospectivos de observación, el riesgo y la muerte debidos a cánceres de hígado, páncreas, colon o cáncer colorrectal, y cáncer de mama femenino son, de modo sistemático, más altos en las personas con diabetes. También se observaron aumentos del riesgo de cánceres de endometrio, ovario, vejiga y cavidad oral o faringe, así como del número de muertes por estos cánceres. En una cohorte prospectiva con seguimiento a largo plazo de más de un millón de adultos en los Estados Unidos [
En estudios de observación, se relacionó el uso de metformina con una disminución de la incidencia y la mortalidad por cáncer de mama y, en la actualidad, se encuentra en estudio en ensayos clínicos. Se formuló la hipótesis de que la metformina reduce el riesgo al inhibir la división y la proliferación de células tumorales a través de la activación de la cinasa adenosina–monofosfatasa (AMP). Aunque se ha postulado que el uso de medicamentos que afectan las señales del receptor de la incretina aumenta la incidencia del cáncer de páncreas, por el momento no hay datos de estudios con animales ni datos clínicos (que son limitados) que sustenten esta aseveración.[
Efecto de los exámenes de detección en las mediciones del riesgo
Muchos de los estudios pioneros de observación sobre las características etiológicas del cáncer datan de épocas anteriores al uso generalizado de los exámenes de detección. En vista de la amplia adopción de los exámenes de detección para ciertos tipos de cáncer en el último cuarto de siglo, en los estudios etiológicos de observación que se han llevado a cabo recientemente se incluyen participantes cuya enfermedad se detectó mediante exámenes de detección. Cuando existe un sobrediagnóstico por exámenes de detección y se establece una correlación entre la conducta vinculada con los exámenes de detección o la disposición de buscar la evaluación diagnóstica y los factores de riesgo del cáncer, es posible que las medidas de riesgo relativo que resultan de los estudios etiológicos vigentes no concuerden con los estudios anteriores al uso generalizado de los exámenes de detección. Esto se debe a que no habría casos de sobrediagnóstico sin los exámenes de detección. Por ejemplo, supongamos que los ojos azules (en vez de los ojos castaños) se relacionasen con la prueba de detección del antígeno prostático específico (PSA) o con una preferencia por la biopsia diagnóstica, pero no con el cáncer de próstata. Si se hicieran exámenes de detección, se obtendría un resultado nulo para la relación entre los ojos azules y el cáncer de próstata. Pero con los exámenes de detección, se encontraría una relación entre los ojos azules y el cáncer de próstata, ya que las personas con ojos azules tenderían a someterse a exámenes de detección, y la detección produciría casos de sobrediagnóstico.[
Referencias:
Quimioprevención
La quimioprevención hace referencia al uso de compuestos naturales o sintéticos para interferir con los primeros estadios de la carcinogenia antes de que aparezca el cáncer invasivo.[
El uso diario de moduladores selectivos de los receptores de estrógeno (tamoxifeno y raloxifeno) durante un máximo de 5 años reduce un 50 % la incidencia del cáncer de mama en las mujeres con riesgo alto.[
La finasterida (un inhibidor de la enzima alfa–reductasa) disminuye la incidencia del cáncer de próstata.[
Los inhibidores de la COX-2 actúan sobre las enzimas ciclooxigenasas que intervienen en la síntesis de las prostaglandinas proinflamatorias. Hay evidencia que indica que los inhibidores de la COX-2 previenen el cáncer de colon y de mama, pero las preocupaciones sobre el riesgo cardiovascular impiden su estudio extenso. En un ensayo controlado aleatorizado de celecoxib en dosis moderadamente altas administradas a pacientes con artritis, no se observaron diferencias en los desenlaces cardiovasculares en comparación con el uso de antiinflamatorios no esteroideos (AINE).[
Cirugía bariátrica
La cirugía bariátrica es en la actualidad el método más eficaz para conseguir perder peso a largo plazo y, de paso, mejorar o prevenir de manera drástica la diabetes mellitus y la hipertensión, incluso en personas con obesidad grave anterior.[
Referencias:
Aspirina
La aspirina se ha estudiado ampliamente como fármaco de quimioprevención. Sin embargo, la evidencia del beneficio para la prevención del cáncer o las muertes por cáncer en la población general son contradictorios, pero en general, desfavorables. En un análisis secundario de datos combinados obtenidos de 7 ensayos controlados con placebo aleatorizados (ECA) con episodios vasculares como criterios primarios de valoración, se demostró que la administración diaria de aspirina durante por lo menos 4 años redujo la mortalidad general por cáncer en 18 % (oportunidad relativa, 0,82; IC 95 %, 0,70–0,95).[
La incidencia de cáncer fue un criterio de valoración secundario evaluado de manera prospectiva, aunque con poca potencia, en los componentes de aspirina en un ensayo controlado con placebo y de diseño factorial de 2 × 2 en el que se usó una policápsula (con simvastatina, atenolol, hidroclorotiazida y ramipril) y aspirina (75 mg/día).[
Debido a que la aspirina a veces reduce las muertes por enfermedad cardiovascular (responsable de más muertes que el cáncer), el consumo de aspirina se debe considerar en un contexto de prevención más amplio, fuera del cáncer. Del mismo modo, los graves daños causados por una hemorragia (digestiva o intracraneal) se deben considerar teniendo en cuenta los riesgos de daños específicos en cada paciente. Para obtener más información, consultar Prevención del cáncer colorrectal.
Uso de suplementos vitamínicos y alimentarios
En ocasiones se ha recomendado el consumo de suplementos vitamínicos y minerales para prevenir el cáncer. Se invocaron muchas vías mecanicistas diferentes para los efectos anticancerosos. Una hipótesis que se estudia a menudo indica que las vitaminas antioxidantes protegen contra el cáncer, a partir de la premisa de que el daño oxidativo al DNA conduce a la progresión del cáncer. En consecuencia, prevenir el daño oxidativo del DNA prevendría la progresión del cáncer. Sin embargo, la evidencia es insuficiente para sustentar el consumo de suplementos multivitamínicos y de minerales, o el consumo de vitaminas o minerales solos para prevenir el cáncer.[
Se documentaron otros efectos adversos imprevistos por el consumo de suplementos alimentarios. En un metanálisis de 11 ensayos aleatorizados, con enmascaramiento doble, controlados con placebo, en los que se compararon dosis de calcio mayores o iguales a 500 mg/día versus un placebo, se documentó que los suplementos de calcio se relacionaron con un riesgo significativamente elevado de infarto de miocardio (RR, 1,27; IC 95 %, 1,01–1,59).[
La investigación de las posibles propiedades anticancerígenas de los suplementos vitamínicos y minerales está en curso y los resultados continúan reforzando la falta de eficacia de los suplementos vitamínicos para prevenir el cáncer. En los resultados de un extenso seguimiento del Selenium and Vitamin E Cancer Prevention Trial (SELECT) se observó un exceso de riesgo estadísticamente significativo de cáncer de próstata relacionado con la suplementación con vitamina E (400 UI/día de acetato de holo-rac -α-tocoferol) en comparación con un placebo (CRI, 1,17; IC 99 %, 1,0004–1,36; P = 0,008). El aumento absoluto del riesgo de cáncer de próstata con el uso de vitamina E fue de 1,6 por 1000 años-persona. El selenio no redujo el riesgo de cáncer de próstata (CRI, 1,09; IC 99 %, 0,93–1,27).[
Los resultados del Physicians' Health Study (PHS) II demostraron que la suplementación con vitamina E o vitamina C no tuvo beneficio, en comparación con un placebo, para prevenir la incidencia de cáncer de próstata o la incidencia total de cáncer.[
Los resultados del Women's Antioxidant Cardiovascular Study indicaron que, en comparación con el placebo, la suplementación con vitamina C, vitamina E o betacaroteno fue ineficaz para reducir la incidencia total de cáncer.[
La vitamina D también generó interés como una posible sustancia anticancerosa. Las fuentes de vitamina D incluyen la síntesis cutánea por exposición a la luz solar, la ingesta alimentaria y los suplementos. La evidencia de la eficacia de los suplementos de vitamina D, con calcio o sin este para prevenir la incidencia de cáncer están disponibles como un criterio secundario de valoración de ECA; además, hay un resumen de los resultados de 3 ensayos que aportan evidencia de la ausencia de eficacia.[
En ninguno de los ECA antes mencionados se estudiaron los suplementos multivitamínicos tal como la población estadounidense los consume en general; sin embargo, en un grupo separado del PHS II se estudió este aspecto en particular. En el PHS II, se asignó al azar a 14 641 médicos hombres a recibir un suplemento multivitamínico diario o un placebo durante una mediana de 11 años.[
Referencias:
La relación entre los contaminantes ambientales y el riesgo de cáncer ha sido un tema de interés durante mucho tiempo para los investigadores y el público. Cuando se calculó la sobrecarga posible de casos de cáncer para diferentes clases de exposición, los factores descritos antes, como el hábito de fumar cigarrillos y las infecciones, representaron proporciones mucho más altas de la carga de cáncer que los contaminantes ambientales. No obstante, se establecieron algunas relaciones claras entre los contaminantes ambientales y el cáncer. Quizás, dado que los pulmones están más expuestos a los contaminantes atmosféricos, muchos de los ejemplos de contaminantes y cáncer establecidos de manera más firme se relacionan específicamente con el cáncer de pulmón, incluso la exposición pasiva al humo de tabaco, el radón en ambientes cerrados y la contaminación atmosférica, así como el asbesto en el caso del mesotelioma. Otro contaminante ambiental vinculado con el cáncer es el arsénico inorgánico en concentraciones altas en el agua potable, que se relaciona de manera causal con cánceres de piel, vejiga y pulmón. Se evaluó el riesgo de provocar cáncer en el ser humano de muchos otros contaminantes ambientales, como los plaguicidas, pero los resultados fueron indeterminados. En estos estudios se deben resolver cuestiones metodológicas difíciles, como la medición precisa de las exposiciones durante períodos prolongados, que suelen dificultar el establecimiento claro de una relación entre un contaminante ambiental y el cáncer.
La lista de temas considerados más arriba no es exhaustiva. Otros factores relacionados con el estilo de vida y el medio ambiente con efectos conocidos sobre el riesgo de cáncer (de manera beneficiosa o perjudicial) son ciertas prácticas sexuales y reproductivas, el uso de estrógenos exógenos, y ciertas exposiciones ocupacionales y químicas.
En este resumen, se seleccionaron factores que parecen influir en el riesgo de varios tipos de cáncer y que se identificaron como posiblemente modificables. Estos factores de riesgo incluyen el hábito de fumar, que se vinculó de manera concluyente con una gama amplia de neoplasias malignas. Se demostró que evitar el consumo de cigarrillos reduce la incidencia de cáncer. Otros factores de riesgo de cáncer posiblemente modificables incluyen el consumo de bebidas alcohólicas y la obesidad, así como la actividad física, que se relaciona inversamente con el riesgo de ciertos cánceres. Se necesita más investigación para determinar si estas relaciones son causales y si evitar los comportamientos de riesgo o aumentar los comportamientos protectores reduciría en realidad la incidencia del cáncer.
Los resúmenes del PDQ con información sobre el cáncer se revisan con regularidad y se actualizan a medida que se obtiene nueva información. Esta sección describe los cambios más recientes introducidos en este resumen a partir de la fecha arriba indicada.
La carga que representa el cáncer
Se actualizaron las estadísticas con el número estimado de casos nuevos y defunciones para 2024 (se citó a la American Cancer Society como referencia 1).
El
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Revisores y actualizaciones
El
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Los cambios en los resúmenes se deciden mediante consenso de los integrantes del consejo después de evaluar la solidez de la evidencia de los artículos publicados y determinar la forma de incorporar el artículo en el resumen.
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Se sugiere citar la referencia bibliográfica de este resumen del PDQ de la siguiente forma:
PDQ® sobre los exámenes de detección y la prevención. PDQ Aspectos generales de la prevención del cáncer. Bethesda, MD: National Cancer Institute. Actualización: <MM/DD/YYYY>. Disponible en:
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Última revisión: 2024-03-15
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