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Inicio Centro de información Biblioteca del bienestar Tratamiento del melanoma infantil (PDQ®) : Tratamiento - información para profesionales de salud [NCI]

Tratamiento del melanoma infantil (PDQ®) : Tratamiento - información para profesionales de salud [NCI]

Esta información es producida y suministrada por el Instituto Nacional del Cáncer (NCI, por sus siglas en inglés). La información en este tema puede haber cambiado desde que se escribió. Para la información más actual, comuníquese con el Instituto Nacional del Cáncer a través del Internet en la página web http://cancer.gov o llame al 1-800-4-CANCER.

Incidencia

Incidencia

El melanoma, aunque poco frecuente, es el cáncer de piel más común en los niños, seguido del carcinoma de células basales y el carcinoma de células escamosas.[1,2,3,4,5,6,7,8] En un estudio retrospectivo de 22 524 informes patológicos de la piel de pacientes menores de 20 años, los investigadores identificaron 38 melanomas; entre ellos, 33 en pacientes de 15 a 19 años. Los investigadores del estudio informaron que fue necesario extirpar 479,8 lesiones para identificar 1 melanoma; esto es 20 veces más que la cantidad necesaria en la población adulta.[9]

En los Estados Unidos, se diagnostican alrededor de 400 melanomas cada año en pacientes menores de 20 años; cifra que representa menos del 1 % de todos los casos nuevos de melanoma.[10] La incidencia anual de melanoma en los Estados Unidos (2011–2015) aumenta con la edad, según se indica a continuación:[11]

  • Niños menores de 10 años: menos de 1,8 casos por millón.
  • Niños de 10 a 14 años: 3,2 casos por millón.
  • Niños y adolescentes de 15 a 19 años: 10,4 casos por millón.

El melanoma representa alrededor del 4 % de todos los cánceres en adolescentes de 15 a 19 años.[11,12]

La incidencia de melanoma infantil aumentó en promedio un 1,7 % por año entre 1975 y 1994,[11] pero disminuyó un 0,6 % por año desde 1995 hasta 2014.[13] El aumento de la exposición a la radiación ultravioleta ambiental incrementa el riesgo de contraer la enfermedad. Sin embargo, en una revisión de los datos del United States Surveillance, Epidemiology, and End Results Program de 2000 a 2010, se indicó que la incidencia del melanoma en niños y adolescentes disminuyó durante ese período.[14]

Referencias:

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  2. Fishman C, Mihm MC, Sober AJ: Diagnosis and management of nevi and cutaneous melanoma in infants and children. Clin Dermatol 20 (1): 44-50, 2002 Jan-Feb.
  3. Hamre MR, Chuba P, Bakhshi S, et al.: Cutaneous melanoma in childhood and adolescence. Pediatr Hematol Oncol 19 (5): 309-17, 2002 Jul-Aug.
  4. Ceballos PI, Ruiz-Maldonado R, Mihm MC: Melanoma in children. N Engl J Med 332 (10): 656-62, 1995.
  5. Schmid-Wendtner MH, Berking C, Baumert J, et al.: Cutaneous melanoma in childhood and adolescence: an analysis of 36 patients. J Am Acad Dermatol 46 (6): 874-9, 2002.
  6. Pappo AS: Melanoma in children and adolescents. Eur J Cancer 39 (18): 2651-61, 2003.
  7. Huynh PM, Grant-Kels JM, Grin CM: Childhood melanoma: update and treatment. Int J Dermatol 44 (9): 715-23, 2005.
  8. Christenson LJ, Borrowman TA, Vachon CM, et al.: Incidence of basal cell and squamous cell carcinomas in a population younger than 40 years. JAMA 294 (6): 681-90, 2005.
  9. Moscarella E, Zalaudek I, Cerroni L, et al.: Excised melanocytic lesions in children and adolescents - a 10-year survey. Br J Dermatol 167 (2): 368-73, 2012.
  10. National Cancer Institute: SEER Stat Fact Sheets: Melanoma of the Skin. Bethesda, Md: National Cancer Institute. Available online. Last accessed January 10, 2023.
  11. Childhood cancer by the ICCC. In: Howlader N, Noone AM, Krapcho M, et al., eds.: SEER Cancer Statistics Review (CSR) 1975-2014. National Cancer Institute, Section 29. Also available online. Last accessed October 05, 2020.
  12. Bleyer A, O'Leary M, Barr R, et al., eds.: Cancer Epidemiology in Older Adolescents and Young Adults 15 to 29 Years of Age, Including SEER Incidence and Survival: 1975-2000. National Cancer Institute, 2006. NIH Pub. No. 06-5767. Available online. Last accessed October 14, 2022.
  13. Wong JR, Harris JK, Rodriguez-Galindo C, et al.: Incidence of childhood and adolescent melanoma in the United States: 1973-2009. Pediatrics 131 (5): 846-54, 2013.
  14. Campbell LB, Kreicher KL, Gittleman HR, et al.: Melanoma Incidence in Children and Adolescents: Decreasing Trends in the United States. J Pediatr 166 (6): 1505-13, 2015.
Factores de riesgo

Factores de riesgo

Las afecciones relacionadas con un aumento del riesgo de melanoma en niños y adolescentes son las siguientes:

  • Nevos melanocíticos gigantes.[1]
  • Xeroderma pigmentoso. Un trastorno recesivo poco frecuente que se caracteriza por una sensibilidad extrema a la luz del sol, queratosis y diferentes manifestaciones neurológicas.[1] (Para obtener más información sobre el xeroderma pigmentoso, consultar el sumario del PDQ Genética del cáncer de piel).
  • Inmunodeficiencia o inmunodepresión.[2]
  • Retinoblastoma hereditario.[3]
  • Síndrome de Werner.[4,5]
  • Melanosis neurocutánea. Trastorno infrecuente que surge en el contexto de nevos melanocíticos congénitos y se asocia a nevos congénitos grandes o múltiples en la piel vinculados a melanosis meníngea o melanoma. Alrededor del 2,5 % de los pacientes con nevos congénitos grandes presentan esta afección; el riesgo es más alto en quienes tienen muchos nevos satelitales.[6,7]

    Los pacientes con melanoma de sistema nervioso central en el entorno del síndrome de nevos melanocíticos congénitos tienen un pronóstico desfavorable y una mortalidad del 100 %. Muchos de estos pacientes presentan mutaciones en NRAS; por lo tanto, hay una posible justificación para el tratamiento con inhibidores de la vía de las proteínas cinasas activadas por mitógenos. Se observó una mejora sintomática transitoria en 4 niños que recibieron un inhibidor de MEK, pero todos los pacientes murieron debido a progresión de la enfermedad.[8]

Otros rasgos fenotípicos relacionados con un aumento del riesgo de melanoma en adultos que también se documentaron en niños y adolescentes con melanoma son los siguientes:[9,10,11,12,13,14,15]

  • Exposición a luz solar ultravioleta (UV).
  • Cabello rojo.
  • Ojos azules.
  • Incapacidad de broncearse.
  • Pecas.
  • Nevos displásicos.
  • Aumento del número de nevos melanocíticos.
  • Antecedentes familiares de melanoma.

Un consorcio internacional realizó una revisión retrospectiva de las variantes germinales en el gen MC1R.[16] Los investigadores analizaron los datos de 233 pacientes jóvenes (edad ≤20 años), 932 pacientes adultos (edad ≥35 años) y 932 adultos sanos que sirvieron como grupo de control. Las variantes en MC1R fueron más prevalentes en el melanoma de niños y adolescentes que en el melanoma de adultos; sobre todo, en pacientes de 18 años o menos.

El melanoma familiar explica del 8 % al 12 % de los casos de melanoma. Se han descrito mutaciones germinales en p16 en hasta un 7 % de las familias con 2 familiares de primer grado afectados por melanoma, y en hasta un 80 % de las familias con 1 miembro afectado por múltiples melanomas primarios.[17]

En un estudio prospectivo de 60 familias con más de 3 miembros con melanoma,[18] se encontró que la mitad de estas familias tenía una mutación germinal en CDKN2A. Con independencia del estadio de CDKN2A, el porcentaje de pacientes con melanoma infantil en las familias con predisposición al melanoma es entre 6 y 28 veces el porcentaje de la población general de pacientes con melanoma en los Estados Unidos. En las familias con resultado positivo para una mutación en CDKN2A, los niños con melanoma exhibieron una propensión significativa a tener múltiples melanomas en el momento del diagnóstico, en comparación con los familiares mayores de 20 años (71 % vs. 38 %, respectivamente; P = 0,004). Las familias con resultado positivo para una mutación en CDKN2A tuvieron porcentajes significativamente más altos de pacientes pediátricos con melanoma en comparación con las familias negativas para una mutación en CDKN2A (11,1 % vs. 2,5 %, respectivamente; P = 0,004).

Referencias:

  1. Ceballos PI, Ruiz-Maldonado R, Mihm MC: Melanoma in children. N Engl J Med 332 (10): 656-62, 1995.
  2. Pappo AS: Melanoma in children and adolescents. Eur J Cancer 39 (18): 2651-61, 2003.
  3. Kleinerman RA, Tucker MA, Tarone RE, et al.: Risk of new cancers after radiotherapy in long-term survivors of retinoblastoma: an extended follow-up. J Clin Oncol 23 (10): 2272-9, 2005.
  4. Shibuya H, Kato A, Kai N, et al.: A case of Werner syndrome with three primary lesions of malignant melanoma. J Dermatol 32 (9): 737-44, 2005.
  5. Kleinerman RA, Yu CL, Little MP, et al.: Variation of second cancer risk by family history of retinoblastoma among long-term survivors. J Clin Oncol 30 (9): 950-7, 2012.
  6. Hale EK, Stein J, Ben-Porat L, et al.: Association of melanoma and neurocutaneous melanocytosis with large congenital melanocytic naevi--results from the NYU-LCMN registry. Br J Dermatol 152 (3): 512-7, 2005.
  7. Makkar HS, Frieden IJ: Neurocutaneous melanosis. Semin Cutan Med Surg 23 (2): 138-44, 2004.
  8. Kinsler VA, O'Hare P, Jacques T, et al.: MEK inhibition appears to improve symptom control in primary NRAS-driven CNS melanoma in children. Br J Cancer 116 (8): 990-993, 2017.
  9. Heffernan AE, O'Sullivan A: Pediatric sun exposure. Nurse Pract 23 (7): 67-8, 71-8, 83-6, 1998.
  10. Berg P, Lindelöf B: Differences in malignant melanoma between children and adolescents. A 35-year epidemiological study. Arch Dermatol 133 (3): 295-7, 1997.
  11. Elwood JM, Jopson J: Melanoma and sun exposure: an overview of published studies. Int J Cancer 73 (2): 198-203, 1997.
  12. Strouse JJ, Fears TR, Tucker MA, et al.: Pediatric melanoma: risk factor and survival analysis of the surveillance, epidemiology and end results database. J Clin Oncol 23 (21): 4735-41, 2005.
  13. Whiteman DC, Valery P, McWhirter W, et al.: Risk factors for childhood melanoma in Queensland, Australia. Int J Cancer 70 (1): 26-31, 1997.
  14. Tucker MA, Fraser MC, Goldstein AM, et al.: A natural history of melanomas and dysplastic nevi: an atlas of lesions in melanoma-prone families. Cancer 94 (12): 3192-209, 2002.
  15. Ducharme EE, Silverberg NB: Pediatric malignant melanoma: an update on epidemiology, detection, and prevention. Cutis 84 (4): 192-8, 2009.
  16. Pellegrini C, Botta F, Massi D, et al.: MC1R variants in childhood and adolescent melanoma: a retrospective pooled analysis of a multicentre cohort. Lancet Child Adolesc Health 3 (5): 332-342, 2019.
  17. Soufir N, Avril MF, Chompret A, et al.: Prevalence of p16 and CDK4 germline mutations in 48 melanoma-prone families in France. The French Familial Melanoma Study Group. Hum Mol Genet 7 (2): 209-16, 1998.
  18. Goldstein AM, Stidd KC, Yang XR, et al.: Pediatric melanoma in melanoma-prone families. Cancer 124 (18): 3715-3723, 2018.
Pronóstico y factores pronósticos

Pronóstico y factores pronósticos

El melanoma infantil comparte muchas características con el melanoma en adultos, y el pronóstico depende del estadio.[1] Del mismo modo que en los adultos, la mayoría de los casos pediátricos (cerca del 75 %) son localizados y tienen un desenlace excelente.[2,3,4] Se espera que más del 90 % de los niños y adolescentes con melanoma estén vivos 5 años después del diagnóstico inicial.[1,3,5,6]

El desenlace para los pacientes con enfermedad ganglionar es intermedio, se anticipa que cerca del 60 % sobrevivan a largo plazo.[3,4,5] En un estudio, el desenlace para los pacientes con enfermedad metastásica fue favorable,[3] pero no se logró duplicar este resultado en otro estudio de la National Cancer Database.[5]

Los niños menores de 10 años con melanoma a menudo tienen características de pronóstico precario, en su mayoría no son blancos, tienen tumores primarios de cabeza y cuello, lesiones primarias más gruesas, incidencia más alta de invasión vascular de tipo morfológico spitzoide y metástasis ganglionares, además es más frecuente que presenten síndromes que predisponen al melanoma.[1,3,5,7]

El uso de una biopsia del ganglio linfático centinela para la estadificación del melanoma infantil está generalizado; el grosor del tumor primario, así como la ulceración, se correlacionaron con una incidencia más alta de compromiso ganglionar.[8] Los datos de estudios que tratan sobre el compromiso ganglionar y la ausencia de efecto en el desenlace son los siguientes:

  • Los pacientes más jóvenes presentan una incidencia más alta de compromiso ganglionar; pero este hallazgo no afecta significativamente los desenlaces clínicos.[7,9]
  • En otra serie de melanoma infantil, una incidencia más alta de compromiso ganglionar no afectó la supervivencia.[10,11,12]
  • En un estudio de cohorte retrospectivo de la National Cancer Database, se revisaron todos los registros de los pacientes con un diagnóstico inicial de melanoma entre 1998 y 2011. Los datos se obtuvieron de historias clínicas, informes quirúrgicos, e informes de patología y no se sometieron a revisión central. Se identificaron 350 928 pacientes con información adecuada; 306 pacientes tenían entre 1 y 10 años (niños), y 3659 pacientes tenían entre 11 y 20 años (adolescentes).[13] Los niños presentaron una supervivencia general (SG) más larga que los adolescentes (cociente de riesgos instantáneos [CRI], 0,50; intervalo de confianza [IC] 95 %, 0,25–0,98) y los adultos mayores de 20 años (CRI, 0,11; IC 95 %, 0,06–0,21). Los adolescentes tuvieron una SG más larga que los adultos. No se encontraron diferencias en la SG entre los niños con compromiso ganglionar y sin este. En los niños, la biopsia de ganglio linfático centinela y la disección ganglionar completa no se relacionaron con un aumento de la SG. En los adolescentes, el compromiso ganglionar fue un factor de pronóstico adverso significativo (CRI, 4,82; IC 95 %, 3,38–6,87).[13]

La relación del grosor con el desenlace clínico del melanoma infantil es objeto de controversia.[3,4,5,14,15,16,17,18] Además, no resulta claro por qué algunas variables que se correlacionan con la supervivencia en los adultos no se repiten en los niños. Una explicación de esta diferencia podría ser la inclusión de pacientes con lesiones que no son verdaderos melanomas en la serie de adultos, si se considera la problemática distinción histológica entre un melanoma verdadero y las lesiones melanocíticas con potencial maligno desconocido. Estos pacientes no se incluyen en los ensayos pediátricos.[19,20]

El European Cooperative Study Group for Pediatric Rare Tumors que es parte del proyecto PARTNER (Paediatric Rare Tumours Network - European Registry) publicó recomendaciones para el diagnóstico y tratamiento de niños y adolescentes con melanoma cutáneo. Algunas de estas recomendaciones se han incorporado y resumido en las secciones que siguen.[21]

Referencias:

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  2. Wong JR, Harris JK, Rodriguez-Galindo C, et al.: Incidence of childhood and adolescent melanoma in the United States: 1973-2009. Pediatrics 131 (5): 846-54, 2013.
  3. Strouse JJ, Fears TR, Tucker MA, et al.: Pediatric melanoma: risk factor and survival analysis of the surveillance, epidemiology and end results database. J Clin Oncol 23 (21): 4735-41, 2005.
  4. Brecht IB, Garbe C, Gefeller O, et al.: 443 paediatric cases of malignant melanoma registered with the German Central Malignant Melanoma Registry between 1983 and 2011. Eur J Cancer 51 (7): 861-8, 2015.
  5. Lange JR, Palis BE, Chang DC, et al.: Melanoma in children and teenagers: an analysis of patients from the National Cancer Data Base. J Clin Oncol 25 (11): 1363-8, 2007.
  6. Howlader N, Noone AM, Krapcho M, et al., eds.: SEER Cancer Statistics Review, 1975-2010. National Cancer Institute, 2013. Also available online. Last accessed October 05, 2020.
  7. Moore-Olufemi S, Herzog C, Warneke C, et al.: Outcomes in pediatric melanoma: comparing prepubertal to adolescent pediatric patients. Ann Surg 253 (6): 1211-5, 2011.
  8. Mu E, Lange JR, Strouse JJ: Comparison of the use and results of sentinel lymph node biopsy in children and young adults with melanoma. Cancer 118 (10): 2700-7, 2012.
  9. Balch CM, Soong SJ, Gershenwald JE, et al.: Age as a prognostic factor in patients with localized melanoma and regional metastases. Ann Surg Oncol 20 (12): 3961-8, 2013.
  10. Gibbs P, Moore A, Robinson W, et al.: Pediatric melanoma: are recent advances in the management of adult melanoma relevant to the pediatric population. J Pediatr Hematol Oncol 22 (5): 428-32, 2000 Sep-Oct.
  11. Livestro DP, Kaine EM, Michaelson JS, et al.: Melanoma in the young: differences and similarities with adult melanoma: a case-matched controlled analysis. Cancer 110 (3): 614-24, 2007.
  12. Han D, Zager JS, Han G, et al.: The unique clinical characteristics of melanoma diagnosed in children. Ann Surg Oncol 19 (12): 3888-95, 2012.
  13. Lorimer PD, White RL, Walsh K, et al.: Pediatric and Adolescent Melanoma: A National Cancer Data Base Update. Ann Surg Oncol 23 (12): 4058-4066, 2016.
  14. Rao BN, Hayes FA, Pratt CB, et al.: Malignant melanoma in children: its management and prognosis. J Pediatr Surg 25 (2): 198-203, 1990.
  15. Aldrink JH, Selim MA, Diesen DL, et al.: Pediatric melanoma: a single-institution experience of 150 patients. J Pediatr Surg 44 (8): 1514-21, 2009.
  16. Tcheung WJ, Marcello JE, Puri PK, et al.: Evaluation of 39 cases of pediatric cutaneous head and neck melanoma. J Am Acad Dermatol 65 (2): e37-42, 2011.
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  18. Stanelle EJ, Busam KJ, Rich BS, et al.: Early-stage non-Spitzoid cutaneous melanoma in patients younger than 22 years of age at diagnosis: long-term follow-up and survival analysis. J Pediatr Surg 50 (6): 1019-23, 2015.
  19. Lohmann CM, Coit DG, Brady MS, et al.: Sentinel lymph node biopsy in patients with diagnostically controversial spitzoid melanocytic tumors. Am J Surg Pathol 26 (1): 47-55, 2002.
  20. Su LD, Fullen DR, Sondak VK, et al.: Sentinel lymph node biopsy for patients with problematic spitzoid melanocytic lesions: a report on 18 patients. Cancer 97 (2): 499-507, 2003.
  21. Ferrari A, Lopez Almaraz R, Reguerre Y, et al.: Cutaneous melanoma in children and adolescents: The EXPeRT/PARTNER diagnostic and therapeutic recommendations. Pediatr Blood Cancer 68 (Suppl 4): e28992, 2021.
Evaluación diagnóstica

Evaluación diagnóstica

La evaluación diagnóstica del melanoma incluye los siguientes procedimientos:

  • Biopsia o extirpación. La biopsia o extirpación es necesaria para diagnosticar cualquier cáncer de piel y decidir el tratamiento adicional. Aunque los carcinomas de células basales y los carcinoma de células escamosas por lo general se curan con cirugía sola, el melanoma exige mayor consideración por su potencial de metástasis. El ancho de los márgenes quirúrgicos del melanoma se determina según el sitio, el tamaño y el grosor de la lesión; y oscila entre 0,5 cm para las lesiones in situ y 2 cm o más para las lesiones más gruesas.[1] Para lograr márgenes limpios en los niños, en algunos casos particulares, quizás se necesite hacer una extirpación amplia con injerto de piel.
  • Evaluación ganglionar. El examen ganglionar regional mediante biopsia de ganglio linfático centinela se ha vuelto un procedimiento de rutina en muchos centros.[2,3] Y se recomienda obtener esta biopsia en los pacientes con lesiones que miden 0,8 cm o más,[4] así como en los pacientes con lesiones de menos de 0,8 cm pero con ulceración u otras características desfavorables como invasión linfovascular, tasa mitótica alta, edad temprana o biopsia con márgenes positivos para compromiso tumoral.[2,4,5,6,7] Sin embargo, las indicaciones para este procedimiento en pacientes con melanomas spitzoides no se han definido con claridad. En una revisión sistemática de 541 pacientes con tumores de Spitz atípicos, 303 (56 %) se sometieron a biopsia de ganglio centinela y 119 (39 %) tenían compromiso de un ganglio centinela; mediante la disección ganglionar adicional en 97 de estos pacientes, se descubrieron más ganglios con cáncer en 18 pacientes (19 %).[8] A pesar de la incidencia alta de metástasis ganglionares, solo 6 pacientes presentaron enfermedad diseminada; esto cuestiona el beneficio pronóstico y terapéutico de este procedimiento en los niños con estas lesiones. En el futuro, los marcadores moleculares, como la presencia de mutaciones en el promotor de TERT quizás ayuden a identificar qué pacientes se podrían beneficiar de este procedimiento.[9]

    La función que desempeña la disección ganglionar completa después del hallazgo de compromiso en un ganglio linfático centinela, y la utilidad de las terapias adyuvantes en estos pacientes se describe en la sección Tratamiento del melanoma infantil en este sumario.

    Los pacientes que presentan melanoma clásico o de tipo adulto deben someterse a evaluaciones de laboratorio y con imágenes a partir de las directrices para adultos (para obtener más información, consultar la sección de Información sobre los estadios del melanoma en el sumario del PDQ Tratamiento del melanoma). En contraste, los pacientes con diagnóstico de melanoma spitzoide tienen un riesgo bajo de recidiva y desenlaces clínicos excelentes, por lo tanto no necesita una evaluación radiográfica extensa en el momento del diagnóstico ni durante el seguimiento.[10]

El diagnóstico del melanoma infantil a veces es difícil y muchas de estas lesiones se confunden con las lesiones melanocíticas con potencial maligno desconocido.[11] En cuanto a sus características biológicas, estas lesiones son diferentes del melanoma y de los nevos benignos.[11,12] Los términos nevo de Spitz y melanoma spitzoide, que también se usan mucho, crean más confusión. En un estudio retrospectivo se encontró que los niños de 10 años o más eran más propensos a presentar lesiones amelanóticas, hemorragia, color uniforme, diámetro variable y elevación (protuberancia nueva).[13][Nivel de evidencia C1]

Referencias:

  1. Ceballos PI, Ruiz-Maldonado R, Mihm MC: Melanoma in children. N Engl J Med 332 (10): 656-62, 1995.
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  3. Kayton ML, La Quaglia MP: Sentinel node biopsy for melanocytic tumors in children. Semin Diagn Pathol 25 (2): 95-9, 2008.
  4. Ferrari A, Lopez Almaraz R, Reguerre Y, et al.: Cutaneous melanoma in children and adolescents: The EXPeRT/PARTNER diagnostic and therapeutic recommendations. Pediatr Blood Cancer 68 (Suppl 4): e28992, 2021.
  5. Swetter SM, Thompson JA, Albertini MR, et al.: NCCN Guidelines® Insights: Melanoma: Cutaneous, Version 2.2021. J Natl Compr Canc Netw 19 (4): 364-376, 2021.
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  8. Lallas A, Kyrgidis A, Ferrara G, et al.: Atypical Spitz tumours and sentinel lymph node biopsy: a systematic review. Lancet Oncol 15 (4): e178-83, 2014.
  9. Lee S, Barnhill RL, Dummer R, et al.: TERT Promoter Mutations Are Predictive of Aggressive Clinical Behavior in Patients with Spitzoid Melanocytic Neoplasms. Sci Rep 5: 11200, 2015.
  10. Halalsheh H, Kaste SC, Navid F, et al.: The role of routine imaging in pediatric cutaneous melanoma. Pediatr Blood Cancer 65 (12): e27412, 2018.
  11. Berk DR, LaBuz E, Dadras SS, et al.: Melanoma and melanocytic tumors of uncertain malignant potential in children, adolescents and young adults--the Stanford experience 1995-2008. Pediatr Dermatol 27 (3): 244-54, 2010 May-Jun.
  12. Cerroni L, Barnhill R, Elder D, et al.: Melanocytic tumors of uncertain malignant potential: results of a tutorial held at the XXIX Symposium of the International Society of Dermatopathology in Graz, October 2008. Am J Surg Pathol 34 (3): 314-26, 2010.
  13. Cordoro KM, Gupta D, Frieden IJ, et al.: Pediatric melanoma: results of a large cohort study and proposal for modified ABCD detection criteria for children. J Am Acad Dermatol 68 (6): 913-25, 2013.
Características moleculares

Características moleculares

Las afecciones relacionadas con el melanoma que tienen potencial maligno y surgen en la población pediátrica se clasifican en tres grupos generales:[1]

  • Nevo melanocítico congénito gigante.
  • Tumores melanocíticos spitzoides, que incluyen desde los tumores de Spitz atípicos hasta los melanomas spitzoides.
  • Melanoma en adolescentes mayores que comparte características con el melanoma en adultos (es decir, melanoma clásico).

Las características genómicas de cada tipo de tumor se resumen en el Cuadro 1.

El panorama genómico del melanoma clásico en niños se caracteriza por muchas de las alteraciones genómicas que se encuentran en los adultos con melanoma.[1] En un informe del Pediatric Cancer Genome Project se describió que 15 casos de melanoma clásico presentaron una carga elevada de variaciones somáticas de un solo nucleótido, mutaciones en el promotor de TERT (12 de 13) y mutaciones BRAFV600 activadoras (13 de 15), así como un grupo de mutaciones características que son compatibles con el daño de la luz ultravioleta (UV). Además, dos tercios de los casos presentaban variantes de MC1R relacionadas con aumento de la susceptibilidad al melanoma. En un estudio australiano se comparó la secuenciación de genoma completo de melanomas en adolescentes y adultos jóvenes (intervalo de edad, 15–30 años) con la secuenciación de melanomas de adultos mayores.[2] La frecuencia de mutaciones somáticas en BRAF (96 %) y PTEN (36 %) en la cohorte de adolescentes y adultos jóvenes fue el doble de las tasas observadas en la cohorte de adultos. Los melanomas en adolescentes y adultos jóvenes exhiben una proporción más alta de firmas mutacionales no relacionadas con la radiación UV (como proporción del total de carga mutacional) que los melanomas de adultos mayores.

El panorama genómico de los melanomas spitzoides se caracteriza por fusiones de los genes de cinasas que afectan varios genes, entre ellos, RET, MAP3K8ROS1, NTRK1, ALK, MET y BRAF.[3,4,5,6] Estos genes de fusión se notificaron en cerca del 50 % de los casos y se presentan de manera mutuamente excluyente.[1,4] Las mutaciones en el promotor de TERT son poco frecuentes en las lesiones melanocíticas spitzoides y solo se observaron en 4 de 56 pacientes evaluados en una serie. No obstante, los 4 casos con mutaciones en el promotor de TERT presentaron metástasis hematógenas y murieron a causa de la enfermedad. Este hallazgo respalda el potencial de las mutaciones en el promotor de TERT como factor predisponente del comportamiento clínico maligno en niños con neoplasias melanocíticas spitzoides, pero se necesita más estudio para definir la función del estado del promotor de TERT natural como factor predisponente del comportamiento clínico en pacientes con tumores spitzoides en el sitio primario.

Se informó que los nevos melanocíticos congénitos gigantes tienen mutaciones activadoras NRAS Q61, y no se observan otras mutaciones recurrentes.[7] También se notificó mosaicismo somático de las mutaciones NRAS Q61 en pacientes con múltiples nevos melanocíticos congénitos y neuromelanosis.[8]

Es difícil establecer el diagnóstico exacto de las lesiones melanocíticas infantiles, en especial de aquellas clasificadas como lesiones de Spitz. La evaluación morfológica sola tiene limitaciones importantes, y hay poco consenso entre los evaluadores expertos.[9]

Al integrar el análisis genómico en la evaluación de las lesiones melanocíticas infantiles es posible optimizar la exactitud del diagnóstico y obtener información pronóstica de importancia para el médico que administra el tratamiento. En un registro prospectivo de 70 pacientes con lesiones melanocíticas infantiles, el uso de una evaluación clinicopatológica y genómica integral optimizó el diagnóstico patológico y mejoró la capacidad de predecir desenlaces clínicos en estos pacientes. Los pacientes con tumores de Spitz atípicos o melanomas de Spitz eran más jóvenes y por lo general los tumores estaban en las extremidades. Las lesiones genómicas de estos pacientes se caracterizaron por fusiones de cinasas que a menudo afectaban los genes MAP3K8 y ALK. A pesar de que el 62 % de los pacientes a los que se les tomaron muestras de ganglios linfáticos tenía enfermedad ganglionar, ninguno presentó metástasis a distancia y 2 tuvieron recidivas locorregionales. De los 33 pacientes analizados, ninguno presentó mutaciones en el promotor de TERT. Sin embargo, 15 pacientes tuvieron deleciones de CDKN2A. Estos hallazgos indican que las mutaciones en el promotor de TERT quizás sean un factor pronóstico más acertado del comportamiento clínico agresivo (formación de metástasis) de estas lesiones. Los pacientes con melanoma clásico (n = 17) eran mayores y con más frecuencia sus tumores se encontraban en el cuero cabelludo o el torso. De 12 pacientes, 7 presentaban compromiso de ganglio centinela, y las anomalías genómicas de 11 de 17 pacientes revelaron mutaciones BRAFV600E. De 16 pacientes, 7 tenían mutaciones en el promotor de TERT y 3 de estos pacientes murieron por esta enfermedad. De los 4 pacientes con melanoma que surgió a partir de un nevo gigante, todos tenían mutaciones NRAS Q61 y fallecieron por la enfermedad.[10]

En otro estudio, 128 lesiones se clasificaron como tumores de Spitz de acuerdo a sus características morfológicas (80 tumores de Spitz, 26 melanomas de Spitz, 22 melanomas con características de tipo Spitz). Se presentaron fusiones o truncamientos de cinasas en el 81 % de los casos de tumores de Spitz y en el 77 % de los casos de melanomas de Spitz. En comparación, el 84 % de los melanomas con características de tipo Spitz tenían mutaciones en BRAF, NRAS o NF1, y el 61 % de estos tenía mutaciones en el promotor de TERT. Entre los pacientes del grupo de tumores de Spitz cuyos melanomas recidivaron, 1 paciente con mutación BRAFV600E y mutación en el promotor de TERT presentó una recidiva a distancia y murió. Otro paciente con una fusión de MAP3K8 tuvo una recidiva local. De los pacientes con melanoma de Spitz, 2 presentaron recidivas y ambos tenían mutaciones BRAFV600. De los 3 pacientes del grupo de melanoma con características spitzoides que presentaron recidiva, todos tenían una mutación en BRAF o en NRAS y mutaciones simultáneas en el promotor de TERT. Después de reclasificar estos pacientes según sus características clínicas y genómicas, y de añadir las mutaciones en BRAF o en NRAS dentro de la categoría de melanoma con características de tipo Spitz, se pudo observar una diferencia significativa en las tasas de supervivencia sin recidiva entre los grupos con tumores de Spitz. Estos hallazgos indican que la incorporación de las características genómicas permite mejorar la clasificación de las lesiones.[11]

Cuadro 1. Características de las lesiones melanocíticas
Tumor Genes afectados
Melanoma BRAF,NRAS,KIT,NF1
Melanoma de Spitz Fusión de cinasas (RET,ROS,MET,ALK,BRAF,MAP3K8NTRK1); pérdida deBAP1en presencia de una mutación enBRAF
Nevo de Spitz HRAS;BRAFyNRAS(infrecuentes); fusiones de cinasas (ROS,ALK,NTRK1,BRAF,RET,MAP3K8)
Nevo adquirido BRAF
Nevo displásico BRAF,NRAS
Nevo azul GNAQ
Melanoma ocular GNAQ
Nevos congénito NRAS

Referencias:

  1. Lu C, Zhang J, Nagahawatte P, et al.: The genomic landscape of childhood and adolescent melanoma. J Invest Dermatol 135 (3): 816-23, 2015.
  2. Wilmott JS, Johansson PA, Newell F, et al.: Whole genome sequencing of melanomas in adolescent and young adults reveals distinct mutation landscapes and the potential role of germline variants in disease susceptibility. Int J Cancer 144 (5): 1049-1060, 2019.
  3. Wiesner T, He J, Yelensky R, et al.: Kinase fusions are frequent in Spitz tumours and spitzoid melanomas. Nat Commun 5: 3116, 2014.
  4. Lee S, Barnhill RL, Dummer R, et al.: TERT Promoter Mutations Are Predictive of Aggressive Clinical Behavior in Patients with Spitzoid Melanocytic Neoplasms. Sci Rep 5: 11200, 2015.
  5. Yeh I, Botton T, Talevich E, et al.: Activating MET kinase rearrangements in melanoma and Spitz tumours. Nat Commun 6: 7174, 2015.
  6. Newman S, Fan L, Pribnow A, et al.: Clinical genome sequencing uncovers potentially targetable truncations and fusions of MAP3K8 in spitzoid and other melanomas. Nat Med 25 (4): 597-602, 2019.
  7. Charbel C, Fontaine RH, Malouf GG, et al.: NRAS mutation is the sole recurrent somatic mutation in large congenital melanocytic nevi. J Invest Dermatol 134 (4): 1067-74, 2014.
  8. Kinsler VA, Thomas AC, Ishida M, et al.: Multiple congenital melanocytic nevi and neurocutaneous melanosis are caused by postzygotic mutations in codon 61 of NRAS. J Invest Dermatol 133 (9): 2229-36, 2013.
  9. Gerami P, Busam K, Cochran A, et al.: Histomorphologic assessment and interobserver diagnostic reproducibility of atypical spitzoid melanocytic neoplasms with long-term follow-up. Am J Surg Pathol 38 (7): 934-40, 2014.
  10. Pappo AS, McPherson V, Pan H, et al.: A prospective, comprehensive registry that integrates the molecular analysis of pediatric and adolescent melanocytic lesions. Cancer 127 (20): 3825-3831, 2021.
  11. Quan VL, Zhang B, Zhang Y, et al.: Integrating Next-Generation Sequencing with Morphology Improves Prognostic and Biologic Classification of Spitz Neoplasms. J Invest Dermatol 140 (8): 1599-1608, 2020.
Consideraciones especiales para el tratamiento de niños con cáncer

Consideraciones especiales para el tratamiento de niños con cáncer

El cáncer en niños y adolescentes es infrecuente, aunque desde 1975 se ha observado un aumento gradual de la incidencia general.[1] Se debe considerar la derivación a centros médicos que cuenten con un equipo multidisciplinario de especialistas en oncología con experiencia en el tratamiento de los cánceres que se presentan en la niñez y la adolescencia. Este equipo multidisciplinario incorpora la pericia de los siguientes profesionales de atención de la salud y otros para asegurar que los niños reciban el tratamiento, los cuidados médicos de apoyo y la rehabilitación que les permitan lograr una supervivencia y calidad de vida óptimas:

  • Médicos de atención primaria.
  • Cirujanos pediatras.
  • Radioncólogos.
  • Oncólogos o hematólogos pediatras.
  • Especialistas en rehabilitación.
  • Enfermeros especializados en pediatría.
  • Trabajadores sociales.
  • Profesionales de la vida infantil.
  • Psicólogos.

(Para obtener información específica sobre los cuidados médicos de apoyo para niños y adolescentes con cáncer, consultar los sumarios del PDQ sobre Cuidados médicos de apoyo y cuidados paliativos).

La American Academy of Pediatrics estableció pautas para los centros de oncología pediátrica y su función en el tratamiento de los pacientes de cáncer infantil.[2] En estos centros de oncología pediátrica, se dispone de ensayos clínicos para la mayoría de los tipos de cáncer que se presentan en niños y adolescentes, y se ofrece la oportunidad de participar a la mayoría de los pacientes y familiares. Por lo general, los ensayos clínicos para los niños y adolescentes con cáncer se diseñan a fin de comparar un tratamiento que parece mejor con el tratamiento estándar actual. La mayoría de los avances en la identificación de tratamientos curativos para los cánceres infantiles se lograron mediante ensayos clínicos. Para obtener más información sobre ensayos clínicos en curso, consultar el portal de Internet del NCI.

Se han logrado mejoras notables en la supervivencia de niños y adolescentes con cáncer. Entre 1975 y 2010, la mortalidad por cáncer infantil disminuyó en más del 50 %.[3] Los niños y adolescentes sobrevivientes de cáncer necesitan un seguimiento minucioso, ya que es posible que los efectos secundarios del tratamiento del cáncer persistan o se presenten meses o años después de este. (Para obtener información específica sobre la incidencia, el tipo y la vigilancia de los efectos tardíos en niños y adolescentes sobrevivientes de cáncer, consultar el sumario del PDQ Efectos tardíos del tratamiento anticanceroso en la niñez).

El cáncer infantil es una enfermedad rara con cerca de 15 000 casos anuales diagnosticados antes de los 20 años de edad en los Estados Unidos.[4] En la Rare Diseases Act of 2002 de los Estados Unidos se define una enfermedad rara como la que afecta a poblaciones de menos de 200 000 personas. Por lo tanto, todos los cánceres infantiles se consideran enfermedades raras.

La designación de un tumor raro es diferente entre los grupos pediátricos y de adultos. En el caso de los adultos, se considera que un cáncer es raro cuando su incidencia anual es inferior a 6 casos por 100 000 personas. Representan hasta el 24 % de los cánceres diagnosticados en la Unión Europea y alrededor del 20 % de los cánceres diagnosticados en los Estados Unidos.[5,6] Además, tal como se indica a continuación, la designación de un tumor raro en la niñez no es uniforme entre los grupos internacionales:

  • En una iniciativa conjunta de la European Union Joint Action on Rare Cancers y el European Cooperative Study Group for Rare Pediatric Cancers se estimó que el 11 % de todos los cánceres en pacientes menores de 20 años se podrían clasificar como muy raros. Este grupo de consenso definió los cánceres muy raros como los cánceres con incidencia anual inferior a 2 casos por millón de personas. Sin embargo, también se incluyen en este grupo de tumores muy raros otros 3 tipos histológicos (carcinoma de tiroides, melanoma y cáncer de testículo) con incidencias superiores a 2 casos por millón de personas, porque se cuenta con poco conocimiento y experiencia sobre el tratamiento de estos tumores.[7]
  • El Children's Oncology Group define los cánceres raros en la niñez según la lista del subgrupo XI de la International Classification of Childhood Cancer, en la que se incluyen el cáncer de tiroides, los cánceres de piel melanoma y no melanoma, además de múltiples tipos de carcinomas (por ejemplo, el carcinoma de corteza suprarrenal, el carcinoma de nasofaringe y la mayoría de los carcinomas de tipo adulto, como el cáncer de mama, el cáncer colorrectal, etc.).[8] Estos cánceres representan casi el 4 % de aquellos diagnosticados en niños de 0 a 14 años, en comparación con casi el 20 % de los cánceres diagnosticados en adolescentes de 15 a 19 años.[9]

    La mayoría de los cánceres del subgrupo XI son melanomas o cáncer de tiroides, mientras que otros tipos de cáncer solo representan el 1,3 % de los cánceres en niños de 0 a 14 años y el 5,3 % de los cánceres en adolescentes de 15 a 19 años.

Estudiar estos cánceres raros es un reto por el número bajo de pacientes con cualquier diagnóstico individual, el predominio de estos cánceres raros en adolescentes y la carencia de ensayos clínicos con adolescentes que tienen estos cánceres.

También es posible obtener información sobre estos tumores en fuentes relacionadas con los adultos con cáncer; por ejemplo, el sumario del PDQ Tratamiento del melanoma en adultos.

Referencias:

  1. Smith MA, Seibel NL, Altekruse SF, et al.: Outcomes for children and adolescents with cancer: challenges for the twenty-first century. J Clin Oncol 28 (15): 2625-34, 2010.
  2. American Academy of Pediatrics: Standards for pediatric cancer centers. Pediatrics 134 (2): 410-4, 2014. Also available online. Last accessed December 8, 2022.
  3. Smith MA, Altekruse SF, Adamson PC, et al.: Declining childhood and adolescent cancer mortality. Cancer 120 (16): 2497-506, 2014.
  4. Ward E, DeSantis C, Robbins A, et al.: Childhood and adolescent cancer statistics, 2014. CA Cancer J Clin 64 (2): 83-103, 2014 Mar-Apr.
  5. Gatta G, Capocaccia R, Botta L, et al.: Burden and centralised treatment in Europe of rare tumours: results of RARECAREnet-a population-based study. Lancet Oncol 18 (8): 1022-1039, 2017.
  6. DeSantis CE, Kramer JL, Jemal A: The burden of rare cancers in the United States. CA Cancer J Clin 67 (4): 261-272, 2017.
  7. Ferrari A, Brecht IB, Gatta G, et al.: Defining and listing very rare cancers of paediatric age: consensus of the Joint Action on Rare Cancers in cooperation with the European Cooperative Study Group for Pediatric Rare Tumors. Eur J Cancer 110: 120-126, 2019.
  8. Pappo AS, Krailo M, Chen Z, et al.: Infrequent tumor initiative of the Children's Oncology Group: initial lessons learned and their impact on future plans. J Clin Oncol 28 (33): 5011-6, 2010.
  9. Howlader N, Noone AM, Krapcho M, et al., eds.: SEER Cancer Statistics Review, 1975-2012. National Cancer Institute, 2015. Also available online. Last accessed May 25, 2022.
Tratamiento del melanoma infantil

Tratamiento del melanoma infantil

Las opciones de tratamiento del melanoma infantil son las siguientes:

  1. Cirugía y, en determinados casos, biopsia de ganglio linfático centinela con disección ganglionar.
  2. Inhibidores de puntos de control inmunitario e inhibidores de BRAF o MEK.

Cirugía

La cirugía es el tratamiento preferido para los pacientes con melanoma localizado. Las directrices actuales recomiendan los siguientes márgenes de resección:

  • 0,5 cm para el melanoma in situ.
  • 1 cm para el melanoma de menos de 1 mm de grosor.
  • 1 a 2 cm para el melanoma de 1,01 a 2 mm de grosor.
  • 2 cm para un tumor de más de 2 mm de grosor.

Se deberá considerar una biopsia de ganglio linfático centinela para los pacientes con lesiones delgadas (≤1 mm) y ulceración, tasa mitótica mayor de 1 mm2, edad temprana, y lesiones de más de 1 mm, con características adversas o sin ellas. Los pacientes jóvenes tienen una incidencia más alta de compromiso de ganglio linfático centinela, y esta característica afecta de manera adversa los desenlaces clínicos.[1,2]

Si hay compromiso del ganglio linfático centinela, se deberá analizar la opción de una disección ganglionar completa. En un ensayo aleatorizado de adultos se asignó a 1934 pacientes con compromiso de ganglio linfático centinela detectado mediante prueba inmunohistoquímica o reacción en cadena de la polimerasa, a una disección ganglionar completa u observación. La tasa de supervivencia a 3 años específica para el melanoma fue similar en ambos grupos (86 %), mientras que la tasa de supervivencia sin enfermedad (SSE) fue un poco más alta en el grupo de disección (68 % vs. 63 %; P = 0,05). Esta ventaja de la SSE se relacionó con una disminución en la tasa de recidiva ganglionar debido a que no hubo diferencia en las tasas de supervivencia sin metástasis a distancia. Se desconoce la forma en que estos resultados afectarán la determinación futura del tratamiento quirúrgico para niños y adolescentes con melanoma.[3]

Inhibidor de puntos de control inmunitario e inhibidores de BRAF o MEK

A los pacientes con melanoma cutáneo primario de riesgo alto, así como a aquellos con compromiso ganglionar regional, se les puede ofrecer tratamiento adyuvante con inhibidores de puntos de control inmunitario o con inhibidores de BRAF, como se describió hace poco en adultos.[4,5,6] No se han llevado a cabo ensayos específicos en los que se evalúen estas terapias adyuvantes en pacientes pediátricos.

Las terapias dirigidas y la inmunoterapia que han demostrado eficacia para los adultos con melanoma deberían probarse en pacientes pediátricos con melanoma clásico y con enfermedad metastásica, recidivante o progresiva.

Evidencia (terapia dirigida e inmunoterapia):

  1. En un ensayo de fase I de ipilimumab en niños y adolescentes, que recibieron una dosis de 5 mg/kg o 10 mg/kg cada 3 semanas durante 4 ciclos, se inscribieron 12 pacientes con melanoma.[7]
    • Este tratamiento se relacionó con un perfil de toxicidad similar al que se observó en los adultos.
  2. Un estudio de fase II de ipilimumab para adolescentes con melanoma no logró cumplir con las metas de inscripción y se suspendió; sin embargo, se notificó actividad en pacientes de 12 a 18 años con melanoma; el perfil de inocuidad fue similar al observado en los adultos.[8][Nivel de evidencia B4]
    • Después de 1 año, 3 de 4 pacientes que recibieron 3 mg/kg, y 5 de 8 pacientes que recibieron 10 mg/kg seguían vivos.
    • Tuvieron respuesta parcial 2 pacientes que recibieron 10 mg/kg, y 1 paciente que recibió 3 mg/kg tuvo enfermedad estable.
    • En los adultos, se administró ipilimumab en dosis de 10 mg/kg cada 3 semanas durante 4 dosis, seguidas de 1 dosis cada 3 meses hasta un máximo de 3 años; se demostró que esta terapia prolonga la SSE y la supervivencia general de pacientes con melanoma cutáneo en estadio III sometidos a extirpación completa, con poca alteración de la calidad de vida relacionada con la salud.
  3. En un ensayo de fase I/II de nivolumab en niños y adultos con tumores sólidos o linfoma en recaída o resistentes al tratamiento, se administró a los pacientes una dosis de 3 mg/kg cada 14 días.[9]
    • El único paciente con melanoma no respondió al tratamiento.
  4. En un ensayo de fase I/II de un solo grupo, sin anonimato de pembrolizumab en pacientes pediátricos con melanoma en estadio avanzado, o con tumores sólidos o linfoma resistentes al tratamiento, en recaída, en estadio avanzado o positivos para el ligando 1 de muerte celular programada (PD-L1), se notificó lo siguiente:[10]
    • Se inscribieron 8 pacientes con melanoma y no se observaron respuestas en estos pacientes.
    • De estos pacientes, 5 eran negativos para PD-L1.

En la actualidad, el uso de ipilimumab y nivolumab o de nivolumab solo, al igual que las combinaciones de inhibidores de BRAF y MEK para el melanoma con mutación en BRAF, constituyen el estándar de atención para los pacientes adultos con melanoma metastásico en estadio avanzado.[3,10,11,12,13,14] Al administrar la terapia de combinación triple con inhibidores de puntos de control, inhibidores de BRAF e inhibidores de MEK se han observado respuestas alentadoras.[15]

El uso de inhibidores de BRAF y MEK, así como de inhibidores de PD-L1, en el entorno adyuvante también se han convertido en el estándar de atención para los pacientes adultos con melanoma de riesgo alto que se extirpó. Es posible considerar este tratamiento para los niños con melanoma clásico y características de riesgo alto, como enfermedad en estadio IIIA o superior.[5,6,16]

Se investiga la actividad de los inhibidores dirigidos a BRAF, MEK y PD-L1 en los pacientes pediátricos con melanoma en los estudios que se describen a continuación.[17,18]

(Para obtener más información, consultar el sumario del PDQ Tratamiento del melanoma en adultos).

Referencias:

  1. Mu E, Lange JR, Strouse JJ: Comparison of the use and results of sentinel lymph node biopsy in children and young adults with melanoma. Cancer 118 (10): 2700-7, 2012.
  2. Han D, Zager JS, Han G, et al.: The unique clinical characteristics of melanoma diagnosed in children. Ann Surg Oncol 19 (12): 3888-95, 2012.
  3. Eggermont AM, Chiarion-Sileni V, Grob JJ, et al.: Prolonged Survival in Stage III Melanoma with Ipilimumab Adjuvant Therapy. N Engl J Med 375 (19): 1845-1855, 2016.
  4. Eggermont AMM, Blank CU, Mandala M, et al.: Adjuvant Pembrolizumab versus Placebo in Resected Stage III Melanoma. N Engl J Med 378 (19): 1789-1801, 2018.
  5. Weber J, Mandala M, Del Vecchio M, et al.: Adjuvant Nivolumab versus Ipilimumab in Resected Stage III or IV Melanoma. N Engl J Med 377 (19): 1824-1835, 2017.
  6. Long GV, Hauschild A, Santinami M, et al.: Adjuvant Dabrafenib plus Trametinib in Stage III BRAF-Mutated Melanoma. N Engl J Med 377 (19): 1813-1823, 2017.
  7. Merchant MS, Wright M, Baird K, et al.: Phase I Clinical Trial of Ipilimumab in Pediatric Patients with Advanced Solid Tumors. Clin Cancer Res 22 (6): 1364-70, 2016.
  8. Geoerger B, Bergeron C, Gore L, et al.: Phase II study of ipilimumab in adolescents with unresectable stage III or IV malignant melanoma. Eur J Cancer 86: 358-363, 2017.
  9. Davis KL, Fox E, Merchant MS, et al.: Nivolumab in children and young adults with relapsed or refractory solid tumours or lymphoma (ADVL1412): a multicentre, open-label, single-arm, phase 1-2 trial. Lancet Oncol 21 (4): 541-550, 2020.
  10. Geoerger B, Kang HJ, Yalon-Oren M, et al.: Pembrolizumab in paediatric patients with advanced melanoma or a PD-L1-positive, advanced, relapsed, or refractory solid tumour or lymphoma (KEYNOTE-051): interim analysis of an open-label, single-arm, phase 1-2 trial. Lancet Oncol 21 (1): 121-133, 2020.
  11. Wolchok JD, Chiarion-Sileni V, Gonzalez R, et al.: Overall Survival with Combined Nivolumab and Ipilimumab in Advanced Melanoma. N Engl J Med 377 (14): 1345-1356, 2017.
  12. Dummer R, Ascierto PA, Gogas HJ, et al.: Encorafenib plus binimetinib versus vemurafenib or encorafenib in patients with BRAF-mutant melanoma (COLUMBUS): a multicentre, open-label, randomised phase 3 trial. Lancet Oncol 19 (5): 603-615, 2018.
  13. Davies MA, Saiag P, Robert C, et al.: Dabrafenib plus trametinib in patients with BRAFV600-mutant melanoma brain metastases (COMBI-MB): a multicentre, multicohort, open-label, phase 2 trial. Lancet Oncol 18 (7): 863-873, 2017.
  14. Coens C, Suciu S, Chiarion-Sileni V, et al.: Health-related quality of life with adjuvant ipilimumab versus placebo after complete resection of high-risk stage III melanoma (EORTC 18071): secondary outcomes of a multinational, randomised, double-blind, phase 3 trial. Lancet Oncol 18 (3): 393-403, 2017.
  15. Gutzmer R, Stroyakovskiy D, Gogas H, et al.: Atezolizumab, vemurafenib, and cobimetinib as first-line treatment for unresectable advanced BRAFV600 mutation-positive melanoma (IMspire150): primary analysis of the randomised, double-blind, placebo-controlled, phase 3 trial. Lancet 395 (10240): 1835-1844, 2020.
  16. Eggermont AMM, Blank CU, Mandalà M, et al.: Adjuvant pembrolizumab versus placebo in resected stage III melanoma (EORTC 1325-MG/KEYNOTE-054): distant metastasis-free survival results from a double-blind, randomised, controlled, phase 3 trial. Lancet Oncol 22 (5): 643-654, 2021.
  17. Chapman PB, Hauschild A, Robert C, et al.: Improved survival with vemurafenib in melanoma with BRAF V600E mutation. N Engl J Med 364 (26): 2507-16, 2011.
  18. Hodi FS, O'Day SJ, McDermott DF, et al.: Improved survival with ipilimumab in patients with metastatic melanoma. N Engl J Med 363 (8): 711-23, 2010.
Opciones de tratamiento en evaluación clínica para el melanoma infantil

Opciones de tratamiento en evaluación clínica para el melanoma infantil

La información en inglés sobre los ensayos clínicos patrocinados por el Instituto Nacional del Cáncer (NCI) se encuentra en el portal de Internet del NCI. Para obtener información en inglés sobre ensayos clínicos patrocinados por otras organizaciones, consultar el portal de Internet ClinicalTrials.gov.

A continuación, se presentan ejemplos de ensayos clínicos nacionales o institucionales en curso:

  • APEC1621 (NCT03155620) (Pediatric MATCH: Targeted Therapy Directed by Genetic Testing in Treating Pediatric Patients with Relapsed or Refractory Advanced Solid Tumors, Non-Hodgkin Lymphomas, or Histiocytic Disorders): en el NCI–Children's Oncology Group Pediatric Molecular Analysis for Therapeutic Choice (MATCH), que se conoce como Pediatric MATCH, se emparejarán fármacos de terapia dirigida con cambios moleculares específicos identificados en el tumor (resistente al tratamiento o recidivante) de un paciente. Los niños y adolescentes de 1 a 21 años son aptos para participar en este ensayo.

    Se ofrecerá tratamiento del Pediatric MATCH a los pacientes con tumores de variantes moleculares comprendidas en los grupos de tratamiento del ensayo. Para obtener más información en inglés, consultar el portal de Internet del NCI y el portal de Internet ClinicalTrials

  • NCT02332668 (A Study of Pembrolizumab [MK-3475] in Pediatric Participants With Advanced Melanoma or Advanced, Relapsed, or Refractory PD-L1-Positive Solid Tumors or Lymphoma [MK-3475-051/KEYNOTE-051]): este es un estudio en dos partes de pembrolizumab en niños con melanoma en estadio avanzado, o un tumor sólido o linfoma en estadio avanzado, en recaída o resistente al tratamiento positivo para el ligando 1 de muerte celular programada (PD-L1). En la parte 1 se intentará encontrar la dosis máxima tolerada o administrada, confirmar la dosis, y determinar la dosis recomendada de fase II para el tratamiento con pembrolizumab. En la parte 2 se evaluarán con mayor profundidad la inocuidad y la eficacia de la dosis de la fase II recomendada para pacientes pediátricos.
Modificaciones a este sumario (01 / 10 / 2023)

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Cada mes, los miembros de este Consejo examinan artículos publicados recientemente para determinar si se deben:

  • tratar en una reunión,
  • citar textualmente, o
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Los cambios en los sumarios se deciden mediante consenso, una vez que los integrantes del Consejo evalúan la solidez de la evidencia científica de los artículos publicados y determinan la forma en que se incorporarán al sumario.

Los revisores principales del sumario sobre Tratamiento del melanoma infantil son:

  • Denise Adams, MD (Children's Hospital Boston)
  • Karen J. Marcus, MD, FACR (Dana-Farber Cancer Institute/Boston Children's Hospital)
  • William H. Meyer, MD (University of Oklahoma Health Sciences Center)
  • Paul A. Meyers, MD (Memorial Sloan-Kettering Cancer Center)
  • Thomas A. Olson, MD (Aflac Cancer and Blood Disorders Center of Children's Healthcare of Atlanta - Egleston Campus)
  • Alberto S. Pappo, MD (St. Jude Children's Research Hospital)
  • Arthur Kim Ritchey, MD (Children's Hospital of Pittsburgh of UPMC)
  • Carlos Rodriguez-Galindo, MD (St. Jude Children's Research Hospital)
  • Stephen J. Shochat, MD (St. Jude Children's Research Hospital)

Cualquier comentario o pregunta sobre el contenido de este sumario se debe enviar mediante el formulario de comunicación en Cancer.gov/espanol del NCI. No se comunique con los miembros del Consejo para enviar preguntas o comentarios sobre los sumarios. Los miembros del Consejo no responderán a preguntas del público.

Niveles de evidencia científica

En algunas referencias bibliográficas de este sumario se indica el nivel de evidencia científica. El propósito de estas designaciones es ayudar al lector a evaluar la solidez de la evidencia científica que respalda el uso de ciertas intervenciones o abordajes. El Consejo editorial del PDQ sobre el tratamiento pediátrico emplea un sistema de jerarquización formal para establecer las designaciones del nivel de evidencia científica.

Permisos para el uso de este sumario

PDQ (Physician Data Query) es una marca registrada. Se autoriza el libre uso del texto de los documentos del PDQ. Sin embargo, no se podrá identificar como un sumario de información sobre cáncer del PDQ del NCI, salvo que se reproduzca en su totalidad y se actualice con regularidad. Por otra parte, se permitirá que un autor escriba una oración como "En el sumario del PDQ del NCI de información sobre la prevención del cáncer de mama se describen, de manera concisa, los siguientes riesgos: [incluir fragmento del sumario]".

Se sugiere citar la referencia bibliográfica de este sumario del PDQ de la siguiente forma:

PDQ® sobre el tratamiento pediátrico. PDQ Tratamiento del melanoma infantil. Bethesda, MD: National Cancer Institute. Actualización: <MM/DD/YYYY>. Disponible en: https://www.cancer.gov/espanol/tipos/piel/pro/tratamiento-melanoma-infantil-pdq. Fecha de acceso: <MM/DD/YYYY>.

Las imágenes en este sumario se reproducen con el permiso del autor, el artista o la editorial para uso exclusivo en los sumarios del PDQ. La utilización de las imágenes fuera del PDQ requiere la autorización del propietario, que el Instituto Nacional del Cáncer no puede otorgar. Para obtener más información sobre el uso de las ilustraciones de este sumario o de otras imágenes relacionadas con el cáncer, consultar Visuals Online, una colección de más de 2000 imágenes científicas.

Cláusula sobre el descargo de responsabilidad

Según la solidez de la evidencia científica, las opciones de tratamiento se clasifican como "estándar" o "en evaluación clínica". Estas clasificaciones no deben fundamentar ninguna decisión sobre reintegros de seguros. Para obtener más información sobre cobertura de seguros, consultar la página Manejo de la atención del cáncer disponible en Cancer.gov/espanol.

Para obtener más información

En Cancer.gov/espanol, se ofrece más información sobre cómo comunicarse o recibir ayuda en ¿En qué podemos ayudarle?. También se puede enviar un mensaje de correo electrónico mediante este formulario.

Última revisión: 2023-01-10

Esta información no reemplaza el consejo de un médico. Healthwise, Incorporated, niega toda garantía y responsabilidad por el uso de esta información. El uso que usted haga de esta información implica que usted acepta los Términos de Uso. Aprenda cómo desarrollamos nuestro contenido.

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