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Esta información es producida y suministrada por el Instituto Nacional del Cáncer (NCI, por sus siglas en inglés). La información en este tema puede haber cambiado desde que se escribió. Para la información más actual, comuníquese con el Instituto Nacional del Cáncer a través del Internet en la página web http://cancer.gov o llame al 1-800-4-CANCER.
El cáncer de endometrio se presenta en mujeres posmenopáusicas con un promedio de edad de 60 años en el momento del diagnóstico. El estrógeno endógeno y exógeno se relacionan con proliferación, hiperplasia y cáncer de endometrio, por lo tanto, los factores de riesgo de cáncer de endometrio son la hiperplasia endometrial, los factores reproductivos (nuliparidad, menarquia precoz y menopausia tardía), el síndrome de ovario poliquístico, la administración posmenopáusica de estrógenos, la obesidad con aumento de peso en la edad adulta y el uso de tamoxifeno. Las mujeres con síndrome de Lynch tienen un aumento del riesgo de cáncer de endometrio, al igual que las mujeres con una familiar de primer grado con cáncer de endometrio.
Nota: En esta sección, se resume la evidencia científica publicada sobre la prevención de este tipo de cáncer. En el resto del resumen, se describe la evidencia con más detalle.
Otros resúmenes del PDQ que contienen información relacionada con el cáncer de endometrio son los siguientes:
El siguiente resumen solo está disponible en inglés:
Factores con evidencia suficiente de aumento del riesgo de cáncer de endometrio
Hiperplasia endometrial
A partir de evidencia sólida, la hiperplasia endometrial se relaciona con formación simultánea [
Magnitud del efecto: las mujeres con hiperplasia y atipia tienen un riesgo del 40 % de presentar un cáncer simultáneo.[
Diseño del estudio: serie de cohortes prospectiva. |
Validez interna: buena. |
Congruencia: buena. |
Validez externa: buena. |
Terapia hormonal con estrógeno: estrógeno sin oposición
A partir de evidencia sólida, el estrógeno sin oposición se relaciona con un aumento del riesgo de cáncer de endometrio. Si bien es posible eliminar este exceso de riesgo si se agrega una progestina continua a la terapia con estrógeno, esta combinación se relaciona con un aumento del riesgo de cáncer de mama.[
Magnitud del efecto: el riesgo de cáncer de endometrio en mujeres que usan estrógeno sin oposición durante 5 años o más es por lo menos 2 veces más alto que el de las mujeres que no usan la hormona. El riesgo aumenta con la duración del consumo del estrógeno sin oposición.
Diseño del estudio: ensayos controlados aleatorizados, estudios de cohortes, y de casos y controles. |
Validez interna: buena. |
Congruencia: buena. |
Validez externa: buena. |
Moduladores selectivos del receptor de estrógeno
A partir de evidencia sólida, el uso de tamoxifeno por más de 2 años se relaciona con un aumento del riesgo de cáncer de endometrio.[
Magnitud del efecto: las mujeres que toman tamoxifeno durante más de 2 años tienen un riesgo relativo (RR) de 2,3 a 7,5 veces de cáncer de endometrio, incluso un riesgo alto de carcinoma seroso de útero y carcinosarcoma.[
Diseño del estudio: múltiples ensayos controlados aleatorizados. |
Validez interna: buena. |
Congruencia: buena. |
Validez externa: buena. |
Obesidad
A partir de evidencia sólida, el sobrepeso, la obesidad y el aumento de peso durante la edad adulta se relacionan con un aumento del riesgo de cáncer de endometrio.[
Magnitud del efecto: el riesgo de cáncer de endometrio aumenta 1,5 veces por cada 5 kg/m2 de cambio en la masa corporal.[
Diseño del estudio: múltiples ensayos controlados aleatorizados. |
Validez interna: buena. |
Congruencia: buena. |
Validez externa: buena. |
Predisposición genética
A partir de evidencia sólida, las mujeres con determinadas afecciones hereditarias, genes de penetrancia alta y antecedentes familiares de cáncer de endometrio en una familiar de primer grado tienen un mayor riesgo de presentar cáncer de endometrio.
Magnitud del efecto: el riesgo de presentar cáncer de endometrio se multiplicó por 1,82 (intervalo de confianza [IC] 95 %, 1,65–1,98) y se relacionó con antecedentes de cáncer de endometrio en una familiar de primer grado. El riesgo absoluto de cáncer de endometrio entre las mujeres con BRCA1 o BRCA2 fue del 3 %.
Factores con evidencia suficiente de disminución del riesgo del cáncer de endometrio
Embarazo y lactancia
A partir de evidencia sólida, el aumento del número de partos y de la duración de la lactancia se relacionan con una disminución del riesgo de cáncer de endometrio.[
Magnitud del efecto: las mujeres que han tenido hijos presentan una disminución del 35 % en el riesgo de cáncer de endometrio (cociente de riesgos instantáneos, 0,65; IC 95 %, 0,54–0,77) en comparación con las mujeres nulíparas. La duración de la lactancia también se relaciona con una disminución del riesgo; se observó una disminución del riesgo del 23 % cuando la lactancia dura más de 18 meses. La reducción de riesgo se atenuó cuando se ajustó según el número de partos.[
Diseño del estudio: estudio de cohorte prospectivo, y estudios de casos y controles. |
Validez interna: buena. |
Congruencia: buena. |
Validez externa: buena. |
Anticonceptivos hormonales: Beneficios
A partir de evidencia sólida, el uso durante por lo menos 1 año de anticonceptivos orales con estrógeno y progesterona disminuye el riesgo de cáncer de endometrio, esta disminución es proporcional a la duración del uso.[
Diseño del estudio: estudios de casos y controles, y estudios de cohortes. |
Validez interna: buena. |
Congruencia: buena. |
Validez externa: buena. |
Magnitud del efecto: el uso de anticonceptivos orales durante 5 años se relacionó con una reducción del RR del 24 % (cociente de riesgos, 0,76; IC 95 %, 0,73–0,78) que persistió durante más de 30 años. El uso durante 10 años se relacionó con una reducción absoluta del riesgo antes de los 75 años de edad desde 2,3 por 100 mujeres hasta 1,3 por 100 mujeres.
Anticonceptivos hormonales: Perjuicios
A partir de evidencia sólida, el uso actual de anticonceptivos orales combinados se relaciona con un aumento del riesgo de coágulos sanguíneos,[
Magnitud del efecto: el uso de anticonceptivos orales se relacionó con un aumento absoluto del riesgo de coágulos sanguíneos de cerca de 1 caso por 4465 años-persona (IC 95 %, 4095–4797 años-persona). El uso de anticonceptivos orales se relacionó con un aumento en el RR de accidente cerebrovascular e infarto de miocardio del 60 % (cociente de riesgos, 1,6; IC 95 %, 1,3–1,9).
Diseño del estudio: estudios de cohortes, estudios de casos y controles anidados, y estudios de casos y controles. |
Validez interna: buena. |
Congruencia: buena. |
Validez externa: buena. |
Pérdida de peso: Beneficios
La evidencia es insuficiente para determinar si la pérdida de peso se relaciona con una disminución en la incidencia de cáncer de endometrio. A partir de un estudio, la pérdida intencional de peso autonotificada durante 3 períodos de edad no se relacionó con una disminución en la incidencia de cáncer de endometrio.[
Magnitud del efecto: el RR de cáncer de endometrio en las mujeres que perdieron por lo menos 20 libras de peso de manera intencional fue de 0,93 (IC 95 %, 0,6–1,44). La tasa de incidencia de cáncer de endometrio por 1000 años-persona fue de 1,1 en quienes se sometieron a cirugía bariátrica en comparación con 2 en el grupo de control de personas obesas que recibieron la atención habitual (CRI, 0,56; IC 95 %, 0,35–0,89).
Diseño del estudio: estudios de cohortes prospectivos y retrospectivos. |
Validez interna: buena. |
Congruencia: razonable. |
Validez externa: buena. |
Pérdida de peso: Perjuicios
Varios procedimientos se agrupan dentro del término general cirugía bariátrica. La cirugía bariátrica se relaciona con posibles complicaciones quirúrgicas a corto plazo y riesgos a mediano y largo plazo. Las complicaciones quirúrgicas inmediatas incluyen infecciones, tromboembolias venosas, complicaciones respiratorias o cardíacas, derrame por la anastomosis, úlceras marginales, estenosis u obstrucción, y de manera infrecuente, la muerte.[
Actividad física: Beneficios
A partir de evidencia sólida, el aumento de la actividad física se relaciona con una disminución del riesgo de cáncer de endometrio.[
Magnitud del efecto: El ejercicio regular se asocia con una reducción relativa del riesgo del 38 % al 46 %. Sin embargo, no se ha observado una tendencia hacia la reducción del riesgo al aumentar la duración o la intensidad del ejercicio.
Diseño del estudio: múltiples estudios de cohortes, y de casos y controles. |
Validez interna: buena. |
Congruencia: razonable. |
Validez externa: buena. |
Consumo de tabaco: Beneficios
A partir de evidencia sólida, el consumo de cigarrillos se relaciona con una disminución del riesgo de cáncer de endometrio.[
Magnitud del efecto: las fumadoras tienen una reducción del riesgo de cáncer de endometrio de alrededor del 20 % en estudios prospectivos (RR, 0,81; IC 95 %, 0,74–0,88) y en estudios de casos y controles (oportunidad relativa, 0,72; IC 95 %, 0,66–0,79).[
Diseño del estudio: estudios de cohortes prospectivos y estudios de casos y controles. |
Validez interna: buena. |
Congruencia: buena. |
Validez externa: buena. |
Consumo de tabaco: Perjuicios
A partir de evidencia sólida, el consumo de cigarrillos se relaciona con enfermedad cardiovascular, y cánceres de cabeza y cuello, pulmón, vejiga y páncreas. Las fumadoras de cigarrillos tienen una disminución de la esperanza de vida de por lo menos 10 años en comparación con las personas que no fuman.[
Intervenciones con evidencia insuficiente de una relación con el cáncer de endometrio
Frutas, vegetales y vitaminas
Hay suficiente evidencia sobre la ausencia de asociación entre el cáncer de endometrio y la alimentación o la ingesta de vitaminas.[
Diseño del estudio: estudios de cohortes, y estudios de casos y controles. |
Validez interna: buena. |
Congruencia: buena. |
Validez externa: buena. |
Productos para teñir, decolorar, aclarar, alisar o rizar de manera permanente el pelo
No hay evidencia suficiente sobre la existencia de una relación entre los productos capilares y el cáncer de endometrio. En un análisis retrospectivo del Sister Study se abordó una posible asociación entre estos productos capilares y los cánceres uterinos, incluso los de endometrio.[
Referencias:
El cáncer de endometrio es el cáncer ginecológico invasivo más común en las mujeres de los Estados Unidos; se anticipa que se presentarán 67 880 casos nuevos en 2024.[
En los Estados Unidos, la incidencia de cáncer de endometrio es más baja en las mujeres de origen japonés (riesgo relativo [RR], 0,6; intervalo de confianza [IC] 95 %, 0,46–0,83) y en las mujeres de origen latinoamericano (RR, 0,63; IC 95 %, 0,46–0,87) en comparación con las mujeres blancas; pero la incidencia no es más baja en las mujeres afroamericanas (RR, 0,76; IC 95 %, 0,53–1,08) ni en las mujeres nativas de Hawái (RR, 0,92; IC 95 %, 0,58–1,46) en comparación con las mujeres blancas.[
El riesgo de cáncer de endometrio se relaciona con factores endógenos y exógenos vinculados con efectos estrogénicos.[
Las mujeres con síndrome de Lynch tienen un riesgo durante toda la vida más alto de cáncer de endometrio de hasta un 60 %.[
Referencias:
Hiperplasia endógena
Los factores reproductivos que prolongan la exposición al estrógeno endógeno, como la menarquia prematura, la nuliparidad y la menopausia tardía, se relacionan con un aumento del riesgo de cáncer de endometrio. La menarquia precoz en comparación con la menarquia tardía se relacionó con aumento del 39 % en el riesgo relativo de cáncer de endometrio en las participantes de la European Prospective Investigation into Cancer and Nutrition.[
Terapia hormonal con estrógeno: Estrógeno sin oposición
En 1975 se informó sobre una relación entre la terapia de reemplazo de estrógeno durante la posmenopausia y el cáncer de endometrio; [
Desde hace tiempo se sabe que el estrógeno en la posmenopausia se relaciona con riesgo de hiperplasia endometrial que a menudo es precursora de cáncer de endometrio.[
Moduladores selectivos del receptor de estrógeno
El tamoxifeno y el raloxifeno son moduladores selectivos del receptor de estrógeno (MSRE), fármacos con efectos agonistas y antagonistas del estrógeno según el órgano donde actúan. La relación entre el cáncer de endometrio y el tamoxifeno se reconoció por primera vez en 1985, cuando se describieron 3 casos de este cáncer en mujeres que recibieron tamoxifeno para el tratamiento del cáncer de mama.[
En el National Surgical Adjuvant Breast and Bowel Project, Breast Cancer Prevention Trial P-1 Study de mujeres con riesgo alto de cáncer de mama invasivo, se demostró que el tamoxifeno disminuyó la incidencia de cáncer de mama en un 49 %, pero se confirmó un aumento de la incidencia de cáncer de endometrio. La tasa anual fue de 2,2 por 1000 mujeres que recibieron tamoxifeno versus 0,68 casos por 1000 mujeres que recibieron placebo. El aumento significativo en el riesgo se restringió a las mujeres de 50 años o más al comienzo del estudio. De los 53 casos de cáncer invasivo asociados con el uso de tamoxifeno, 52 estaban en estadio I.[
El raloxifeno es un MSRE de segunda generación aprobado para la profilaxis de la osteoporosis posmenopáusica. A diferencia del tamoxifeno, este no tiene un efecto estrogénico en el útero. En el ensayo aleatorizado Multiple Outcomes of Raloxifene, al cabo de 40 meses de seguimiento se observó que el raloxifeno redujo el riesgo de cáncer de mama positivo para receptores de estrógeno, sin aumentar el riesgo de cáncer de endometrio (riesgo relativo [RR], 0,8; IC 95 %, 0,2–2,7).[
Obesidad
El índice de masa corporal (IMC) elevado, la obesidad y el aumento de peso se relacionan con incremento en el riesgo de cáncer de endometrio. Uno de los posibles mecanismos de la relación observada es una concentración elevada de estrona sérica en mujeres con obesidad como resultado de la aromatización de la androstenediona en el tejido adiposo, lo que aumenta la producción de estrógeno.[
El peso corporal es un factor de riesgo modificable responsable de una proporción importante de casos de cáncer de endometrio en todo el mundo. En un estudio realizado en países europeos, se calculó que entre el 26 % y el 47 % de los casos de cáncer de endometrio se pueden atribuir al sobrepeso y la obesidad. El mismo grupo llevó a cabo un metanálisis de 12 estudios (5 de cohortes y 7 de casos y controles), en el que examinó la relación entre la obesidad y el cáncer de endometrio. En 11 de 12 estudios se concluyó que hay una relación directa entre el cáncer de endometrio y el exceso de peso.[
Los RR relacionados con la obesidad oscilan entre 2 y 10. En algunos estudios se observa que el peso de la parte superior y central del cuerpo confiere un riesgo más alto que el peso corporal periférico, incluso tras considerar el IMC.[
En un metanálisis de estudios prospectivos, se observó que por cada aumento de 5 kg de peso durante la edad adulta el RR fue de 1,39 (IC 95 %, 1,29–1,49) en las mujeres que no usaban terapia hormonal (TH) y de 1,09 (IC 95 %, 1,02–1,16) en las mujeres usuarias de TH.[
En un metanálisis se examinó la asociación entre el síndrome metabólico y el riesgo de cáncer de endometrio. Se observó aumento del riesgo de cáncer de endometrio por el síndrome metabólico (RR, 1,89; IC 95 %, 1,34–2,67) y por cada componente del síndrome (IMC o circunferencia de la cintura, presión arterial y concentraciones de triglicéridos), excepto por la concentración baja del colesterol de las lipoproteínas de alta densidad.[
Predisposición genética
Las mujeres con afecciones hereditarias, como el síndrome de Lynch, el síndrome de Cowden y el síndrome de ovario poliquístico tienen un aumento en el riesgo de cáncer de endometrio. Para obtener más información en inglés, consultar Genetics of Breast and Gynecologic Cancers y Genetics of Colorectal Cancer. Sin embargo, además de los síndromes hereditarios con genes de penetrancia alta (como BRCA1 y BRCA2), el antecedente de cáncer de endometrio en una familiar de primer grado también se vincula con un aumento del riesgo de cáncer.[
Es posible que este riesgo familiar sea consecuencia de una predisposición genética hereditaria, así como de otros factores comunes en las familias, como la cultura compartida o los comportamientos aprendidos.
Referencias:
Embarazo y lactancia
El número de partos y la lactancia se asocian con una reducción del riesgo del cáncer de endometrio, tal vez por la inhibición de la ovulación. En el European Prospective Investigation into Cancer and Nutrition se observó una reducción del riesgo en mujeres según el número de partos en comparación con las mujeres nulíparas (cociente de riesgos instantáneos [CRI], 0,65; intervalo de confianza [IC] 95 %, 0,54–0,77). En el estudio también se observó una tendencia a la reducción del riesgo con aumento en el número de embarazos a término (P < 0,0001).[
Se combinaron los datos de 17 estudios del Epidemiology of Endometrial Cancer Consortium. Después de ajustar por edad, número de partos, uso y duración del consumo de anticonceptivos, índice de masa corporal (IMC) y nivel de escolaridad, las mujeres multíparas que notificaron lactancia materna presentaron una reducción del riesgo del 11 % para el cáncer de endometrio (OR agrupada, 0,89; IC 95 %, 0,81–0,98).[
Anticonceptivos hormonales
La administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos aprobó el uso de anticonceptivos orales por primera vez en 1960. Durante muchos años han sido el componente principal de la anticoncepción hormonal. De manera reciente, la anticoncepción hormonal se ha ampliado para incluir los parches transdérmicos o los anillos vaginales combinados, las inyecciones y los anticonceptivos reversibles de acción prolongada con progesterona como los implantes de una barra y los dispositivos intrauterinos (DIU).[
El uso de anticonceptivos orales confiere una reducción del riesgo de cáncer de endometrio a largo plazo. En un estudio poblacional grande del Reino Unido se recabó de manera prospectiva información sobre el uso de anticonceptivos orales en 46 022 mujeres que se siguieron durante 44 años. En este estudio, después de ajustar por edad, número de partos, consumo de cigarrillos y clase social, las usuarias de píldoras anticonceptivas orales combinadas de estrógeno y progesterona tuvieron un incremento del cociente de tasas de incidencia de 0,66 (IC 95 %, 0,48–0,89) en comparación con las mujeres que nunca usaron este tipo de anticonceptivos orales.[
Hay datos que indican que el uso de sistemas intrauterinos liberadores de levonorgestrel (DIU-LNG) producen una disminución estadísticamente significativa en el riesgo de cáncer de endometrio. El uso de DIU-LNG es un tratamiento eficaz para la hiperplasia endometrial, que en algunos casos es un precursor del cáncer de endometrio y del cáncer de endometrio de riesgo bajo en estadio temprano.[
Pérdida de peso
Si bien se sabe que la obesidad se relaciona con un aumento del riesgo de cáncer de endometrio, solo en un estudio se examinó el posible beneficio de la pérdida de peso intencional. En el Iowa Women's Health Study (IWHS) de 21 707 mujeres en la posmenopausia,[
Ambos análisis comparten limitaciones importantes. La ausencia de datos de las covariables resultó en la exclusión de casi un 25 % de las participantes de cada estudio; solo porcentajes pequeños de las participantes restantes (17 % del WHS y 8 % del WHI) se clasificaron en la categoría de pérdida de peso intencional. Ello produjo un número muy bajo de casos de cáncer de endometrio para llevar a cabo los análisis. En ambos estudios se utilizó la autonotificación para caracterizar la intencionalidad de la pérdida de peso, lo que puede conducir a una clasificación errónea potencial, aunque la naturaleza retrospectiva del cuestionario de la IWHS hace que el problema sea más grave en ese análisis. Ambos análisis se ajustaron según la actividad física autonotificada y la situación del consumo de cigarrillos, entre otras covariables. Con un número tan pequeño de casos y debido al potencial de confusión residual, los resultados contradictorios de estos dos análisis indican que no hay suficiente evidencia como para concluir que la pérdida de peso protege contra el cáncer de endometrio.
La cirugía bariátrica se relaciona con una pérdida de peso más sostenida en comparación con las intervenciones no quirúrgicas para la pérdida de peso.[
Actividad física
En un metanálisis se combinaron datos de estudios prospectivos de actividad recreativa (9 estudios) y actividad ocupacional (5 estudios) para determinar si la actividad física se relaciona con el cáncer de endometrio.[
Consumo de tabaco
Las mujeres que en algún periodo de su vida fumaron al menos 20 cigarrillos por día tienen una disminución del riesgo de cáncer de endometrio; la mayor reducción del riesgo se observa en las mujeres posmenopáusicas y en las fumadoras actuales. Este efecto se indicó en estudios de cohortes observacionales, de cohortes prospectivos y de casos y controles, y se resumió en un metanálisis.[
En cambio, en el análisis de la aleatorización mendeliana no se observó una relación causal entre el consumo de tabaco y la disminución del riesgo de cáncer de endometrio en las cohortes de pacientes del Biobank and European Prospective Investigation into Cancer and Nutrition (EPIC) del Reino Unido, lo que pone en duda la solidez de la asociación que se indicó en los análisis observacionales del estudio.[
Referencias:
Frutas, vegetales y vitaminas
En los estudios sobre la relación entre el cáncer de endometrio y la alimentación, los fitoestrógenos y la vitamina D no se ha encontrado una asociación.[
Productos para teñir, decolorar, aclarar, alisar o rizar de manera permanente el pelo
En un análisis retrospectivo del Sister Study se evaluó una posible asociación entre estos productos para el pelo y los diferentes tipos de cáncer de útero, incluso el cáncer de endometrio. Una limitación de este estudio fue la falta de un adecuado análisis ajustado para múltiples comparaciones, por lo que es difícil interpretar la relevancia de los resultados.[
Referencias:
Los resúmenes del PDQ con información sobre el cáncer se revisan con regularidad y se actualizan a medida que se obtiene nueva información. Esta sección describe los cambios más recientes introducidos en este resumen a partir de la fecha arriba indicada.
Incidencia y mortalidad
Se actualizaron las estadísticas con el número estimado de casos nuevos y defunciones para 2024 (se citó a la American Cancer Society como referencia 1). También se revisó el texto para indicar que, en la última década, las tasas de incidencia de cáncer de endometrio aumentaron cerca de un 1 % por año en las mujeres blancas y un 2 a 3 % por año en las mujeres de los demás grupos raciales y étnicos. A partir de mediados de la década de 2000, las tasas de mortalidad por cáncer de endometrio aumentaron un 1,7 % por año.
El
Propósito de este resumen
Este resumen de información del PDQ sobre el cáncer dirigido a profesionales de la salud proporciona información integral revisada por expertos y basada en la evidencia sobre la prevención del cáncer de endometrio. El objetivo es servir como fuente de información y ayuda para los profesionales clínicos durante la atención de pacientes. No ofrece pautas ni recomendaciones formales para tomar decisiones relacionadas con la atención sanitaria.
Revisores y actualizaciones
El
Cada mes, los integrantes de este consejo revisan los artículos publicados recientemente para determinar lo siguiente:
Los cambios en los resúmenes se deciden mediante consenso de los integrantes del consejo después de evaluar la solidez de la evidencia de los artículos publicados y determinar la forma de incorporar el artículo en el resumen.
Cualquier comentario o pregunta sobre el contenido de este resumen se debe enviar al
Niveles de evidencia
Algunas de las referencias bibliográficas de este resumen se acompañan del nivel de evidencia. El propósito de esto es ayudar al lector a evaluar la solidez de la evidencia que respalda el uso de ciertas intervenciones o abordajes. El
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Se sugiere citar la referencia bibliográfica de este resumen del PDQ de la siguiente forma:
PDQ® sobre los exámenes de detección y la prevención. PDQ Prevención del cáncer de endometrio. Bethesda, MD: National Cancer Institute. Actualización: <MM/DD/YYYY>. Disponible en:
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Última revisión: 2024-03-20
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