Generalidades de la afección
¿Qué es una embolia pulmonar?
Una embolia pulmonar es la obstrucción repentina de un vaso sanguíneo mayor (arteria) en el pulmón, causada, por lo general, por un coágulo de sangre. En la mayoría de los casos, los coágulos son pequeños y no son mortales, pero pueden dañar el pulmón. Pero si el coágulo es grande y detiene el flujo de sangre hacia el pulmón, puede ser mortal. Un tratamiento rápido puede salvar su vida o reducir el riesgo de problemas futuros.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas más comunes son:
- Falta de aire repentina.
- Dolor de pecho agudo que es peor cuando usted tose o respira hondo.
- Una tos que produce una mucosidad espumosa de color rosa.
La embolia pulmonar también puede causar síntomas más generales. Por ejemplo, usted puede sentirse ansioso o a punto de estallar, sudar mucho, sentirse aturdido o mareado, o tener una frecuencia cardíaca rápida o palpitaciones.
Si tiene síntomas como estos, usted necesita consultar a un médico de inmediato, especialmente si son repentinos e intensos.
¿Cuál es la causa de la embolia pulmonar?
En la mayoría de los casos, la embolia pulmonar es causada por un coágulo de sangre en la pierna que se desprende y viaja hasta los pulmones. Es poco probable que un coágulo de sangre en una vena cerca de la piel cause problemas. Pero tener coágulos de sangre en venas profundas (trombosis venosa profunda) puede provocar una embolia pulmonar. Más de 300,000 personas cada año tienen trombosis venosa profunda o una embolia pulmonar.nota 1
Otras cosas pueden obstruir una arteria, como tumores, burbujas de aire, líquido amniótico o grasa que se libera en los vasos sanguíneos cuando se fractura un hueso. Sin embargo, son poco frecuentes.
¿Qué aumenta su riesgo de tener una embolia pulmonar?
Cualquier cosa que aumente su probabilidad de formar coágulos de sangre eleva su riesgo de tener una embolia pulmonar. Algunas personas nacen con sangre que coagula demasiado rápido. Otras cosas que pueden aumentar su riesgo incluyen:
- Estar inactivo durante períodos prolongados. Esto puede suceder cuando tiene que quedarse en la cama después de una cirugía o de una enfermedad grave, o cuando pasa mucho tiempo sentado en un vuelo o en un viaje en automóvil.
- Una cirugía reciente que involucró las piernas, la cadera, el abdomen o el cerebro.
- Algunas enfermedades, como el cáncer, la insuficiencia cardíaca, el ataque cerebral o una infección grave.
- El embarazo y el parto (especialmente si tuvo un parto por cesárea).
- Tomar píldoras anticonceptivas o terapia hormonal.
- El hábito de fumar.
Su riesgo de tener coágulos de sangre también es mayor si usted es un adulto mayor (especialmente si es mayor de 70 años) o tiene mucho sobrepeso (es obeso).
¿Cómo se diagnostica la embolia pulmonar?
Puede ser difícil diagnosticar una embolia pulmonar, debido a que los síntomas son como los de muchos otros problemas, como un ataque al corazón, un ataque de pánico o una neumonía. Un médico comenzará por hacerle un examen físico y hacerle preguntas acerca de sus antecedentes de salud y sus síntomas. Esto ayuda al médico a decidir si su riesgo de tener una embolia pulmonar es alto.
Según su riesgo, es posible que le realicen pruebas para buscar coágulos de sangre o para descartar otras causas de sus síntomas. Las pruebas pueden incluir análisis de sangre, una angiografía por tomografía computarizada y una gammagrafía pulmonar de ventilación y perfusión.
¿Cómo se trata?
Por lo general, los médicos tratan la embolia pulmonar con medicamentos que se llaman anticoagulantes. A menudo se los llama diluyentes de la sangre, pero en realidad no diluyen la sangre. Estos medicamentos ayudan a prevenir que se formen nuevos coágulos y evitan que los coágulos existentes crezcan.
La mayoría de las personas toma un anticoagulante por algunos meses. Las personas que tienen un riesgo alto de tener coágulos de sangre pueden necesitarlo durante el resto de sus vidas.
Si los síntomas son graves y ponen la vida en peligro, es posible que se usen medicamentos "destructores de coágulos" llamados trombolíticos. Estos medicamentos pueden disolver los coágulos rápidamente, pero aumentan el riesgo de tener un sangrado grave. Otra opción es una cirugía o un procedimiento mínimamente invasivo para extirpar el coágulo (embolectomía).
A algunas personas se les puede instalar un filtro en la gran vena (vena cava) que lleva la sangre de la parte inferior del cuerpo al corazón. Un filtro de vena cava ayuda a evitar que los coágulos de sangre lleguen a los pulmones.
Si usted ha tenido una embolia pulmonar en una ocasión, tiene más probabilidades de tener otra. Los anticoagulantes pueden ayudar a reducir su riesgo, pero aumentan su riesgo de sangrar. Si su médico le receta anticoagulantes, asegúrese de entender cómo tomar su medicamento en forma segura.
Usted puede reducir su riesgo de tener una embolia pulmonar haciendo cosas que ayudan a prevenir los coágulos de sangre en las piernas.
- Evite estar sentado durante mucho tiempo. Párese y camine un poco cada hora o flexione los pies a menudo.
- Empiece a moverse tan pronto como pueda después de una cirugía.
- Use medias de compresión si tiene riesgo alto.
- Si toma anticoagulantes, tómelos exactamente como se lo indica su médico.