Generalidades
¿Qué es el impétigo?
El impétigo es una infección bacteriana de la piel. Causa llagas de color rojizo que pueden romperse, exudar líquido y formar una costra de color amarillento amarronado. Estas llagas pueden aparecer en cualquier lugar del cuerpo.
El impétigo es una de las infecciones de la piel más comunes en los niños. Puede aparecer en adultos, pero es mucho más frecuente en los niños. El impétigo es contagioso y puede propagarse a otras personas por contacto cercano o por compartir toallas, sábanas, ropa, juguetes u otros artículos. Rascarse también puede hacer que las llagas se propaguen a otras partes del cuerpo.
¿Qué causa el impétigo?
El impétigo es causado por uno de dos tipos de bacterias: el estreptococo o el estafilococo. A menudo, estas bacterias entran en el organismo cuando la piel está irritada o lesionada a causa de otros problemas de la piel, como eccema, hiedra venenosa, picaduras de insectos, quemaduras o cortes. Es posible que los niños tengan impétigo después de haber tenido un resfriado o alergias que hayan provocado que la piel debajo de la nariz quede en carne viva. Sin embargo, el impétigo también puede desarrollarse en la piel completamente sana.
¿Cuáles son los síntomas?
Es posible que usted o su hijo tengan impétigo si tienen llagas que:
- Empiezan como pequeñas manchas de color rojizo y luego se convierten en ampollas que con el tiempo se rompen. Generalmente, las llagas no son dolorosas, pero podrían provocar comezón.
- Exudan líquido y se ven como costras.
- Aumentan en tamaño y cantidad. Las llagas pueden ser tan pequeñas como un grano o más grandes que una moneda.
¿Cómo se diagnostica el impétigo?
Por lo general, su médico puede diagnosticar el impétigo tan solo observando su piel o la de su hijo. A veces, su médico extraerá suavemente una pequeña parte de una llaga para enviarla a un laboratorio a fin de identificar la bacteria. Si usted o su hijo tienen otras señales de enfermedad, es posible que su médico indique análisis de sangre o de orina.
¿Cómo se trata?
El impétigo se trata con antibióticos. Para casos de impétigo leve, un médico le recetará una pomada o una crema antibióticas para que se coloque en las llagas. Para casos de impétigo más graves, es posible que un médico también le recete pastillas antibióticas.
Por lo general, un niño puede regresar a la escuela o a la guardería después de 24 horas de tratamiento. Si se aplica la pomada o toma las pastillas exactamente como le han sido recetadas, la mayoría de las llagas sanarán por completo en 1 semana.
En el hogar, lave las llagas suavemente con agua limpia a diario. Si se forman costras, su médico podría recomendarle que las ablande o retire. Puede hacerlo remojándolas en agua tibia y secándolas con toques suaves de toalla. Esto puede ayudar a que la crema o la pomada funcione mejor.
Después de tocar la zona, lávese las manos con agua y jabón o utilice un desinfectante de manos a base de alcohol.
Trate de no rascarse las llagas debido a que esto puede propagar la infección a otras partes del cuerpo. Puede ayudar a evitar que su hijo se rasque manteniendo las uñas de su hijo cortas. Puede cubrir las llagas con una venda que no quede apretada. Las llagas necesitan aire para sanar.
Llame a su médico si no mejora como se esperaba o si nota alguna señal de que la infección está empeorando, como fiebre, mayor dolor, hinchazón, sensación de calor, enrojecimiento o pus.
¿Cómo se puede prevenir el impétigo?
Si conoce a una persona que tiene impétigo, trate de evitar el contacto cercano con esa persona hasta que se le haya ido la infección. No comparta toallas, sábanas ni ropa hasta que la infección haya desaparecido. Lave cualquier cosa que haya entrado en contacto con la zona infectada.
Si usted o su hijo tienen impétigo, rascarse las llagas puede propagar la infección a otras zonas del cuerpo y a otras personas. Lave sus manos o las de su hijo con jabón para ayudar a evitar que la infección se propague.