Información general sobre el cáncer de células de transición de pelvis renal y de uréter
El cáncer de células de transición de pelvis renal y de uréter es un tipo de cáncer que se forma en las células de transición de la pelvis renal y el uréter. Este tipo de cáncer también se llama cáncer de células transicionales o uroteliales.
Las células de transición son un tipo de célula que reviste el interior de la pelvis renal, los uréteres y otros órganos. Estas células se estiran cuando la pelvis renal o la vejiga se llenan de orina y se contraen cuando se vacía la orina. El cáncer de células de transición se forma en la pelvis renal, los uréteres o en ambas partes.
La pelvis renal es una zona en el centro de cada riñón donde se acumula la orina antes de que fluya hacia los uréteres, que son los tubos largos que conectan el riñón con la vejiga. Hay dos riñones, uno a cada lado de la columna vertebral, por encima de la cintura. Los riñones de un adulto tienen forma de frijol y miden alrededor de 5 pulgadas (12 a 13 cm) de largo por 3 pulgadas (7 a 8 cm) de ancho.
Estos órganos cumplen una función importante en el aparato urinario:
- Los riñones filtran y limpian la sangre al sacar los productos de desecho y el exceso de agua de la sangre para formar la orina.
- La orina se acumula en la pelvis renal del centro de cada riñón.
- La orina pasa desde la pelvis renal hasta la vejiga a través del uréter.
- La orina se almacena en la vejiga hasta que sale del cuerpo por la uretra.
El cáncer de células renales es un tipo más común de cáncer de riñón. Para obtener más información sobre este tipo de cáncer, consulte Tratamiento del cáncer de células renales.
Los antecedentes personales de cáncer de vejiga y el consumo de cigarrillos pueden aumentar el riesgo de cáncer de células de transición de pelvis renal y de uréter.
El cáncer de células de transición de pelvis renal y de uréter se debe a ciertos cambios en el funcionamiento de las células de transición en estos órganos, en especial, cómo se desarrollan y se dividen para formar nuevas células. Hay muchos factores de riesgo para el cáncer de células de transición de pelvis renal y de uréter, pero muchos de estos factores no causan cáncer de manera directa, sino que aumentan la probabilidad de que se produzcan daños en el ADN de las células, lo que puede originar un cáncer. Para obtener más información sobre cómo se forma el cáncer, consulte ¿Qué es el cáncer?
Un factor de riesgo es cualquier cosa que aumenta la probabilidad de presentar una enfermedad. Algunos factores de riesgo del cáncer de células de transición de pelvis renal y de uréter, como el consumo de cigarrillos, pueden controlarse. Sin embargo, otros factores de riesgo no se pueden cambiar, como los antecedentes médicos personales. Aprender sobre estos factores de riesgo puede ayudarle a hacer cambios para disminuir el riesgo de tener este tipo de cáncer.
Los factores de riesgo del cáncer de células de transición de pelvis renal y de uréter son los siguientes:
- Antecedentes personales de cáncer de vejiga.
- Consumo de cigarrillos.
- Consumo alto de ciertos tipos de medicamentos para el dolor, como la fenacetina.
- Exposición a ciertos tintes y productos químicos que se usan en la fabricación de artículos de cuero, textiles, plásticos y caucho.
Tener uno o más de estos factores de riesgo no significa que presentará cáncer de células de transición de pelvis renal y de uréter. Muchas personas con factores de riesgo nunca presentan este cáncer, mientras que otras sin factores de riesgo conocidos sí lo hacen. Hable con su médico si cree que tiene un riesgo alto.
Los signos y síntomas del cáncer de células de transición de pelvis renal y de uréter incluyen sangre en la orina y dolor de espalda.
En los estadios iniciales del cáncer de células de transición de pelvis renal y de uréter, es posible que no haya signos ni síntomas; pero a medida que el tumor crece pueden aparecer síntomas como los siguientes:
- Sangre en la orina.
- Dolor en la espalda que no mejora.
- Cansancio extremo.
- Pérdida de peso sin razón conocida.
- Orinar con frecuencia o dolor al orinar.
Es posible que otras afecciones que no son cáncer de células de transición de pelvis renal y de uréter también causen estos síntomas. Es importante consultar con el médico si tiene alguno de estos síntomas para averiguar la causa y comenzar el tratamiento si es necesario.
Para diagnosticar el cáncer de células de transición de pelvis renal y de uréter, se usan pruebas que examinan el abdomen y los riñones.
Además de preguntar sobre los antecedentes médicos personales y familiares, y de hacer un examen físico, es posible que el médico realice las siguientes pruebas y procedimientos:
- Análisis de orina: prueba para analizar el color de la orina y su contenido, como la cantidad de azúcar, proteínas, sangre y bacterias.
- Ureteroscopia: procedimiento para observar el interior del uréter y la pelvis renal a fin de verificar si hay áreas anormales. Un ureteroscopio es un instrumento delgado en forma de tubo con una luz y una lente para observar. Este instrumento se introduce a través de la uretra para llegar a la vejiga, el uréter y la pelvis renal. A veces, se usa una herramienta introducida en el ureteroscopio para tomar muestras de tejido y analizarlas al microscopio con el fin de detectar signos de enfermedad.

- Estudio citológico de la orina: prueba de laboratorio en la que la orina se examina al microscopio en busca de células anormales. A veces, en la orina se encuentran células cancerosas que se desprendieron de un cáncer de riñón, vejiga o uréter.
- Tomografía computarizada (TC): procedimiento en el que se usa una computadora conectada a una máquina de rayos X para tomar una serie de imágenes detalladas del interior del cuerpo desde ángulos diferentes. Se inyecta un tinte en una vena o se ingiere a fin de que los órganos o los tejidos se destaquen de forma más clara. Este procedimiento también se llama tomografía computadorizada, tomografía axial computarizada (TAC) o exploración por TAC.
- Ecografía: prueba para la que se hacen rebotar ondas de sonido de alta energía (ultrasónicas) en los tejidos u órganos internos a fin de producir ecos. Los ecos forman una imagen de los tejidos del cuerpo que se llama ecograma. En ocasiones se hace una ecografía del abdomen para ayudar a diagnosticar el cáncer de pelvis renal y de uréter.
- Imagen por resonancia magnética (IRM): procedimiento para el que se usa un imán, ondas de radio y una computadora a fin de crear una serie de imágenes detalladas de áreas del interior del cuerpo, como la pelvis. Este procedimiento también se llama imagen por resonancia magnética nuclear (IRMN).
- Biopsia: extracción de células o tejidos para que un patólogo los observe al microscopio y determine si hay signos de cáncer. La biopsia se puede hacer durante una ureteroscopia o cirugía.
Después de diagnosticar el cáncer de células de transición de pelvis renal y de uréter, se realizan pruebas para determinar si las células cancerosas se diseminaron dentro de la pelvis renal y el uréter o a otras partes del cuerpo.
La estadificación es el proceso que se usa para determinar si el cáncer se diseminó dentro de la pelvis renal y el uréter o a otras partes del cuerpo. La información que se obtiene del proceso de estadificación determina el estadio de la enfermedad. Es importante conocer los resultados de las pruebas de diagnóstico y estadificación para que usted y su médico planifiquen el tratamiento.
Es posible que también se usen las siguientes pruebas y procedimientos durante el proceso de estadificación:
- Radiografía del tórax: radiografía de los órganos y huesos del interior del tórax. Un rayo X es un tipo de haz de energía que puede atravesar el cuerpo y plasmarse en una película que muestra una imagen de áreas del interior del cuerpo.
- Tomografía por emisión de positrones (TEP): procedimiento para el que usa una pequeña cantidad de azúcar radiactiva (también llamada glucosa) que se inyecta en una vena y a continuación, se usa un escáner para crear imágenes computarizadas y detalladas de las áreas del interior del cuerpo donde la glucosa se acumuló. Las imágenes se usan para encontrar células cancerosas, ya que estas suelen absorber más glucosa que las células normales, lo que las hace más visibles.
- Gammagrafía ósea: procedimiento para verificar si hay células en los huesos que se multiplican rápido, como las células cancerosas. Se inyecta una cantidad muy pequeña de material radiactivo en una vena y este recorre el torrente sanguíneo. El material radiactivo se acumula en los huesos con cáncer y se detecta con un escáner.
Algunas personas deciden obtener una segunda opinión.
Quizás usted quiera una segunda opinión para confirmar el diagnóstico de cáncer y el plan de tratamiento. Para esto, necesitará los resultados de las pruebas y los informes del primer médico a fin de compartirlos con el profesional médico a quien usted vaya a pedir una segunda opinión. Durante la cita para obtener una segunda opinión, se revisará el informe de patología, las preparaciones de laboratorio y las imágenes antes de darle una recomendación. Es posible que esta coincida con las recomendaciones iniciales, se sugieran cambios u otros abordajes, o se le proporcione más información sobre el cáncer.
Para obtener más información sobre cómo elegir profesionales médicos y obtener una segunda opinión, consulte Búsqueda de tratamiento para el cáncer. Para obtener información en inglés o español sobre profesionales médicos, hospitales o una segunda opinión, comuníquese por teléfono, chat o correo electrónico con el Servicio de Información de Cáncer del Instituto Nacional del Cáncer. Para obtener información sobre preguntas que tal vez quiera hacer durante esta cita, consulte Preguntas para el médico sobre el cáncer.
Ciertos factores afectan el pronóstico (probabilidad de recuperación) y las opciones de tratamiento.
El pronóstico depende del estadio y el grado del tumor.
Las opciones de tratamiento dependen de los siguientes aspectos:
- Estadio y grado del tumor.
- Lugar dónde está el tumor.
- Si está sano el otro riñón del paciente.
- Si el cáncer recidivó (volvió).
La mayoría de los cánceres de células de transición de pelvis renal y de uréter se pueden curar si se detectan temprano.