Uso de medicamentos para controlar el dolor relacionado con el cáncer
Los medicamentos se recetan según el nivel del dolor: leve, moderado o intenso.
El médico le recetará medicamentos para aliviar el dolor. Estos medicamentos se deben tomar a las horas programadas para mantener una cantidad constante en el cuerpo e impedir que vuelva el dolor. Los medicamentos se toman por vía oral o de otras maneras, como por infusión o inyección.
Es posible que el médico recete dosis adicionales de otro medicamento para el dolor que se presenta entre las dosis programadas del medicamento que usted toma usualmente. El médico ajustará la dosis de los medicamentos a sus necesidades.
Para medir la intensidad del dolor y decidir qué medicamento usar, se utiliza una escala de 0 a 10 como se explica a continuación:
- 0 significa que no hay dolor.
- 1 a 3 significa que el dolor es leve.
- 4 a 6 significa que el dolor es moderado.
- 7 a 10 significa dolor intenso.
Para las personas que tienen problemas para asignar un número al dolor, a veces se usan otras escalas de dolor que tienen caras felices o tristes. Estas escalas son útiles para los adultos con problemas de memoria o pensamiento y para los niños pequeños.
Para aliviar el dolor leve en ocasiones se usan acetaminofén y medicamentos antiinflamatorios no esteroides.
El acetaminofén y los medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE) ayudan a aliviar el dolor leve. Es posible administrarlos con opioides para el dolor moderado a grave.
Los analgésicos de este tipo son los siguientes:
- Celecoxib.
- Diclofenaco.
- Ibuprofeno.
- Ketoprofeno.
- Ketorolaco.
Los efectos secundarios de los AINE incluyen problemas en el estómago, el riñón, el corazón y la sangre. Algunos pacientes, sobre todo aquellos de edad avanzada, que toman acetaminofén o AINE necesitan una vigilancia cuidadosa de los efectos secundarios. Para obtener más información, consulte Tratamiento del dolor relacionado con el cáncer en pacientes de edad avanzada.
Los opioides se usan para aliviar el dolor de moderado a intenso.
Los opioides son eficaces para aliviar el dolor de moderado a intenso. Algunos pacientes con cáncer dejan de recibir el alivio que proporcionan los opioides si los usan durante mucho tiempo. Esto se llama tolerancia. Si su cuerpo deja de responder a la misma dosis, es posible que necesite dosis más altas, o un opioide diferente. La tolerancia a un opioide es una dependencia física a este, que no es lo mismo que una adicción (dependencia psicológica).
Desde 1999, ha aumentado la cantidad de recetas de opioides y el número de personas que mueren por sobredosis de medicamentos en los Estados Unidos. Aunque la mayoría de los pacientes a los que se les recetan opioides para el dolor del cáncer consumen estos medicamentos sin problemas, algunos se vuelven adictos a los opioides. El médico vigilará las dosis de opioides de forma que usted reciba un tratamiento para el dolor que no le cause daño.
Hay varios tipos de opioides:
- Buprenorfina.
- Codeína.
- Fentanilo.
- Hidrocodona.
- Hidromorfona.
- Metadona.
- Morfina (opioide más utilizado para el dolor relacionado con el cáncer).
- Oxicodona.
- Oximorfona.
- Tapentadol.
- Tramadol.
El médico le recetará medicamentos y le indicará los horarios en que los debe tomar para controlar mejor el dolor. Es importante que los pacientes y los familiares a cargo del cuidado conozcan la manera segura de usar, almacenar y eliminar los opioides.
La mayoría de los pacientes con dolor relacionado con el cáncer reciben opioides en forma regular.
Los opioides se administran con regularidad para aliviar el dolor y evitar que empeore. El tiempo transcurrido entre dosis dependerá del tipo de opioide que toma. La mejor dosis es la que controla el dolor con menos efectos secundarios. Si se presenta tolerancia al opioide (ausencia del efecto deseado con la misma dosis), tal vez se deba aumentar la dosis o se recete otro opioide.
Hay evidencia de que es más probable que los pacientes usen los opioides como se indica cuando se recetan los de acción prolongada (por ejemplo, los que tienen un efecto que dura 8, 12 o 24 horas).
Los opioides se administran de diferentes maneras.
Los opioides se administran de diferentes maneras, como las siguientes.
- Vía oral (por boca): si el estómago y los intestinos funcionan bien, por lo general, los medicamentos se administran por vía oral. Los opioides por vía oral son fáciles de usar y por lo general son de bajo costo. Los opioides orales se absorben cuando se colocan bajo la lengua (vía sublingual) o en el interior de la mejilla (vía yugal).
- Vía rectal: si no puede tomar los opioides por vía oral, es posible administrar supositorios rectales.
- Vía transcutánea: los parches de opioides se colocan sobre la piel (parches cutáneos).
- Aerosol nasal: los opioides se pueden administrar en forma de aerosol nasal.
- Vía intravenosa (IV): los opioides se administran en una vena cuando usar métodos más simples y menos costosos no es posible, no funcionan o el paciente no los desea. Las bombas de analgesia controlada por el paciente (ACP) son una forma de controlar el dolor a través de la vía IV. Una bomba de ACP le permite controlar la cantidad de medicamento que utiliza. Con una bomba de ACP, recibe una dosis preestablecida de opioide cuando oprime un botón de una bomba conectada a un tubo pequeño. Una vez que se controla el dolor, es posible que el médico recete una dosis habitual de opioides teniendo en cuenta la cantidad que utilizó en la bomba de ACP.
- Inyección subcutánea: los opioides se inyectan en la capa de tejido graso debajo de la piel.
- Inyección intraespinal: los opioides se inyectan en el líquido que rodea la médula espinal. A veces se combinan con anestesia local para ayudar a algunos pacientes con un dolor difícil de controlar.
Los opioides causan efectos secundarios comunes.
El médico le explicará los efectos secundarios antes de comenzar el tratamiento con opioides y los vigilará. Los efectos secundarios más comunes son los siguientes:
- Náuseas.
- Somnolencia.
- Estreñimiento.
Las náuseas y la somnolencia se presentan con más frecuencia al comienzo del tratamiento con opioides y, a menudo, mejoran a los pocos días.
Los opioides hacen más lentas las contracciones y los movimientos musculares del estómago y los intestinos, lo que a veces produce endurecimiento de la materia fecal. Para mantener blanda la materia fecal y prevenir el estreñimiento, es importante tomar mucho líquido, aumentar el consumo de fibra en la alimentación y hacer ejercicio con frecuencia. A menos que haya problemas, como una obstrucción intestinal o diarrea, usted recibirá un plan de tratamiento para prevenir el estreñimiento e información sobre otros problemas digestivos que a veces se presentan mientras toma opioides.
Otros efectos secundarios del tratamiento con opioides son los siguientes:
- Boca seca.
- Vómitos.
- Presión arterial baja.
- Mareos.
- Dificultad para dormir.
- Dificultad para pensar con claridad.
- Sedación.
- Delirium o alucinaciones.
- Contracciones musculares.
- Crisis convulsivas.
- Hiperalgesia.
- Dificultad para orinar.
- Dificultad para respirar, que a veces empeora por apnea del sueño, obesidad o por tomar opioides con sedantes.
- Picazón intensa.
- Problemas con el funcionamiento sexual.
- Sofocos.
- Depresión.
- Hipoglucemia.
Es más probable que los opioides causen daños al sistema nervioso en pacientes con los siguientes factores de riesgo:
- Uso de morfina o codeína.
- Edad avanzada.
- Problemas de riñón.
- Infecciones.
- Deshidratación.
Hable con el médico sobre los efectos secundarios que le molestan o se vuelven graves. El médico puede reducir la dosis del opioide, cambiarlo por otro opioide o cambiar la forma en que se administra para ayudar a disminuir los efectos secundarios. Para obtener más información sobre cómo hacer frente a los efectos secundarios, consulte lo siguiente:
- Complicaciones gastrointestinales
- Náuseas y vómitos relacionados con el tratamiento del cáncer
Se pueden agregar otros medicamentos para ayudar a tratar el dolor.
Se pueden administrar otros medicamentos mientras toma opioides para aliviar el dolor. Estos son medicamentos que ayudan a los opioides a ser más eficaces, tratar los síntomas y a aliviar ciertos tipos de dolor. Se utilizan los siguientes tipos de medicamentos:
- Antidepresivos.
- Anticonvulsivos.
- Anestésicos locales.
- Corticoesteroides.
- Bisfosfonatos y denosumab.
Los pacientes no siempre responden de la misma manera a estos medicamentos. Los efectos secundarios son comunes y se deben comunicar al médico.
Los bisfosfonatos (pamidronato, ácido zoledrónico e ibandronato) son medicamentos que a veces se administran cuando el cáncer se diseminó a los huesos. Se administran por infusión intravenosa y se combinan con otros tratamientos para disminuir el dolor y reducir el riesgo de fracturas en los huesos. Sin embargo, los bisfosfonatos a veces causan efectos secundarios graves. Hable con el médico si tiene un dolor intenso en los músculos o los huesos. Es posible que deba interrumpir la terapia con bisfosfonatos.
El uso de bisfosfonatos también se relaciona con el riesgo de osteonecrosis relacionada con un bisfosfonato (ORB). Para obtener más información, consulte Complicaciones orales del tratamiento del cáncer.
El denosumab es otro medicamento que a veces se usa cuando el cáncer se disemina a los huesos. Se administra mediante inyección subcutánea y puede prevenir y aliviar el dolor.