Riesgos
Los programas de ejercicios de rehabilitación cardíaca son seguros y útiles. El ejercicio ayuda a que regrese a su vida normal. Pero existe un pequeño riesgo de tener complicaciones.nota 1
Si tiene un problema de salud que hace que el ejercicio sea inseguro, su rehabilitación no incluirá un programa de ejercicios. Estos problemas de salud incluyen:
- Angina inestable.
- Presión arterial alta o presión arterial baja que no están bajo control.
- Problemas del ritmo cardíaco.
- Insuficiencia cardíaca grave.
- Diabetes que no está bajo control.
Incluso si no puede hacer ejercicio ni actividad física, se beneficiará con otras partes de un programa de rehabilitación cardíaca. Por ejemplo, usted puede obtener ayuda para dejar de fumar y reducir el estrés. Y puede conseguir consejos de cómo seguir una dieta saludable para el corazón. Este tipo de educación puede reducir el riesgo de muerte relacionado con el corazón.
Seguridad y su equipo de rehabilitación
Después de tener un ataque al corazón o de operarse del corazón, o de descubrir que tiene una enfermedad cardíaca, es posible que tenga temor a hacer ejercicio o actividad física. Es posible que le preocupe que hacer ejercicio le provoque otro ataque al corazón o que tema no estar lo suficientemente fuerte como para un programa de rehabilitación cardíaca.
Podría disminuir sus temores saber que cuando comienza su rehabilitación, su médico vigilará de cerca su actividad y tendrá a su disposición profesionales de la salud para manejar cualquier problema que pudiera surgir. Su equipo de rehabilitación adaptará todos sus ejercicios específicamente para usted, en función de su afección médica y de su estado de salud general. Todas las rehabilitaciones cardíacas comienzan en forma lenta a un ritmo cómodo y podrían ser tan moderadas como usar un caminador mecánico.
Si le preocupa o siente temor de volver a estar activo, converse con su médico. Hacer ejercicio y actividad física puede mejorarle en gran medida la calidad de vida.
Informe a su médico y a otros profesionales de la salud de su equipo de rehabilitación acerca de todos los medicamentos que esté tomando, especialmente si provocan algún efecto secundario al hacer ejercicio. Los también podrían afectar su capacidad de participar en rehabilitación cardíaca. Algunos medicamentos recetados pueden cambiar su frecuencia cardíaca, su presión arterial y su capacidad general para hacer ejercicio.
Esté atento a los síntomas
Cuando haga ejercicio, asegúrese de estar atento a señales y síntomas que signifiquen que debe dejar de hacer ejercicio y contactar a su médico.
Su capacidad para identificar cómo responde su cuerpo al ejercicio y qué condiciones físicas son normales es necesaria para su rehabilitación. Es importante que observe información física específica para tener conocimiento no solo de su mejoría, sino también de posibles complicaciones. Si tiene alguna otra inquietud física o médica como la gripe, dolor de espalda o dolor de rodilla, es mejor que postergue el ejercicio hasta que pase el problema. Debe consultar al médico si el problema no desaparece.
Su equipo de rehabilitación podría pedirle que esté atento a:
- Cómo se siente.
- Su frecuencia cardíaca.
- Su presión arterial.
Sepa cuándo llamar a un médico
Llame al 911 o a otros servicios de emergencia en cualquier momento que considere que necesita atención de urgencia. Por ejemplo, llame si:
- Tiene graves dificultades para respirar.
- Tose mucosidad espumosa y de color rosado y tiene dificultades para respirar.
- Tiene síntomas de un ataque al corazón. Estos pueden incluir:
- Dolor, presión o una sensación extraña en el pecho.
- Sudoración.
- Falta de aire.
- Náuseas o vómito.
- Dolor, presión o una sensación extraña en la espalda, el cuello, la mandíbula, la parte superior del abdomen, o en uno o ambos hombros o brazos.
- Aturdimiento o debilidad repentina.
- Latidos cardíacos rápidos o irregulares.
Después de llamar al 911, es posible que el operador le diga que mastique 1 aspirina para adultos o de 2 a 4 aspirinas de dosis baja. Espere a una ambulancia. No intente conducir usted mismo.
- Tiene síntomas de angina (como dolor o presión en el pecho) que no desaparecen con descanso o que no mejoran a los 5 minutos de haber tomado una dosis de nitroglicerina.
- Tiene síntomas de un ataque cerebral. Estos pueden incluir:
- Entumecimiento, hormigueo, debilidad o parálisis repentinos en la cara, el brazo o la pierna, sobre todo en un solo lado del cuerpo.
- Cambios repentinos en la visión.
- Dificultades repentinas para hablar.
- Confusión repentina o dificultad súbita para comprender frases sencillas.
- Problemas repentinos para caminar o mantener el equilibrio.
- Dolor de cabeza intenso y repentino, distinto de los dolores de cabeza anteriores.
- Se desmayó (perdió el conocimiento).
Llame a su médico ahora mismo o busque atención médica inmediata si:
- Tiene nueva falta de aire o esta empeora.
- Está mareado o aturdido, o siente como si fuera a desmayarse.
- Tiene mayor hinchazón en las piernas, los tobillos o los pies.
Controle su peso
Su médico puede pedirle que se pese regularmente, quizás todos los días. Esto ayuda a vigilar un aumento de peso repentino, lo cual podría ser una señal de un problema.
Llame a su médico si nota un aumento de peso repentino. Su médico podría indicarle a qué peso debe prestarle atención. Pero, en general, si sube 3 libras (1.4 kg) o más en 2 o 3 días, llame a su médico.
Pésese en la misma báscula con la misma cantidad de ropa y a la misma hora del día. El mejor momento puede ser enseguida de levantarse por la mañana, pero después de que vaya al baño. De esta manera, sus mediciones son constantes y precisas. Quizá le convenga llevar un diario de su peso.
Si tiene insuficiencia cardíaca o acaba de tener una cirugía a corazón abierto, es especialmente importante que vigile su peso. Las personas que tengan insuficiencia cardíaca deben estar atentas a un aumento de peso repentino, el cual indica retención de líquidos y una insuficiencia cardíaca que está empeorando. Las personas que han tenido cirugía a corazón abierto también deben prestar atención a un aumento de peso repentino/retención de líquidos que podrían indicar una complicación de la operación.